lunes, septiembre 19

La tribu de los Ron
Casi 200 miembros de una misma familia se reúnen en Gijón para conmemorar el tronco común de un apellido que se remonta a varias generaciones

No eran todos los que son, pero sí todos los que estaban. Y no eran pocos, precisamente: casi veinte decenas de miembros de la familia Ron se reunían ayer, a eso de la una del mediodía, para toda una jornada de actividades.
El orden del día, pegado a una puerta de madera, comenzaba con la presentación del árbol genealógico que el fotógrafo Ricardo Valencia se ha ocupado de confeccionar: cinco siglos de historia. A las dos y media, el «estreno mundial» del documental 'Los Ron (nuestra historia)', dirigido también por Valencia.
A las tres y media, pincheo y comida familiar. Y luego, el programa se disolvía en la tarde, que debía estirarse hasta entrada la noche: primera entrega de los premios Ron de Honor, actuaciones musicales -imitador de King Africa incluido- y, en general, vaya, una fiesta para todos los Ron, llegados desde Vizcaya, o desde Madrid, o desde Murcia, o desde Benidorm.
Pero los Ron son asturianos, de Alguerdo (Ibias) y de Tablizo (Valdés). De ahí que se hayan decantado por lo que viene a ser una espicha para celebrar y ensalzar un apellido, en ocasiones, enterrado bajo varias generaciones. Siempre presente.
En la sala donde se celebró el acontecimiento lucía un enorme cartel: «Ron siempre». Porque, por la amplitud de su genealogía (muchos primos no se conocían hasta ayer), los Ron tienen la persistencia garantizada para un puñado más de generaciones.
La más joven, Emma Coll Argüelles, de tan solo cuatro meses, disfrutaba de la fiesta en brazos de su madre, Marta. Y sentada bajo una sombrilla, en una de las mesas de madera del llagar, tomaba un refrigerio la mayor de todos, Esther Uría Ron, natural de Cabueñes y con 83 años a sus espaldas. Había algunos más veteranos, pero fallecieron hace apenas unas semanas, antes de poder festejar esta exaltación del clan.
Por en medio, todo un entramado generacional organizado por Ana y Sonia, las gijonesas al cargo del registro de los asistentes. «¿Qué famoso hay?», preguntaba algún despistado, ante la expectativa multitudinaria concitada por la familia. Ayer, tocaba ensalzar todo un apellido: es la tribu de los Ron.