Buenos Aires, ciudad cosmopolita de Sudamerica. Tiene esta ciudad unas 2200 calles, de las cuales unas 30 tiene nombres de mujeres. Algunas tan desconocidas para residentes como para quienes visitan esta Capital argentina.....aqui se las presentamos
Butteler.
Es una callecita en forma de X que recuerda a una mujer. Se trata de Azucena Butteler, que en 1919 hizo edificar, en un terreno de su propiedad, un conjunto de viviendas populares (Avenida La Plata y Cobo).
Concepción Arenal.
Socióloga y ensayista gallega (1820 – 1893). Visitadora general de prisiones de mujeres, su obra tiene como fundamento la reforma social.
Juana Azurduy.
Heroína boliviana (1718 – 1862). Esposa de Manuel Asencio Padilla, a quien acompañó en la lucha por la independencia del Alto Perú. A la muerte de aquel, y siendo madre de varios niños, continuó la lucha sola y fue nombrada teniente coronel por su valentía. Manuel Belgrano le legó su sable.
María Cabrera.
Mujer de la alta sociedad porteña que integró, con Mercedes de La Sala y Riglos y Mariquita Sánchez de Thompson, la Sociedad de Beneficencia fundada por Rivadavia en 1823.
Rosalía de Castro.
Poeta y escritora gallega (1837 – 1885). En su obra se entrecruzan el romanticismo, la denuncia social y la nostalgia por su tierra natal.
Infanta Isabel de Borbón.
Representante de España en las celebraciones del Centenario de la Revolución de Mayo, en 1910.
Elena Larroque de Roffo.
Benefactora, colaboradora y esposa del médico Ángel Roffo (1883 – 1924). Creó la Escuela de nurses, primera del mundo en oncología; fundó la Liga Argentina de la Lucha contra el Cáncer (LALCEC).
Gregoria Matorras.
Madre del general José de San Martín.
Patricias Argentinas.
Por las mujeres que en marzo de 1612 donaron al ejército patriota los fusiles comprados en Norteamérica por Martín Thompson. Proclamaron: “Se dirá un día que yo armé el brazo de este valiente que aseguró su patria y nuestra libertad”. Sus nombres: Tomasa de Quintana, Remedios de Escalada, Carmen Quintanilla, Mariquita Sánchez, Isabel de Agüero, Patricia Cárdenas, Rufina de Horma, María de Andonaegui, Ramona Esquidel, Ángela Castelli y Magadalena de Castro.
Manuela Pedraza (La Tucumana).
Esposa de un cabo que durante las invasiones inglesas abatió a un soldado enemigo. Liniers la nombró alférez.
Pola (Policarpo Salvatierra).
Heroína colombiana nacida en 1792 y fusilada en 1817 por no delatar a los patriotas; su novio era oficial del ejército independetista.
María Remedios del Valle.
Mulata que actuó en el Alto Perú junto con su esposo y sus dos hijos, que murieron en la lucha. Herida en seis ocasiones, obtuvo el grado de sargento mayor.
Juana María Gorriti.
Maestra y escritora salteña (1819 – 1892). Formó parte de una familia comprometida en la batalla por la Independencia y, luego, en las guerras civiles; reivindicó los derechos de la mujer.
Rosario Vera Peñaloza.
Educadora y escritora (1873 – 1950). Realizó una valiosa labor de difusión del magisterio y en la formación de docentes.
Alicia Moreau de Justo.
Médica y política, dirigente del Partido Socialista (1885 – 1985). Esposa de Juan B. Justo, fundador del PS y primer traductor de El Capital al castellano. Impulsora de la democracia y de los derechos políticos y sociales de la mujer.
Azucena Villaflor.
Fundadora y primera presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo en la demanda por la aparición con vida de su hijo y demás víctimas del terrorismo de Estado; desaparecido desde 1977.
Regina Paccini de Alvear.
Cantante lírica italiana, esposa del presidente Marcelo T. de Alvear. Promotora del teatro y el arte lírico. Fundó la Casa del Teatro.
Macacha Güemes.
Hermana del general Martín de Güemes (1767 – 1866). Puso su habilidad política al servicio de la lucha de aquel en los momentos más difíciles. Luego de la muerte de su hermano, en 1821, siguió participando en los sucesos de las provincias.
Juana Manso.
Maestra, pedagoga y escritora argentina (1819 – 1875). Al regresar del exilio, en 1853, y a instancias de Sarmiento, fue delegada directora de la primera escuela mixta del país. Allí experimentó nuevos métodos educacionales e incorporó el aprendizaje de idiomas extranjeros, lo que levantó gran resistencia y produjo su renuncia en 1865.
Por Humberto J. Gallo.
(Publicado por Clio en sábado, julio 12, 2008)
El apellido de la heroína colombiana no era "Salvatierra" sino Salabarrieta. Su novio no era "oficial del ejército independentista" sino que comandaba un grupo guerrillero, que ella misma integraba. Pasó a la historia con el apodo de "la Pola".
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