sábado, diciembre 12

La iglesia de los Jesuitas de Bergara

Panorámica general de la excavación (Zehazten ZK) Panorámica general de la excavación.

La idea que generalmente tenemos de una excavación arqueológica, determinada, cómo no, por el cine, es la de grupos de nativos trabajando en latitudes tropicales o, como poco, muy meridionales, bajo las órdenes de un arriscado europeo –por lo general británico– o norteamericano que sabe exactamente qué hay que buscar entre la multitud de zanjas abiertas en las que se afanan sus exóticos empleados y alrededor de varias ruinas de aspecto también bastante exótico. De acuerdo con esta imagen tan difundida, la excavación llevada a cabo por Zehazten Zerbitzu Kulturalak en la iglesia de los jesuitas de Bergara resulta, como poco, atípica. Incluso cabría preguntarse qué había en el subsuelo de ese templo para ponerse a excavar sobre él en lugar de, por lo menos, intentar conseguir un permiso en las evocadoras tierras relatadas por C.W. Ceram: las pirámides de Egipto, las llanuras del Peloponeso o, mejor aún, en las selvas de Centroamérica.

La respuesta a esa pregunta es relativamente sencilla y ya se conocía desde que se abrió esa puerta situada bajo la arquería de la plaza del Ayuntamiento de Bergara en el verano de 2007 para realizar el control previo a la excavación: una formalidad imprescindible antes de comenzar los trabajos principales, aunque el cine no la recoja como parte del “trabajo-típico-de-los-arqueólogos”. La iglesia, sin culto desde los años ochenta del siglo XX, ocultaba bajo un suelo de esa época y otro de mediados del siglo XIX, una rica losa con una tentadora inscripción: “Sepvltvra y entierro de D. Andres de Madariaga Cavallero de la orden de Calatrava y de sus hijos y svcesores contador mayor del tribvnal de qventas de Lima insigne benefactor de este colegio y de sv iglesia en averla erigido y pvesto en toda perfecion a sv costa. año 1678”.
Y ahora seguramente se nos planteará otra pregunta, que podría formularse, más o menos, en estos términos, “ah, y detrás de eso, ¿qué más había?”. Ahí fue justo donde empezó la excavación en serio. La que vemos en las películas. El Ayuntamiento de Bergara, con la colaboración de la Diputación de Gipuzkoa, facilitó lo más imprescindible. Es decir, la financiación para esta excavación que, a pesar de las apariencias, requería tanto trabajo, o incluso más, que esas que estamos acostumbrados a ver a través del cine y a través de esos documentales que todo el mundo dice ver en “la 2”. También fueron esas dos instituciones las que proveyeron al equipo de Zehazten de los permisos oportunos para levantar el suelo de la iglesia y empezar a excavar en ella para obtener los indicios, las huellas, que un pasado de cerca de cinco siglos había dejado allí.
Eso fue a principios del verano del año 2009. Empezó entonces también otra labor poco reflejada en la pantalla pero, desde luego, imprescindible para el trabajo de los arqueólogos “de verdad”. Es decir, perseguir por distintos archivos otras huellas dejadas por las personas que estuvieron relacionadas con ese templo. A saber: la Orden de los Jesuitas, dueña de él hasta que fue expulsada de los dominios de Su Católica Majestad Carlos III de Borbón en el año 1767; el benefactor don Andrés de Madariaga al que se alude en esa lápida de la que acabamos de hablar, que, no por casualidad, ocupaba el centro del templo, bajo la cúpula y en medio de la gran cruz que dividía el suelo de esta iglesia; los miembros de la ilustrada Real Sociedad Bascongada del País que fueron los designados para hacerse cargo de la iglesia y del Colegio de los jesuitas cuando éstos fueron expulsados; los soldados del ejército revolucionario francés que entraron en Bergara en el año 1794; los miembros de la Real Sociedad Bascongada que volvieron a hacerse cargo de esos edificios tras un breve paréntesis iniciado en el año 1804 y consiguieron mantener a salvo el Real Seminario de Bergara, y la propia iglesia, de las depredaciones del ejército napoleónico que ocupó la villa entre la primavera de 1808 y el verano de 1813; o, finalmente, las tropas carlistas que entre 1835 y 1839 convirtieron en Hospital de campaña tanto el seminario como el templo, hasta que en 1839 las victoriosas autoridades liberales, tras el abrazo consumado precisamente en Bergara, restablecieron esa institución que acabaría siendo administrada por el Estado.
Después de iniciada esa persecución de las, como vemos, numerosas personas que vivieron a la sombra de esas piedras, las cosas estaban aún más claras. No teníamos sólo un edificio inerte sino un testigo que nos contaba partes de nuestra Historia aún poco conocidas.
A ese respecto la tumba del caballero, del benefactor don Andrés de Madariaga al que aludía la lápida central, la única destacada en todo el conjunto, es el punto de partida de un relato asombroso.
En efecto, aquel hombre fue un alto funcionario de la corona española entre, al menos, la década de los setenta y la de los noventa del siglo XVII. Un hombre que sirvió al rey Carlos II, por mal nombre conocido como “el Hechizado”, el último de los Austrias españoles, y cuya propia Historia personal, plasmada en los suelos y las paredes de ese edificio, nos dibuja un esquema casi desconocido de ese tiempo del que, a veces, sabemos menos de lo que sabemos sobre los años más oscuros de la Edad Media.
Por sus manos pasó durante años un recurso esencial para mantener en pie la realidad de esa época que hoy vemos, por ejemplo, en cuadros y edificios monumentales como pudo serlo la propia iglesia de los Jesuitas de Bergara antes de las agresivas obras de reforma de mediados del siglo XIX que le dieron su aspecto actual. Es decir, la plata de alta calidad sacada del cerro de Potosí y otras minas sudamericanas y norteamericanas gracias a la que existió un imperio en el que, decían, no se ponía el sol, y que no se extinguió del todo hasta el año 1898.
Losas sepulcrales del mausoleo de don Andrés de Madariaga (Zehazten ZK) Losas sepulcrales del mausoleo de don Andrés de Madariaga.
Con esta planta, la que él contó, la que pasó por sus manos en Lima, Gran Bretaña y Holanda mantuvieron y organizaron ejércitos y armadas para hacer frente al Hitler del siglo XVII, es decir, Luis XIV, llamado el “rey sol”. Con ella se consiguió frustrar sus planes de dominio sobre el continente europeo y, de rechazo, sobre la mayor parte del Mundo. Fue ella también la que obligó a ese ambicioso monarca a buscar con desesperación, entre aproximadamente los cinco años que transcurren entre 1695 y 1700, alguna solución que evitase que los ejércitos aliados de la llamada Liga de Habsburgo rompieran sus precarias fronteras desde el Sur y desde el Norte, llegando hasta su corte de Versalles para, evidentemente, arrojarle de su trono y tomar cumplida venganza por todos los agravios a los que había sometido a Holanda, al ducado de Saboya, al emperador austriaco, a Inglaterra y, sí, también a aquel enfermizo Carlos II al que tan leal y eficazmente sirvió don Andrés de Madariaga.
La solución, como no podía ser menos en el caso de Luis XIV, se concretó en una maniobra que requirió, casi a partes iguales, astucia –por no decir perfidia– y fuerza militar. El resultado fue que el flujo de plata española, el verdadero motor del Mundo hasta bien entrado el siglo XIX, pasó a sus manos desde el momento en el que sus agentes en Madrid consiguieron que Carlos II firmase un testamento que cedía su trono, sin heredero, a Felipe de Anjou, que reinaría como Felipe V después de una larga guerra, conocida como la de Sucesión española, que acabaría en 1714.
De todo eso fue testigo un longevo don Andrés de Madariaga que, por supuesto, como la mayoría de los súbditos de Carlos II, aceptó aquel radical cambio de rumbo de la monarquía a la que había servido como algo que sólo podía ser para mejor.
La iglesia de los Jesuitas que hemos excavado es el último reflejo de todo aquello, de la gloria y el poder conseguido por aquel joven que a mediados del siglo XVII salió de Bergara para embarcarse rumbo a Lima y allí hacer fortuna o, al menos, intentarlo, siguiendo los pasos de sus dos tíos paternos, Lorenzo y Andrés, que ya habían demostrado en las primeras décadas del siglo XVII hasta dónde podía llegar un hombre hábil, mínimamente instruido, como lo era aquel muchacho huérfano de un padre, Joan Pérez de Madariaga, que había dedicado su más bien corta vida a hacer fortuna como administrador de bienes ajenos.
El resto de lo que se ha encontrado en los nichos que rodean su tumba, entre los cimientos más profundos del edificio, entre la correspondencia de los jesuitas o la de los caballeros ilustrados de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, nos confirman esa Historia cuyo eje central fue aquel hombre. La misma que gira en torno al deseo de perdurar, de llegar hasta las mismas puertas del Cielo desde un templo en el que los bienes materiales conseguidos en el llamado, por la liturgia cristiana, “valle de lágrimas”, se consagraron a lograr un pasaje seguro hasta esa morada eterna sin olvidarse de recordar a los que aún seguían vivos quiénes fueron aquellos que habían erigido y sostenido ese templo.
Todo ello, en definitiva, un buen motivo para excavar esos suelos o bucear entre centenares de folios escritos hace dos, tres, cuatro siglos... donde se esconde la memoria de esos días, de, en definitiva, nuestro –casi– olvidado pasado.
Carlos Rilova Jericó; Xabier Alberdi Lonbide; Jesús M. Pérez Centeno: ZEHAZTEN Zerbitzu Kulturalak

Fuente http://www.euskonews.com

Las exigencias de Kioto y la Protección de Datos

Adaptarse a las exigencias de Kioto, y a leyes como las de Memoria Histórica y de Protección de Datos


Fecha de publicación:

28/11/2009

 La legislación más reciente, e incluso tratados internacionales como el de Kioto, influyen en la actividad del Archivo Histórico Diocesano, que debe modernizarse y adaptar sus instalaciones.

En estos momentos revisan el sistema de seguridad, pues hay ciertos gases y otros elementos que no deben usarse, debido a las disposiciones del Protocolo de Kioto sobre el cambio climático, y se hallan en pleno proceso de adaptación.

La Ley de la Memoria Histórica ha aumentado el trabajo, al favorecer el incremento de demanda de certificados de antepasados por parte de descendientes de emigrantes, con el fin de solicitar la nacionalidad.


También la Ley de Protección de Datos afecta al funcionamiento de sus dependencias, pues deben velar por preservar el buen nombre y fama de las personas vivas, y por ello no facilitan datos posteriores a 1925.

Ayudas

Salvador Domato afirma que la Diputación Provincial es la institución pública más generosa con este archivo: este mes les ha concedido 90.000 euros para modernizar las instalaciones de seguridad y prevención de incendios, y en los últimos años ha aportado más de 200.000 euros para financiar los trabajos de catalogación de los fondos.

La propia diócesis contribuye con unos 20.000 euros anuales. Las restantes ayudas son menos significativas.

Además de los contratos del personal, el presupuesto del Archivo se va en gastos de mantenimiento, sobre todo el aire acondicionado, además de los controles para conservar documentos, y vigilancia para tratar de prevenir robos.
Fuente http://www.lavozdegalicia.es/santiago

viernes, diciembre 11

La casa del Virrey Liniers



Instalarán el museo de la Reconquista

Aprobaron la compra de la casa del virrey Liniers

Una de las habitaciones originales con sus rasgos coloniales de la casaLa Legislatura autorizó la venta de cuatro inmuebles para poder adquirir la propiedad





Viernes 11 de diciembre de 2009

Susana Reinoso
LA NACION

La Legislatura porteña aprobó la autorización para que el gobierno de la ciudad venda cuatro inmuebles propios con el fin de comprar la casa del virrey Liniers, según confirmó a LA NACION la legisladora peronista Inés Urdapilleta.
Al complejo edilicio, que se comunica internamente, se trasladarán la Dirección de Patrimonio y el Instituto Histórico de Buenos Aires, y se unificarán los archivos históricos de la ciudad.

La valuación de dos casas del patrimonio porteño, ubicadas sobre la calle Pringles 340/342, el terreno de Rivadavia 1545 y la planta alta del edificio de Córdoba 1556, actual sede del Instituto Histórico, alcanza una tasación, en conjunto, de US$ 2,3 millones, lo que equipara el valor de venta de la casa de Liniers
"La legisladora Silvina Pedreira trabajó mucho con las tasaciones, que era lo que nos faltaba, pues se trata de edificios catalogados", dijo Urdapilleta. Las dos casas de Pringles fueron valuadas en US$ 50.000 cada una. El predio de calle Rivadavia en US$ 1,5 millones y la sede del Instituto Histórico en US$ 450.000. La autorización de la Legislatura fue con el único destino de comprar la casa del virrey Liniers y el equipamiento para el futuro funcionamiento de la Dirección de Patrimonio, el Instituto Histórico y el Museo de la Reconquista.

Ante el Bicentenario "Esto es un hito para la ciudad -dijo Lombardi-, máxime cuando la compra se aprueba en el momento exacto del Bicentenario."
Agregó: "La compra significará abrir un espacio museológico de la Reconquista de Buenos Aires, que aspiramos armar para la segunda quincena de marzo del año próximo, justo en el corazón de Monserrat". Además, la compra fortalecerá el proyecto de expandir la estrategia hacia el sur de la ciudad. El circuito incluye el Centro Cultural Defensa, el ex Padelai, la Casa de Ezcurra y otros edificios históricos.
liniers_interiorLa casa del virrey Liniers fue declarada monumento histórico nacional en 1942. La compra de la propiedad, construida a fines del siglo XVIII por la familia Sarratea, emparentada con Santiago de Liniers, zozobró este año por falta de presupuesto, habida cuenta de las restricciones impuestas por el jefe de gobierno Mauricio Macri a todas las áreas del gobierno.
"Por sus dimensiones de 3003 m², la casa de Liniers es el mejor escenario para desarrollar actividades por el Bicentenario", dijo la directora de Patrimonio porteña, Liliana Barela. En su momento, Tomás Estrada, accionista minoritario de Editorial Estrada, expresó a LA NACION que la casa no estaba abierta a la venta a terceros, por lo que la intención siempre fue venderla al gobierno porteño.
El 26 de agosto de 2010 se cumplirán dos siglos del fusilamiento del héroe de la defensa y la reconquista de Buenos Aires contra los ingleses. En esa casa histórica se firmó la capitulación del comandante de las tropas inglesas William Carr Beresford, en presencia de Liniers.


Fuente fotografica www.elsoldesantelmo.com.ar

El documento más antiguo de Archivo Histórico Diocesano de Compostela

 El documento más antiguo de los que se conoce que están en el Archivo Histórico Diocesano de Compostela, datado en el año 958, es objeto de estudio en el número 39 de Verba , una revista especializada de la USC, de periodicidad anual, que acaba de publicar el ejemplar correspondiente al 2009.

El autor del trabajo es el profesor José António Souto Cabo, de la Facultade de Filoloxía. Según explica, ese documento pertenecía a los fondos de Carboeiro, un monasterio dependiente de San Martiño Pinario y cuya documentación se encuentra dispersa en varios archivos. En él se relata una dádiva a ese monasterio pontevedrés.


Souto Cabo señala que este documento tiene relevancia por referirse en él a un tal Bermudo, que se dice descendiente de Silo, un personaje que no se conoce muy bien y que pudo haber sido una figura de importancia histórica en Galicia. En todo caso, parece probado que no se corresponde con el rey Silo asturiano, que es anterior; pero otras referencias a él, incluso en un documento del siglo IX guardado en el Archivo Histórico de la USC, y otro perteneciente al acervo de San Martiño Pinario que guarda el Archivo Histórico Nacional de Madrid, provocan que los especialistas trabajen sobre varias hipótesis.

José Antonio Souto, prestigioso medievalista con proyección internacional, afirma que el Archivo Histórico Diocesano de Santiago tiene fondos de gran importancia para su trabajo, y él tiene previsto editar algunos de sus documentos próximamente.
Fuente http://www.lavozdegalicia.es/santiago
28 nov 2009

jueves, diciembre 10

No olvidar nuestras raices

Nota del Diario "LASPROVINCIAS.ES"

«El trabajo del cronista sirve para no olvidar nuestras raíces»
Vicente Vázquez Cronista Oficial de Sax, archivero y bibliotecario

Vicente Vázquez va a pasar a la historia por ser la primera vez que el Consistorio sajeño celebrará una sesión plenaria en el Teatro Cervantes, el próximo 20 de febrero, con motivo de su nombramiento. Antes Vázquez ya fue cronista de fiestas y en la actualidad ejerce como archivero y bibliotecario.
-Cronista Oficial de la Villa de Sax. ¿Cómo le suena?
-Me suena a historia y tradición, frutos de abundante cosecha en la villa de Sax.
-¿Este nombramiento colma sus aspiraciones o tiene otras metas?
-Mi única meta es poder seguir investigando y escribiendo sobre Sax y su historia.
-Díganos la verdad, ¿esperaba este nombramiento?
-La verdad es que me hace mucha ilusión poder continuar la gran labor del anterior cronista, D. Francisco Ochoa Barceló, del que fui amigo y discípulo en las tareas de investigador de la historia local.
-Pero, en realidad usted lleva ya muchos años realizando esta función aunque sin título oficial.
-No se necesita ningún título para llevar a cabo lo que a uno le apasiona, nada más que el deseo de trabajar por su pueblo, en este caso en una faceta concreta: la investigación y divulgación de su historia.
-Y a partir de ahora, ¿ésto le va a suponer mayor trabajo o responsabilidad?
-Mayor trabajo no lo sé todavía, ya veremos a partir de febrero. Mayor responsabilidad, sin duda, por lo que supone de no defraudar la confianza depositada en mi persona.
-¿De dónde saca tiempo para compatibilizar todos sus trabajos?
-Es cuestión de sacarle el mayor provecho al tiempo libre, a veces a costa de la propia familia, aunque intento dedicarles todo el tiempo posible, especialmente los fines de semana.
-Al menos, ha conseguido que los grupos políticos se pongan de acuerdo en su elección...
-Me ha alegrado mucho que el Ayuntamiento haya acordado este propuesta por unanimidad, por lo que significa de respaldo al trabajo realizado.
-En Sax hay muchos aficionados a la historia que hacen sus propios estudios. ¿Lo que escriba el cronista oficial tendrá carácter de dogma o sólo será la versión institucional?

-Como bien dices, por suerte en Sax hay muchas personas amantes de su historia, y las investigaciones del cronista supondrán un apoyo más en la empresa de divulgar la historia local.
-Explíquenos a los profanos qué representa históricamente la figura del cronista oficial en un municipio como Sax?
-Aunque desde el siglo XIX y XX han existido en Sax personas interesadas en su historia, como Bernardo Herrero Ochoa y Francisco Juan y Marco, no fue hasta el 5 de abril de 1976 cuando el Ayuntamiento decidió nombrar cronista oficial de la Villa de Sax a Francisco Ochoa Barceló, en reconocimiento a sus muchos años dedicados a la investigación histórica sobre Sax.
-Y, en los tiempos que corren, ¿qué cree que puede aportar esta figura?
-La figura del cronista y la de tantos investigadores de la historia local es fundamental en el mundo globalizado en el que vivimos, donde las ideas y las modas son conocidas en todo el mundo al instante, para no olvidar nuestras raíces y conocer el origen de la propia idiosincrasia.
-¿Cuáles van a ser sus primeros proyectos tras ser nombrado cronista oficial?
-Aún es pronto para concretarlos, pero algunas ideas me rondan por la cabeza, que espero poder desarrollar en los próximos años.
-Por cierto, ¿con qué nos va a sorprender en el acto de su nombramiento en el Teatro Cervantes?
-Eso sí que no lo he pensado bien todavía, aunque mi deseo es que resulte ameno y original.
-¿Pero, a estas alturas, no quedará mucho que contar de la historia de Sax?
-Desde luego, queda mucho por investigar y escribir sobre la historia de Sax, pues siempre hay nuevos temas y nuevas perspectivas desde la que enfocar los miles de años de la presencia del hombre sobre este territorio, y muchos documentos que explorar, conocer y interpretar para dar luz a los muchos periodos poco conocidos de nuestro pasado.
-Usted no ha ocultado que el anterior cronista, Francisco Ochoa, fue su maestro...
-Desde luego, así fue hace ya casi treinta años, cuando yo cursaba la licenciatura y durante los veranos acudía en ocasiones a la biblioteca a estudiar, donde Paco Ochoa me abrió la posibilidad de conocer el tesoro documental que es el archivo municipal.
Vicente Vázquez es licenciado en Geografía e Historia, diplomado en Genealogía y Heráldica, vocal de la Undef y profesor auxiliar en la Universidad de Alicante. Ha dedicado su vida a descifrar legajos del archivo municipal. Esta tarea ha dado como fruto numerosos estudios y artículos sobre la historia de Sax. Vázquez también se ha atrevido con el género narrativo y ha publicado varios libros. El último habla de los desaparecidos mamuts y se desarrolla en plena taiga siberiana.
http://www.lasprovincias.es

miércoles, diciembre 9

El Archivo Histórico Diocesano-Galicia, España


El Archivo Histórico Diocesano ya supera los 8 millones de documentos
Este año atiende unas 4.000 peticiones del extranjero, sobre todo emigrantes y sus descendientes, para poder elaborar su árbol genealógico o nacionalizarse españoles

MODERNIZACIÓN

Autor:
Joel Gómez
Fecha de publicación:
28/11/2009
«Mi abuelo nació en Galicia sobre 1860, en una casa que tenía un pozo pequeño delante y cuando abría la ventana veía las torres de la Catedral de Santiago»: documentos con datos tan imprecisos como estos, que pretenden localizar un antepasado, llegan con frecuencia al Archivo Histórico Diocesano de Santiago. A veces hay fortuna y, aunque haya una desviación de algunos años, consiguen el objetivo, sobre todo si el nombre es correcto y la parroquia pertenece a la diócesis compostelana. Otras veces no consiguen facilitar la ayuda.
Todo es muy grande en esta entidad, situada en el monasterio de San Martiño Pinario. Y desde hace tiempo: ya en 1992, cuando inauguraron sus instalaciones de compactos para protegerse contra incendios, se dijo que eran las más grandes de Galicia en aquel momento.

Desde entonces no ha dejado de crecer. El director del archivo, Salvador Domato, afirma que ya superan los 8 millones de expedientes documentales y 12.000 pergaminos. Guardan más de 80.000 libros con el registro de nacimientos, defunciones, matrimonios y otra actividad de 833 parroquias ya recogidas. El fondo más antiguo es del año 958. Se permiten consultar solo hasta 1925: a partir de ese año están cerrados al acceso público, una decisión consensuada por la Iglesia Católica para todos sus archivos.
Con Domato trabajan seis licenciados en Historia, que atienden la demanda de investigadores, organizan y conservan.
También informatizan, pero no es fácil: uno de estos expertos dedica su tiempo a informatizar los expedientes de ordenaciones sagradas desde el año 1500, pues es un dato sobre el que reciben consultas frecuentes. Hasta ahora ha completado 200 años y ya constan nada menos que 55.000 nombres. Y faltan muchos más, porque en los siglos XVIII, XIX y comienzos del XX el volumen de ordenaciones fue muy superior. «Lo de la crisis de vocaciones es de anteayer, para este trabajo no afecta, por el crecimiento de población y el dinamismo de la actividad de la diócesis», indica Salvador Domato.
Hacer los índices de los libros parroquiales ocuparía a 4 especialistas, con dedicación exclusiva los 5 días de la semana a buen ritmo de trabajo, y durante 64 años, según han calculado por la experiencia de que disponen, lo que evidencia la envergadura de la labor que tienen entre manos.
Más trabajo en vacaciones
El Archivo Diocesano dispone de 10 plazas para consulta de investigadores y público, y abre los días laborables de 9.30 a 14 horas (media hora menos los viernes). En vacaciones es cuando más visitas reciben, y sobre todo los días de verano que no son de playa: parte de los coches que saturan la ciudad vienen para solicitar datos en este Archivo. Incluso personas extranjeras que tienen antepasados con alguna relación con la diócesis.
Además, atienden demanda que les llega por correo, unas 4.000 peticiones del extranjero este año, sobre todo de emigrantes y sus descendientes que quieren elaborar su árbol genealógico o nacionalizarse españoles. En ocasiones, desconocer las divisiones administrativas y eclesiásticas de Galicia puede suponer un obstáculo insalvable, porque los límites de la diócesis son grandes, desde Ferrol hasta Arcade, 1.055 parroquias históricas, pero no más.