viernes, febrero 19

El salvador de San Martin, un heroe un bautismo de fueg

La historiadora Nora Costamagma repasa el Combate de San Lorenzo, ocurrido el 3 de febrero de 1813. “San Martín, al frente de su escuadrón, embistió a los realistas en primera línea. Su caballo recibió en el pecho un tiro de metralla de los cañones a corta distancia y cayó mortalmente herido aprisionando a su jinete bajo su peso. Se produjeron momentos de indecisión  y confusión pues alrededor de San Martín, caído tan cerca del frente realista, se luchó ardorosamente entre los que querían salvar a su jefe de la trágica situación y los realistas que pretendían ultimarlo o capturarlo. Fue durante este episodio (un combate dentro del combate) que ocurrió el magno y heroico gesto que marcó el espíritu de sacrificio de nuestros soldados. Un soldado realista, viendo al jefe patriota en situación crítica se adelantó a sus líneas y le tiró un sablazo, esquivado por San Martín con un movimiento de cabeza, recibiendo una herida en la mejilla. Además, otro soldado enemigo se dispuso a ultimarlo con su bayoneta; la situación del libertador era de sumo peligro para su vida; en auxilio de su jefe, apareció repentinamente el granadero Juan Bautista Baigorria, que al galope y con su lanza acabó con la amenaza que ceñía a San Martín. Al mismo tiempo otro granadero, Juan Bautista Cabral, pie en tierra, le ayuda a liberarse del peso muerto de su caballo que le aplastaba la pierna derecha; este gesto heroico lo fue más aún pues lo pagó con su vida”, recuerda Costamagna quien es profesora de Historia y Geografía. Miembro del Centro de Historia de la Villa de Merlo y de la Junta de Historia de San Luis. Miembro también de la Sociedad Argentina de Escritores Filial Villa Mercedes, de la Junta de Historia de Río Cuarto y de los Centros de Estudios Genealógicos de Córdoba, Rosario y San Juan. Autora de “Historia de Merlo”, “El Secreto del Microclima”, entre otros, y coautora además de “Las Raíces del Poeta” y “Juan Bautista Baigorria”.
Junto a Roberto Colimodio, Nora investigó mitos y verdades sobre el heroico puntano que salvó a San Martín en San Lorenzo. Ambos autores rescatan del olvido a quien colaboró en la Independencia nacional.
“Y como tantos de ellos, nacido en nuestro suelo en 1790, de origen mestizo nunca recibió honores y aún se duda sobre sus orígenes, su familia y termina en un halo de misterio el final de su vida. Su rastro se pierde documentalmente en el Ejército de los Andes, allá por 1818. Nuestro trabajo pretende rescatar su memoria y sus raíces familiares, aportando datos inéditos, discrepando con hipótesis carentes de alguna documentación fehaciente sobre este soldado anonimizado”, indica.
La provincia cuyana que más hombres aportó
El historiador José Villegas señala que cuando en diciembre de 1812, San Martín presenta oficialmente ante el Triunvirato el flamante Regimiento de Granaderos a Caballo, éste cuenta con un pie de fuerza de 476 hombres. “De ese total, 204 eran puntanos. Destacamos entonces que de los dos contingentes que la Punta de San Luis envió, la totalidad de aquellos criollos nuestros, fueron incorporados a los tres escuadrones que componían este cuerpo de elite creado por el gran estratega. Es decir, es el único caso en el que no se descartó ningún voluntario”, subraya.
Villegas detalla el aporte voluntario de las provincias del interior: La Rioja (54), Córdoba (26), Corrientes (50) y San Luis (204). “A esta cantidad, hay que sumar algunos seleccionados de la campaña de Buenos Aires, otros extranjeros (chilenos, paraguayos y orientales) y la oficialidad y suboficialidad. Diremos que llegaron a los cuarteles del Retiro otros valientes cuyanos y de la campaña de Buenos Aires, no obstante, la mayoría de ellos no ingresó al Regimiento, destinándoselos a distintas unidades y tareas complementarias”, aclara.
El profesor además se interroga por qué el gran estratega, quien en persona realizaba el “casting” de los voluntarios, tratando minuciosamente de encontrar los atributos que, de acuerdo al reglamento debían reunir los reclutas, decidió incluir al Regimiento en formación a los dos contingentes completos de aquellos puntanos; es decir, los primeros 111 llegados en setiembre, y los 93 restantes en noviembre. “La respuesta se hace casi obvia: rasgos físicos cumplimentados excelentemente. Además, jinete en la sierra y en la pampa,  baqueano, rastreador (de bichos y hombres), trenzador, experto en lazo, cuchillo y tacuara,  cuereador y carneador, reservado, sobrio, de pocas y contundentes palabras, puntano renqueño y de otros pueblos y parajes de los cuatro puntos cardinales, ¡nunca aflojando!  Y menos si el que manda es don José, quien llegó un día a este confín del mundo, para valorar el arrojo temerario de aquellos criollos curtidos por el sacrificio eterno. Este será, entonces, el principio de un vínculo entre quienes ya empezaban a  profesar a su jefe incondicionalidad y lealtad absoluta, recibiendo de éste el reconocimiento, el afecto paternal y la valoración de aquellas cualidades que, a la hora de crear el Ejército Libertador, tuvo muy en cuenta. Para ello (orgullo y nobleza obligan), diremos que San Luis fue, de las provincias cuyanas, la que mayor cantidad de hombres aportó”, considera.
Bautismo de fuego y el granadero que no está en la marcha
Villegas recuerda que el 3 de febrero de 1813, combatieron 151 hombres, de los cuales 129 eran soldados, destacándose los escuadrones 1° y 3°, precisamente integrados por aquellos bravos puntanos al mando del propio San Martín. “De las 12 bajas, tres fueron nuestros: Gregorio Franco Fredes, Basilio Bustos y Januario Luna. De los seis heridos de gravedad, tres fueron nuestros: Bartolo Bustos, Florencio Navarro y Paulino Sosa a quien el propio doctor Cosme Argerich debió amputarle su brazo izquierdo. Y, continuando con lo poco que se dice, se destacan en el Combate los otros puntanos: Juan Bautista Baigorria, Pedro Gatica y Juan Alberto García.  Gatica pasa a desempeñarse como asistente personal de San Martín y luego de Olazábal. García finalmente será dado de baja por invalidez en 1816 debido a las innumerables heridas recibidas en el Ejército Auxiliar del Perú”, recuerda.
De Juan Bautista Baigorria, su hazaña y su vida posterior, el historiador aclara: “Hay dos Juan Bautista combatiendo, uno, el correntino, que se transforma en mártir. Otro, el puntano, que se convierte en héroe. Tan es así que, sin la acción temeraria de este criollo puntano, San Martín no hubiese sido lo que fue, y ¡lo que es! Baigorria aparece en la dantesca escena como un centauro que emerge entre el humo y la metralla enemiga, y sin ni siquiera apearse de su caballo,  atraviesa con su lanza al soldado castellano y salva la vida de su jefe. Pero, ¡no figura en la Marcha de San Lorenzo! Lo cierto es que este granadero, no sargento, estuvo en todas las batallas, fue uno de los más activos integrantes de los ‘60 granaderos’ y, luego de Maipú formó parte decisiva de aquel Comando que persiguió y atrapó al fugado Capitán General de Chile Casimiro Marcó del Pont y su Plana Mayor. Y, a pesar de que algunos historiadores lo dan por muerto o desaparecido, hizo, además de destacarse en Chile, la Campaña Libertadora del Perú hasta el final”, asegura Villegas.
Según su investigación, Baigorria volvió a su patria con el último contingente en 1826, dos años después de Ayacucho, con la misión cumplida. “Aseguramos esto ya que en la nómina que el comandante Félix Bogado, quien los conduce en aquella oportunidad, presenta a las autoridades, figura nuestro legendario puntano. Un tiempo después, Juan Bautista se establece en un paraje cercano a la actual Villa Dolores (Córdoba) llamado “Bañado de Las Pajas” y fallece octogenario. Debemos esta información a uno de sus biógrafos más apasionados e investigador incansable, don Carlos Iasigli”, apunta.
El busto de Baigorria
El 27 de noviembre de 1937 se inauguraba el busto del bravo puntano en la intersección de las  avenidas Quintana (hoy Illia), y Lafinur.
“Fue tan reconocido aquel lancero que, en el palco estuvo, además del gobernador Ricardo Rodríguez Saá y autoridades, el presidente de la Nación, general Agustín P. Justo. Pero, cuentan que tiempo después, cuando nos gobernaban de facto, en un desfile por fecha patria, un coronel quien nos visitara desde Buenos Aires, al ver el busto preguntó quién era. La respuesta de un subordinado no se hizo esperar, y con gran orgullo le explicó quién era Baigorria. Antes de retirarse de San Luis, aquel coronel ordenó desmontar la escultura de su pedestal porque ‘…nadie que no sea oficial de las FFAA argentinas, puede tener un busto, y éste señor ha sido solo un granadero’. Así fue como el busto despareció durante años hasta que, llegado el momento oportuno, volvió a ser instalado. Esta vez, en la plazoleta que lleva su nombre, frente al Cementerio San José”, historia Villegas.
La mirada de los otros sobre nosotros
El profesor rescató algunas históricas opiniones que describen la identidad provincial. “El coronel Olazábal, que llegó a San Luis en 1814 con la misión de alistar hombres y conseguir aportes para el Ejército de los Andes, se expresaba de esta manera: ‘Tengo el mayor placer de comunicar que la provincia de San Luis excedió en mucho las esperanzas del general San Martín en cuanto a su decidida cooperación en favor de la gran causa de América… Sus valientes hijos, el alimento del regimiento, caballadas y muladas todo fue cedido sin limitación ¡Gloria imperecedera para los puntanos! En menos de dos meses el regimiento tuvo como cuatrocientos voluntarios que por sí solos llegaban de los departamentos a presentarse al general’, comparte Villegas.
Benjamín Vicuña Mackenna dijo: “El cuerpo que más se destacó en el Ejército de los Andes, fue el de los Granaderos a Caballo. La mayoría de sus componentes fueron los hijos de las llanuras selváticas de San Luis. Hombres hercúleos, ágiles, valientes, gauchos cebados en el sable como los leopardos del desierto en los rebaños; los puntanos verdaderos centauros de las batallas, que lo dieron todo, en  esa mitología de la América, que se llamó Independencia”.
El historiador también recuerda el gesto de Pringles cuando el libertador general Simón Bolívar lo condecora personalmente, por su heroica participación en las batallas de Junín y Ayacucho, con “medalla de oro y el título de Benemérito en Grado Eminente”. “Bolívar ofrece a Pringles el grado de General del Ejército Libertador con la condición que se quede a su lado y continúe su vida militar en Colombia. La respuesta de nuestro prócer fue negativa pues, su desesperación por volver a su tierra chica después de tanto tiempo y hazaña, agitaban su corazón”, expresa.
Nuevas investigaciones sobre Baigorria
Costamagna detalla que para la campaña del libertador salieron 118 voluntarios desde San Luis comandados por don Tomás Baras, de los cuales desertaron 7 antes de llegar a Buenos Aires.
_ ¿Baigorria tenía 48 años durante el combate de San Lorenzo?
_ No, esa es una teoría que se tuvo hace tiempo. Los nuevos descubrimientos nos indican que Juan Bautista Baigorria, tenía 23 años cuando combatió en San Lorenzo, nació en 1790. Las especulaciones y “plumas floridas” de algunos historiadores quisieron recrear su historia dándole méritos supuestos otorgados por el libertador. Pasaron las décadas y nuevas tradiciones rescatadas del olvido sostienen una longeva historia familiar posterior en la provincia de Córdoba, como también refiriendo a su origen una partida de bautismo de 1764 en la Catedral de San Luis es punto de partida para “documentar” que Baigorria, de origen aborigen, tenía 48 años al momento del Combate de San Lorenzo, edad muy superior al promedio conocido de los integrantes del RGC. En esa teoría no existe prueba documental que permita realizar un seguimiento y comprobación fehaciente, como lo analizamos en nuestro libro “Juan Bautista Baigorria”.
_ ¿Su madre era ranquel?
_ No, su madre se llamaba Josefa Mercadillo, oriunda de Río Cuarto y su padre Juan Ángel, con ascendencia en Renca de donde su familia era oriunda.
 _ ¿Qué más se sabe de su perfil? Se dice que era callado y un gran jinete.
_ Los documentos no hablan de su perfil, pero se puede deducir que pudo ser buen jinete desde la óptica que formó parte de la escolta de San Martín en los Cazadores a Caballo en 1818, siendo ese el ultimo rastro de él.
_ ¿Vivió hasta los 96 años?
_ Descartamos la teoría de que vivió hasta los 96 años ya que no existen pruebas documentales, no hay registro en ningún censo, ni en el de 1869 ni tampoco en el de 1895. Tampoco existe ningún rastro en los censos de la provincia de Córdoba de 1822, 1840 y 1852. Su rastro se pierde en 1818. Sólo podemos saber de su familia por la descendencia de su hermano Lorenzo, los cuales viven en Villa de Merlo.
_ ¿Cruzó Los Andes junto a San Martín?
_Según la información del Ejercito Argentino: en enero de 1814 cumplió funciones en la 2ª Compañía del 1º Escuadrón del RGC, en Tucumán. En febrero y marzo como carabinero en Lules, Tucumán. En la revista pasada en marzo se lo encuentra en la 2ª del 1º. En setiembre se encontraba en Salta, en octubre y noviembre en Jujuy. En 1815 (enero y febrero) se hallaba en Humahuaca (Jujuy), como carabinero. Su próximo destino fue en el Cuartel General de Potosí, en mayo. A órdenes del alférez Basavilbaso en diciembre 1815 en Jujuy. De junio a agosto de 1816 se encontraba en Banguardis, Las Leñas, Mendoza. Siguió su carrera junto a San Martín formando parte del Ejército de los Andes, cruzando la Cordillera y habría participado en las batallas más importantes y gloriosas de esa epopeya. Lo suponemos combatiendo en Chacabuco el 12 de febrero de 1817 para luego entrar victorioso en Santiago y participando en la noche fatídica del 19 de marzo de 1818 en que se produjo el desastre de Cancha Rayada, donde los patriotas fueron sorprendidos y derrotados. Unos días después abrazaría nuevamente la victoria en la Batalla de Maipú, el 5 de abril. En este caso, formaría parte del cuerpo de Cazadores a Caballo.
Para Costamagna, el granadero Baigorria es de Renca pero otros investigadores afirman que nació en El Chorrillo. La historiadora concluye que su minucioso trabajo abrió caminos para una nueva visión, “queriendo creer que toda narración o tradición oral tiene un dejo de verdad, y a través del relevamiento de los registros parroquiales y de censos nos atrevimos a presentar esta nueva hipótesis de identidad de Juan Bautista Baigorria en base a nueva documentación”.
“Falta mucho camino por recorrer, mucha documentación que estudiar y descubrir, archivos llenos de papeles a la espera de ver la luz y de poder esclarecer la historia de uno de los personajes que permaneció en el anonimato casi 50 años”, dice.

Nota: Matías Gómez. Fotos: Gentilezas/ Web.
Corrección: Mariano Pennisi.

miércoles, febrero 17

Patagonia Céltica
Se realizó con gran éxito en Trevelin la 5ª edición 
Con más de 70 artistas invitados se realizó en distintos espacios de la localidad de Trevelin la 5ª edición de Patagonia Céltica, que congregó a participantes de países como Chile, España y Gales, de disciplinas como la música y la gastronomía.
Este megaevento fue organizado por la Asociación Patagonia Céltica, desde donde se llevan a cabo actividades para los amantes de la cultura celta, destacando sus autoridades que ha ido creciendo en cantidad de artistas interesados en participar en los escenarios, en visitantes, y el interés de otros países en querer ser parte, como lo demostraron en esta edición Chile, Galicia y Gales, como a nivel nacional delegaciones venidas desde Tierra del Fuego, Río Negro, Neuquén, Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, y de nuestra provincia.
En la antevíspera se realizaron talleres educativos y recreativos de arpa y gaita; clases de idioma galés y gallego; talleres de mandalas; enseñanza de danzas celtas cuentos y leyendas galesas; demostración de arquería, así como una Master Class a cargo del chef internacional Manuel Corral Vide, quién deleitó con su cocina gallega y celta. Para los chicos hubo juegos y concursos.
Se destacó este año la presencia y actuación de Sian James, arpista galesa; de Brian Barthe gaitero de reconocida trayectoria mundial y del grupo Sete Netos, de Buenos Aires, entre otros exponentes de la cultura céltica en Chubut y resto de Argentina. 

patagoniaceltica@hotmail.com
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martes, febrero 16

Agaete se adhiere al año genealógico Francisco Fernández de Bethencourt

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El Ayuntamiento de Agaete ha firmado un convenio de colaboración con la plataforma Genealogías Canarias, para de esta manera convertirse en uno de los primeros ayuntamientos del archipiélago canario en sumarse a la celebración del Año Genealógico 2016, que en esta ocasión va a rendir un homenaje, al cumplirse el centenario de su fallecimiento, al historiador e investigador lanzaroteño, Francisco Fernández de Bethencourt.
El acuerdo de colaboración fue suscrito por el edil responsable de las áreas de Cultura, Historia e Identidad, Javier Gil Pérez, y el representante de Genealogías Canarias, Rafael Rodríguez De Castro.
De las múltiples actividades que se esperan llevar a cabo para celebrar este año genealógico, como preámbulo, se puede considerar la programada por la concejalía de Cultura, Historia e Identidad del Ayuntamiento de Agaete, dentro de su iniciativa de los 'Jueves Culturales' para el día 25 de febrero, a partir de las 20.30 horas en el Centro Cultural de La Villa, con la conferencia denominada: 'Los primeros pasos de un genealogista', a cargo de Eugenio Egea Molina y Cristina López-Trejo Díaz, investigadores, promotores del 'Encuentro de Genealogía de Gran Canaria', fundadores y editores de la plataforma digital 'Genealogías Canarias', además de miembros de la Sociedad Canaria de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Canarias (SEGEHECA).
En la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, el jueves, día 7 de abril, a las 19:00 horas, tendrá lugar una mesa redonda en la que se disertará sobre Francisco Fernández de Bethencourt, su tiempo y su obra, el Nobiliario de Canarias su ampliación y proyección, fuentes y método científico en la genealogía del citado autor, en la que participarán: Miguel Rodríguez Díaz de Quintana, Juan Gómez-Pamo Guerra del Río, y Rafael Rodríguez de Castro.
Son varias las adhesiones que se están dando, tanto por parte de entidades públicas como privadas, a este año genealógico, entre las que figuran ya las de Real Academia Española, Ayuntamiento de El Sauzal (Tenerife), Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, Instituto de Estudios Históricos Rey Fernando Guanarteme, Sociedad de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Canarias, Gaviño de Franchy Editores (Tenerife), Centro de Estudios Genealógicos Marqués de Acialcázar, Genealogías Canarias, Cartas Diferentes Edicione (La Palma), Liceo Taoro (La Orotava, Tenerife), Doce linajes de Soria, Genea Generacione (Chile), Cuban Genealogy Club of Miami (EEUU), Academia Dominicana de Genealogía y Heráldica, Red de Antepasados, Instituto de Estudios Históricos Bances y Valdés (Asturias), Asociación de Genealogía Hispana (HISPAGEN), Asociación Cultural Francisco Fernández de Bethencourt (Lanzarote), Instituto de Estudios Lanzaroteños, Juntas de Cronistas Oficiales de Canarias, Maxerco.es, Tataranietos.com, Asociación Cultural de Genealogía e Historia de Aragón, Sociedad Genealógica y de Historia Familiar de México, Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, Asociación Canaria de Genealogía e Historia Familiar, y Asociación Riojana de Genealogía y Heráldica.
2016 AÑO GENEALÓGICO. FRANCISCO FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT (1850-1916)
Este año se cumple el centenario del fallecimiento del genealogista canario Francisco Fernández de Bethencourt, que alcanzó renombre internacional al renovar la ciencia genealógica en España y constituirse en referente internacional por su sistemática enciclopédica.
Si bien puede entenderse, a tenor de su obra, que centró su interés en la aristocracia -la que, casi en exclusiva y por distinta motivación, mostraba interés-, sin embargo, marcó el camino de una escuela de investigación, introduciendo el método de la escuela francesa de Borel, que ha desembocado en la genealogía como estudio de la familia.
Nació en Lanzarote en 1850, en el seno de una familia de origen sevillano, por el flanco paterno, y lanzaroteña por el lado materno, desde donde se traslada a realizar estudios eclesiásticos a las Palmas de Gran Canaria, que abandona para iniciar los de Derecho en Tenerife, isla en la que se dedica al periodismo. Una muestra de ello es la fundación del periódico La Lealtad, de corta vida. En este lugar se inicia en las investigaciones genealógicas.
Entre sus obras más destacadas y por las que es más recordado, podemos encontrar: Diccionario histórico, biográfico, genealógico y heráldico de la Provincia, Anales de la Nobleza de España, Les Ordres de Chevalerie en Espagne, La Genealogía y la Heráldica en la Historia (discurso de entrada en la Real Academia de Historia de España en 1900), La Corona y la nobleza de España, · Historia Genealógica y Heráldica de la Monarquía Española, Casa Real y Grandes de España Nobiliario y Blasón de Canarias que, revisado y actualizado por una junta de especialistas coordinados por el profesor Juan Régulo en los años 50 del pasado siglo, pasó a denominarse Nobiliario de Canarias escrito en cuatro tomos.
El conjunto de su bibliografía le abrió las puertas de la Real Academia de Historia, en donde fue recibido el 29 de junio de 1900, y la de la Real Academia Española de la Lengua en 1914; aunque, mucho antes, su inquietud intelectual, lo había hecho merecedor del nombramiento como socio de número de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, en sesión celebrada el 11 de julio de 1870.
Por todo lo anterior y por muchas otras motivaciones que harían extender innecesariamente estas palabras, distintas personas y entidades de los ámbitos público, social, cultural y genealógico, hemos propuesto la institucionalización del homenaje al erudito y polifacético autor bajo el nombre de "2016 Año Genealógico. Francisco Fernández de Bethencourt (1850–1916)", con un planteamiento totalmente abierto a cuantas personas y entidades quieran adherirse, pues sólo pretende reconocer y proyectar la figura de un canario universal, en el centenario de su fallecimiento, que fue capaz de llevar su pasión más allá de nuestras fronter as, y ofrecer así el justo reconocimiento que se merece.