sábado, agosto 8

Franceses II

El ingeniero Felix Revol y Perier, arribó "a nuestro país en 1843/44 en misión oficial, como otro de los primitivos pintores que llegaron a nuestra tierra tal como Monvoisin, Paliere y Pellegrini, radicándose en la ciudad de Córdoba. (...) el trazado de la ciudad de Rio IV (Códoba) fue obra de él, como así tambien el cauce del Río I que atraviesa dicha ciudad. Siendo Ingeniero de Profesión, fue pintor por vocación, entre las que podemos destacar obras como la del "Coronel Martín Santa Coloma", hoy en el Museo Histórico de Buenos Aires y el "General Echagüe" en el Museo Histórico de la ciudad de Santa Fe, ambas obras ecuestres. En el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires, se encuentran los retratos del matrimonio Aldao, "Don Tiburcio Aldao" y "Doña Tránsito Zavalla de Aldao", familia ilustre de Santa Fe.

En la catedral de la misma ciudad de Santa Fe, en el altar mayor, hay un friso de "La Ultima Cena" pintado por Revol, (...). También estuvo instalado en la ciudad de Tucumán, donde compró un pequeño ingenio y como cuenta el Historiador Carlos Paez de la Torre (h) fue quien pintó el techo de la Catedral de aquella ciudad y que las caritas de los ángeles eran los rostros de sus hijos, trabajo hoy desaparecido, reemplazado por una obra de Soldi. Felix Revol y Perier fallece en la ciudad de Córdoba el 29 de diciembre de 1867. Estuvo casado con doña Gumersinda Núñez Bazán, de familia cordobesa y riojana".

En 1857, el bayonés Carlos Sourigues escribe en la Colonia San José, en Entre Ríos, una carta al General Urquiza, en la que le informa: "Los colonos llegaron ayer a este punto: todo están en tierra y se ocupan en hacer sus ranchitos para esperar los primeros días; mientras concluyo de distribuir el terreno les he hablado. Venían algo desanimados por lo que habían visto en el Ibicuy pero cuando vieron las tierras que iban a poseer se llenaron de alegría; están muy conformes; los he hallado pacientes.

La mayor parte de las familias son buenas; hay algunas medio regulares pero en general los hombres son buenos y robustos.

Es entre las mujeres que se encuentran algunas viejas que poco podrán trabajar si no es en el hogar doméstico. Según me han informado deben estar en camino y tal vez han llegado a Buenos Aires otro número igual de familias y creo que si deben hacer parte de la colonia se debería evitar que fuesen al Ibicuy; a más, los colonos que están aquí me han dicho que creen que el señor Don Martín Schafter que es el que los ha conducido desde Europa hasta el Ibicuy va a venir aquí como Director de la colonia; me han hecho presente que dicho Señor los había tratado muy mal y que no podían conformarse con estar nuevmente bajo sus órdenes. Esto es una queja general que he tratado de aquietar. (...) Estoy en medio de una Babilonia, pero hasta ahora todo va muy bien, personas y pacientes; creo en el buen éxito de la colonia por la cual haré todo empeño y para que marche todo bien creo preciso que el Sr. Marty se ponga a la cabeza; es inteligente en la materia y querido de los colonos; él está aquí; pero me ha dicho que no sabe como no tiene instrucciones ninguna ni yo tampoco a ese respecto, desearía que Ud. me dijese lo que crea conveniente" (1).

El francés Alejo Peyret, Director de la Colonia San José, sostiene que para fundarla "Se ha aceptado apresuradamente todo cuanto se ha presentado, con la única condición de ser católico. Se han hecho adelantos de ingentes cantidades a familias desprovistas de todo, y que presentan muy pocas garantías de reembolso. Por decirlo, se ha gastado mucho dinero sin necesidad. Digámoslo de pasada. Es imposible que una familia a quien se han adelantado todo los gastos de viaje, en término medio 500 pesos, la cual por consiguiente tiene que recibir aquí los demás adelantos en terreno, animales, nutrición, etc., es decir 500 pesos más, es imposible que esta familia abone estas cantidades en las condiciones y al interés del 18% y en el término de cinco años, que ha estipulado el agente de S.E. (...)

Suponiendo igual capacidad para el trabajo un colono protestante debe ser preferido al católico. El católico (yo mismo he nacido católico, pro en el Siglo XIX ya no merecen consideración alguna las distintas religiones) necesita llevar consigo todo un culto, un sacerdote, una iglesia. Si es sincero, si es ferviente y no tiene todo aquello consigo o muy cerca, necesariamente su conciencia debe sufrir mucho. Pero en una colonia naciente, que no tendrá a principio sino algunas pobres familias, ¿cómo mantener un culto tan costoso? ¿Cómo pagar un sacerdote? ¿Cómo comprar los objetos sagrados? ¿Cómo edificar una iglesia cuando uno no tiene qué comer? Al contrario, el protestante lleva su libro, la Biblia, y basta con eso. Póngasele en un desierto, en medio de una selva, él leerá cada noche un trozo a su familia, y ya está hecha la instrucción religiosa. Cualquier jefe de familia es sacerdote y cualquier casa es un templo. Es menester confesar que bajo este aspecto, la religión protestante es más cómoda y menos costosa" (2).

Pablo Lantelme, piamontés afincado en la misma colonia, sostenía: "Los feligreses de la Iglesia de la Colonia, como los de Colón, son: o franceses, o italianos, o suizos, o alemanes con algunos españoles. Todos entienden el castellano y lo hablan tan bien que mal; sin embargo, en la Capellanía (San José), siempre se predica en lengua francesa y en Colón siempre se ha predicado en lengua del país. Desde ya, predicar en lengua francesa no deja de ser una anomalía, como lo voy a demostrar y probar. (...) Para el bien general, creo y afirmo que es necesario que la predicación de la Divina Palabra se haga en lengua castellana, o por lo menos, que se predique dos domingos seguidos en castellano y uno en francés, para no cortar de un solo golpe el sistema abusivo. Los Capellanes (de San José) siendo franceses y poco acostumbrados a hablar en lengua castellana, no faltarán de alegar mil pretextos contrarios a lo que acabo de probar" (3).

"El 19 de marzo de 1858. Un sacerdote, Diego Barbé, un seminarista, Juan Magendie y un hermano, Joannés Arostegui, religiosos de una joven congregación francesa fundada por San Miguel Garicoïts, abren en el barrio de Balvanera el histórico Colegio San José. Los porteños los llamarán: Padres Bayoneses. La ciudad es capital del Estado de Buenos Aires, separado de la Confederación Argentina. Es solamente una aldea alumbrada a kerosén, sin servicios sanitarios y con escasez de centros educativos. El Colegio San José aplica ya la tradición francesa de formación integral con catequesis y culto, estudio intensivo y deportes.

El General Mitre visita repetidas veces el colegio para conversar con el P. Barbé y en 1863, sobre la experiencia acumulada por el Colegio San José, creará los primeros colegios nacionales del país. En 1880 el Colegio San José fue el primer instituto privado incorporado a la enseñanza oficial. A lo largo de los años el Colegio ha ido adaptando a la realidad cambiante del país y del mundo las instalaciones, los métodos y los planes de estudio, en un proceso de actualización permanente. Muchos exalumnos se han destacado en los distintos campos del quehacer nacional. Entre ellos: los políticos Hipólito Yrigoyen, Benito Villanueva, y Ricardo Balbín. Los prelados Juan Nepomuceno Terrero y Santiago Luis Copello, primer cardenal argentino y latinoamericano. Los generales Mosconi y Riccieri. El perito Francisco P. Moreno. El jurista internacional Luis María Drago. Los historiadores Ernesto Quesada, Diego Luis Molinari, José María Rosa y Félix Luna. El novelista Ricardo Payró. Los destacados Pedro Luro, Patricio Peralta Ramos, Pedro Lagleize, el artista plástico Angel Della Valle (4).

Paul Groussac nació en Toulouse en 1848; falleció en Buenos Aires en 1929. Fue escritor, ensayista e historiador. "Llegó al país en 1866, instalándose primero en San Antonio de Areco (Bs. As.) y, luego, en la ciudad de Buenos Aires, donde trabó relación con los representantes de la Generación del 80. La amistad con José Manuel Estrada y Pedro Goyena lo acercó a la Revista Argentina, donde publicó su primer artículo, un trabajo sobre el poeta español José de Espronceda. Convocado por Nicolás Avellaneda, entonces ministro de Instrucción Pública de Domingo F. Sarmiento, viajó a Tucumán, donde se desempeñó como profesor del Colegio Nacional y terminó por ser director de enseñanza de la provincia. Allí escribió el Ensayo histórico sobre el Tucumán y la novela De la cruz a la fecha, que lo consagraron como hombre de la cultura. Tras un viaje a su país natal, Eduardo Wilde, ministro de Justicia e Instrucción de Julio A. Roca, lo nombró inspector de colegios nacionales y escuelas normales. En 1885, fue nombrado director de la Biblioteca Nacional. Entre sus numerosas obras, escritas en francés y castellano, sobresalen Viaje intelectual, Los que pasaban, Crítica literaria y El Congreso de Tucumán" (5).

A criterio de Jorge Luis Borges: "El destino personal de Groussac fue, como el de todos los hombres, asaz extraño. Hubiera querido ser famoso en su patria y en su idioma natal; lo fue en una lengua que dominaba, pero que nunca lo satisfizo del todo y en regiones lejanas que siempre fueron para él un destierro. Su verdadera tarea fue la enseñanza del rigor y de la ironía francesa a un continente en cierne. ‘Ser famoso en la América del Sur no es dejar de ser un desconocido’, escribió no sin amargura" (6).

"Hijo de un normando que había hecho fortuna con el café en Brasil, Geoffroy Francois Daireaux (París, 1849 – Buenos Aires, 1916) se establece en la Argentina en 1868, dedicándose a la actividad agropecuaria. Hacia 1883 posee ya tres estancias en Rauch, Olavarría y Bolivar. Compra terrenos e instala almacenes sobre la línea del ferrocarril al Pacífico y participa de la fundación de la ciudad de Rufino en la provincia de Santa Fe y Laboulaye y General Viamonte en la provincia de Córdoba. Por problemas de salud abandona su labor colonizadora y se dedica a la escritura y la docencia. De 1901 a 1903 es Inspector General de Enseñanza Secundaria y Normal. Enseña Francés en el Colegio Nacional. Trabaja en La Nación, colabora en Caras y Caretas, La Prensa, La Ilustración Sudamericana, La Capital de Rosario, y dirige el diario francés L’independant. En su hogar se reúnen artistas como Fader, Quirós, Sivon e Yrurtia. Escribe relatos de costumbres –comedias argentinas, cada mate un cuento, etc.- y tratados como La cría del ganado (1887), Almanaque para el campo y Trabajo agrícola. En París publicó "Dans la Pampa" (1912). Una escuela de artes y oficios en Rufino, calles en varias ciudades y un partido bonaerense recuerdan su nombre" (7).

Uno de sus descendientes, Emilio Daireaux, me escribe: "Ud. menciona a un antepasado mío, tío bisabuelo, Godofredo (Geoffroy) Daireaux, autor de más de 50 libros mayormente de cuentos criollos (y trabajos técnicos agropecuarios), a mi juicio de gran frescura y agudeza, que pintan la colonización rural a fines del siglo XIX. Un hermano suyo, ascendiente directo mío fué Emilio Daireaux (1845-1914), abogado francés, llegado al país con Godofredo hacia 1870. Emilio también escribió varias interesantes obras sobre nuestro país (la más conocida "Vida y costumbres del Plata", también con versión francesa), dirigió el periódico L'Union Francaise, y fue un difusor de la posibilidades argentinas para la inversión de capitales e inmigración francesa en conferencias en Francia, en la "Revue des deux mondes", etc. Murió en París. (...) Nuestra familia procede de dos franceses.

Emilio y Godofredo que llegaron a Buenos Aires muy jóvenes a la época de la guerra franco-alemana (1870). Ambos eran hijos de un francés, oriundo de Normandía, Francois Daireaux, que se estableció por unos 30 años en Río de Janeiro y habiéndo hecho una cierta fortuna con la explotación de café, volvió a Francia hacia 1850. Mi bisabuelo nació en Río hijo de padre y madre francesa en 1845. Godofredo en París en 1849. Francamente no tengo del todo claro porqué eligieron venir a nuestro país. Creo que Emilio, que era un joven abogado, vino por razones comerciales y su hermano menor lo siguió. Digamos que Emilio que era un tanto más estructurado que su hermano menor, se casó con la Sra. Amalia Molina, de tradicional familia porteña y se arraigó en la sociedad de aquellos años, abriendo su bufete de abogado en Buenos Aires y relacionándose con los personajes de la época, como Mitre, Roca, etc. Produjo varias obras de importancia sobre el país, la principal "Vida y costumbres del Plata" (Hachette, 1888), fundó el periódico de la L'Union Francaise", que dirigió junto con Alfred Ebelot y colaboró con varias publicaciones como "La Revue de Deux Mondes", "La Revue Britannique", etc. Sus últimos años los pasó en París donde murió en 1914. Su familia se estableció, una parte (la más numerosa) en la Argentina y otra parte en Francia, donde prácticamente hoy se ha extinguido. Acá en cambio se ha ampliado considerablemente.

A su vez, Godofredo fue un hombre sumamente activo y emprendedor ,que participó en la fundación de diversas ciudades como Laboulaye, General Viamonte y Rufino y fue un gran conocedor del campo argentino que inspiró su relativamente extensa obra literaria, muy popular en sus años. (...) Ambos hermanos Daireaux murieron en 1914. Hay un Partido y una ciudad de la Provincia de Buenos Aires, que llevan el nombre de Daireaux. Está situada a unos 450 kms. al Oeste de la Capital y nuestra familia todavía conserva campo allí. (...) Respecto de los Daireaux (descendientes de Emilio), mi abuelo, Carlos Geoffroy estudió la carrera naval en Brest y Toulon (Francia) y se asimiló a la Marina argentina en 1898, como Capitán de Fragata (presidencia de Roca), llegando al grado de Vicealmirante y Ministro de Marina. Su hermano Jacques Daireaux Molina, fue abogado en la Argentina y otro de sus hermanos, Max, ingeniero, vivió en Francia y alcanzando cierto éxito como escritor literario hacia los años 1930-1950. En Francia fue galardonado entre otros con el Premio Municipal de Literatura de París. Fué amigo de Marcel Proust y hace un tiempo se publicó un interesante artículo en " La Nación " del profesor Herbert Craig (Universidad de Nebraska) refiriéndo aspectos de esa amistad".

"A finales de la primera mitad del siglo XIX se empezó a dar un fenómeno que persiste hasta hoy en día la Caricatura Política de Indole Satírico. (...) en 1863 se funda El afamado Semanario El Mosquito.(...) A diferencia de las anteriores caricaturas políticas en este caso eran la atracción principal de la revista, es decir no adornaban noticias o notas y era de carácter profesional (en cuanto al tema de la caricatura) e independiente (no seguía ningún tipo de línea política, su ideología era molestar a los políticos con humor). Su tirada inicial era de 1500 ejemplares de 4 páginas y se distribuía por suscripción. Su primer caricaturista y uno de sus fundadores fue el francés Henri Meyer (1844 - 1899) También franceses serian la mayoría de los caricaturistas que pasen por sus paginas: Adam; Julio Monniot, Ulises Advinent. Otros autores Henri (Enrique) Stein, Carlos Clérice (el único de los ilustradores nacido en la Argentina, pero de padres franceses),(...),Faría, Demócrito (seudónimo del español Eduardo Sojo, que se haría caricaturista célebre desde las páginas de Don Quijote, una talentosa y combativa publicación satírica) y E. Damblans (otro francés que compartió la portada con el director propietario y lo reemplazó cuando éste hizo un largo viaje por Europa)" (8).

Aporte Frances




" ‘He oido desde la infancia, en las mareas de alfalfa y de trigo argentino, rumor de versos franceses" -escribió, cierta vez- Victoria Ocampo. Sin embargo, no ha sido sólo en el terreno de la cultura que recibio nuestro país el aporte de Francia.
Hubo algunos franceses en nuestro suelo, durante el periodo virreinal. EI mas notorio, Liniers, proveniente de una familia de nobles emigrados por la gran Revolución, poseia una fabrica de conservas de carne: una de las primeras del pais.

La inmigración francesa, proporcionalmente, fue menos numerosa despues de 1890. Por entonces, habia mas de 90.000 habitantes de ese origen. Representaban eI 3,59 % de todos los inmigrantes.

En 1829, Juan Larrea invitó a radicarse en la Argentina a un quimico frances: Antonio Cambaceres, descendiente del redactor del Código de Napoleon. Cambaceres tuvo un importante saladero y logró, por primera vez, el aprovechamiento integral del animal. Introdujo la tecnica en la explotación agropecuaria de nuestro pais.

Tambien tuvo un importante saladero Carlos Sourigues, medico e ingeniero, auror de la traza de la Colonia San Jose.

Hubo importantes ganaderos franceses en la lIanura pampeana como Santiago y Carlos Luro, con más de 100.000 cameros, capitales franceses desarrollaron el ferrocaril en Santa Fe, contribuyendo al aumento de la produccion agricola, que llegó a tener el 50% del total del área sembrada del pais. Franceses fueron los introductores de la raza Charolais. Franceses fueron los productores de yerba mate, tabaco y madera que ayudaron al crecimiento de Misiones. Franceses fueron los molineros de Cordoba y Rio Cuarto, y de Santiago del Estero, en donde Pedro San Germes construyó el primer molino y fundó un ingenio que tuvo la maquinaria mas avanzada y logró una calidad superior a la de importacion.

En 1875 lIegó a la Argentina un arquitecto que trabajó en las obras del ferrocarril de Cordoba a Tucuman. Alii fundó varios ingenios: se lIamaba Clodomiro Hileret. Tambien fueron propietarios de ingenios en Tucuman Juan Nougués y Leon y Carlos Rougés.

Franceses tambien fueron muchos viñateros en Cuyo, donde el arboricultor Michel Pouget fue el primer director de la Escuela de Agricultura de Mendoza, en 1853.

Y aunque nunca vino a la Argentina, no es posible olvidar la obra de Charles Tellier, ingeniero frances, inventor de la maquina frigorifica. Gracias a su ingenio, nuestro pais fue el primero en utilizar el sistema de refrigeración para exportar carnes a Europa. El primer envio fue en 1877, con destino a Ruan. Y marcó el fin del saladero v el comienzo de una impresionante prosperidad para nuestro pais, que, gracias a este avance, supero a todos sus competidores en el mercado.

Franceses eran los Sansinena, oriundos del pais vasco, que iniciaron la explotacion en gran escala de la industria frigorifica.

Tambien de Francia vino el maestro de nuestra jardineria, Charles Thays, proyectista de los jardines de mas de 200 casas y estancias y gran propulsor de Ia yerba mate, cuyo cultivo perfeccionó cient:ificamente.

En 1884, Clement Cabanettes, que habia venido como instructor militar v fue precursor de nuestro sistema telefónico, fundó la primera colonia agricola francesa, en la zona de Cura Malal. Mas de 200 colonos de su provincia natal -Aveyron- fueron ubicados por Cabanettes en lo que es hoy la prospera e inconfundible Pigüe. En 1898, con la fundación de "EI Progreso Agricola", se inauguró la primera mutual de seguros para defender del granizo a los agricultores.

Franceses hubo en las colonias Esperanza, San Carlos, San Jose, Urquiza, y tantas mas. Franceses hubo en Esquel, en Posadas, en Pedro Luro, en la colonia Hinojo, en Tornquist. Tambien en General Lamadrid, Tapalque, Bolivar, Rauch, Las Flores, Ayacucho, Tandi], Juarez, Laprida y en Azul. Uno de los primeros franceses del Beam que lIegaron a Azul, fue Marcelino Riviere,fundador de su primer molino harinero y propulsor -filantropo- de la inmigracion. EI ayudó a venir a sus coprovincianos, dandoles trabajo y seguridad. Asi lIego Luciano Fortabat, que fue luego importante ganadero.

Pioneros de Esquel, viñateros en Cuyo, ganaderos en La Pampa y en Azul, fundadores de ingenios en Tucumán, molineros en Córdoba y Santiago del Estero, productores de yerba mate en Misiones. Agricultores en Entre Ríos, en Santa Fe y en Pigüe. Criaron ganado vacuno y ovejas, plantaron cereales, trigo, maíz, legumbres, árboles frutales y vid. Cultivaron el suelo, sirvieron a la Patria y agrandaron nuestro patrimonio espiritual" (1).

Notas
S/F: Para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino. Buenos Aires, Clarín.

viernes, agosto 7

Correcciones familia SOMMER


Gracias a Cristian podemos corregir datos sobre la familia SOMMER UDAQUIOLA.

Baldomero Sommer y Juliana Udaquiola tuvieron tres hijos Valdemar Carlos Antonio en 1896, Celia Inés Sommer en 1896 y Julián Alberto en 1901. Valdemar murió en 1940 al igual que su madre Juliana y no tuvo descendencia. Celia tuvo un hijo José Julián y éste tuvo 4 hijos, Patricio, Diego, Alfredo y Mariano.

Julián Alberto, se casó con Susana Rosa Peró Gayán y tuvieron a : Susana Maria, María Ángeles, Julian Miguel, Cristian Valdemar y Teresa María.

Julian Alberto murió en 1966 y y su esposa en 1999.

Con respecto Baldomero, era hijo de Jürgen Chrístian Sommer que era oriundo de Copenhagen nacido en 1824 y de Margarita Strunck oriunda de Meldorf, Holstein, Alemania. Éstos se casaron aquí en 1850 en la Iglesia Evangélica Alemana, y como dato interesante es que fueron de los pioneros fundadores de la colonia dinamarquesa en la Argentina, y junto a Juan Fugl introdujeron la siembra de trigo en la zona de Tandil.

Era muy considerado dentro de la colectividad danesa , ya que ayudó mucho a los daneses que inmigraron en años posteriores. Como curiosidad a él lo llamaban Chrístian y a su mujer Margarita aunque ella se llamaba Telsche Geesche Margaretha Strunck nacida en 1823. Y tuvieron cinco hijos Chrístian, Henriqueta, Carlos, Baldomero y Ernesto.

Como vemos, gracias a Cristian pudimos corregir adatos y averiguar mas datos de la familia asi como nombres e historias que ignoramos.
Enhorabuena!!!

Los argentinos que pelearon en la Segunda Guerra

Son hombres y mujeres que se ofrecieron como voluntarios para combatir en la Segunda Guerra Mundial a favor de los aliados. La mayoría ya pasó los 80 y dice que volvería a hacer lo mismo porque “había que parar a Hitler ”. Historias de vida de los veteranos que se animaron a ir a la guerra por una cuestión de honor.

Una verdadera pena que Hitler se haya volado la tapa de los sesos sin saber del "Adolfo, grandes cariños desde Argentina" que Tito Withington le dedicó sobre una de las bombas que su Lancaster soltó mientras sobrevolaba Berchtesgaden, la casa de verano de Hitler, sobre el final de la Segunda Guerra Mundial. El tal Withington, cordobés descendiente de ingleses, integraba el escuadrón 625 con base en RAF Kelstern, Inglaterra. Planeó sobre la casa de Hitler y lanzó tiras metálicas –conocidas como windows– con las que se perturbaba a los radares alemanes hasta saturarlos, “y así lanzar nuestros confites”, ironiza Tito. En setiembre cumplirá 82 y aún le calzan bien los dos birretes que conserva de aquellos días de guerra en los que se iba de copas por los bares londinenses con Ronald Daintree, otro argentino, y de regreso al cuartel, ya madura la madrugada, saltaban el alambrado para no ser castigados.

Claudio Tito Withington todavía no había cumplido los 20 cuando se plantó con la idea que lo obsesionaba: “Yo tengo que ir allá a pelear para los ingleses”, dijo en su casa antes de subirse a un barco carguero que zarpó de Buenos Aires rebosante de carne y cereales para saciar a la Gran Bretaña en guerra.

Como él, unos 3.000 argentinos no quisieron quedarse afuera de la historia y se ofrecieron como voluntarios en el bando de los aliados de la Segunda Guerra Mundial.Entre ellos había 800 pilotos de los cuales aún viven unos 30 dentro y fuera del país. En abril, la embajada argentina en Londres homenajeó a doce de estos abuelos con vuelo propio que se pagaron el pasaje para asistir a la ceremonia que se hizo en la iglesia de St.Clement Danes, la iglesia de la RAF (Royal Air Force) de Londres. Sólo faltó alguien del Foreign Office británico que no se dio por enterado de la invitación.

Queda apenas un puñado entre los que después de la guerra decidieron aterrizar en la casa matriz. Guardaron silencio durante más de 60 años. “Había 42, inmigrantes y descendientes de ingleses financiaron la creación del escuadrón anglo-argentino 164. Su lema: Firmes volamos. Tito Withington, por su parte, llegaría a Inglaterra un año después.

En el barco había hecho buenas migas con Harold Hyland, otro argentino afiliado a la odisea de cruzar el océano para frenar a Hitler. Harold, a quien le tocó llorar a Peter, el hermano que no volvió de la guerra, terminó sumando a Tito a la familia: cuando volvieron, su hermana Sheila se convirtió en la señora de Withington. “Ella siempre tenía tristeza de la guerra", dice Tito, que enviudó hace unos años.

Desde el sillón del living de la casa de su hija Cecilia, con quien vive en Florida, provincia de Buenos Aires, este caballero aún ducho en la confección del piropo no da más detalle. Pero así como se les sumó sin chistar en el 43, en el 82 fue del bando de el que no salta es un inglés. “En la Guerra de Malvinas se subió a un avión. Peleó con y en ontra de Inglaterra –confiesa su hija–. Volaba un Learjet del por entonces Banco de Italia y el avión fue confiscado. Podía haber argumentado algo para no ir, pero donde iba el avión iba mi papá. Imaginate, si se fue a la guerra a los 18, a los 60 y pico no iba a ser menos. Le dieron un uniforme y no lo vimos por una semana. Mi mamá estaba como loca. No sabíamos nada de él.” “Bueno,pero no es para tanto. Ahí no llevaba bombas, llevaba gente”, minimiza Tito.

No perderás la calma

En febrero de 1943, Ronald Scott se embarcó tranquilo rumbo a Liverpool junto a otros 399 voluntarios. “En la Comisión de la Sociedad Británica Argentina me habían dicho que si me pasaba algo en la guerra, ellos iban a cuidar de mi madre ”, recuerda Scott, un hombre de 87 años y una memoria puntual, incapaz de jugarle una mala pasada. Su padre, un inmigrante escocés que no pudo ejercer como médico porque nunca le reconocieron el título, había muerto cuando él tenía 8 años.

“Lamentaba no haber ido antes a la guerra. Llegué a Liverpool una noche de luna sin nubes. Las iglesias que veía a mi paso habían sido bombardeadas”, dice Scott, té de por medio, en la confitería del CASI (Club Atlético San Isidro), escenario de sus éxitos en rugby, críquet y fútbol. “Para mí, Hitler era un hache de pé. Había que pararlo, y más valía pararlo allá porque acá, Perón era pro alemán –agrega–. Yo era un idealista romántico y quería aportar mi granito de arena.”



El, que aquí había logrado gambetear al servicio militar por número bajo, se hizo piloto en Inglaterra. “Entre el observatorio de Greenwich y el río Támesis estaba el cuartel principal de la Marina. Ahí estuve tres meses controlando misiles B1 –dice Scott–. Yo tenía a mi cargo un sector de Londres que debía proteger de los B1 que venían de la costa francesa y belga.”

Su madre, que sabía de sus ganas de convertirse algún día en arquitecto y lo había entendido como nadie –“ella, como inglesa, sentía mi deseo de ir a la guerra”– murió antes de que Ronald Scott volviera a casa. Antes de que se convirtiera en piloto de Austral y salvara a más de 40 pasajeros después de que se le incendiara el avión, aquel día de 1953.

“Estuve tres años y medio en la guerra, tuve un aterrizaje forzoso en el mar y esas experiencias hacen que uno no pierda la calma”, sintetiza Scott.

Tampoco la perdió Bernardo Noel De Larminat, el argentino más condecorado del grupo que, a pesar de los honores recibidos, prefiere no hablar del pasado.

Aunque no salga de su boca, son sus ex compañeros de fuego cruzado los que comentan que el arisco De Larminat participó en 341 misiones de combate en cazas Hurricanes y Spitfires con los escuadrones 417 City of Windsor, de Canadá, y los franceses 340 Ille de France y 341 Alsacia. Sólo quienes lo han agarrado en un buen día, allá en sus pagos de Bahía Blanca, saben que lo derribaron el 1º de abril del 45 mientras lideraba un ataque a los alemanes en Holanda. Aterrizó el Spitfire de panza en un campo y le llevó un día eludir al enemigo y volver a su escuadrón.

En el nombre del padre

A comienzos de los años 40, el irlandés Bernabé Lanktree, un comandante del Ejército durante la Primera Guerra Mundial, solía repetir a sus hijos: “Hay que cortarle los mostacholes a Hitler.” Y Sheila, la niña que se había encaprichado en nacer en Rosario un 4 de noviembre, el de 1925, esperó a cumplir los 18 para llevar a cabo el mandato paterno.

“Fui al consulado inglés y dije: ‘Ya estoy lista para ir’”, recuerda hoy esta mujer que aún conserva el estado civil original.

“Era la única voluntaria, fui la mimada del barco”, agrega Sheila. Al llegar a Londres, la entrenaron en el código Morse y le enseñaron a realizar el mantenimiento de las radios de los aviones. “Fui radio operadora de los Pathfinder, los que iban delante de los bombarderos –aclara ella–. Había un piloto que siempre me llevaba a volar y una vez, mientras estaba controlando la radio, me cerraron la puerta para darme un susto.”

Entre 1943 y 1947, Sheila vivió en Norfolk, al norte de Londres, en una casilla de cinc, junto a otras doce chicas. “Hacía 20 minutos de bicicleta de ida y 20 de vuelta a la base. Nos divertíamos en el South American Club de Londres y, por las tardes, cuidaba chicos. Nunca tuve miedo. Tampoco me angustiaba. Eso es muy argentino”, dice como si ella no lo fuera.

La guerra terminó y Sheila supo que no se iba a sentir en ningún lado tan bien como dentro de un avión. “Me llamó mi hermano y me dijo: ‘Volvé a la Argentina que te conseguí trabajo como secretaria de la directora del colegio donde fuiste’. ‘Minga ’, le dije”, cuenta. En 1948 se convirtió en auxiliar de a bordo y lo fue durante 33 años. “El amor por los aviones que nació de las entrañas de la guerra me duró toda la vida”, dice ella, que aún conserva el vicio de subirse al Tienda León con destino final Ezeiza. “Hay un comandante que me trae la revista Hola que salió el día anterior en España. Acá las consigo pero son mucho más caras y llegan una semana más tarde”, explica.

Sheila se acuerda de aquella bella piloto argentina que se encargaba de transportar aviones desde la fábrica hasta las bases: Maureen Dunlop. “Sorprendía a todos cuando llegaba porque nadie se esperaba que fuera una mujer, pero ella se sacaba la gorra y le caía la melena por debajo de los hombros”, dice Sheila.

Maureen tiene 85 años y vive en Norfolk, Inglaterra, donde cría caballos árabes. "He tenido mucha suerte –dirá por teléfono –. Yo ya volaba en el Aeroclub de Argentina y cuando cumplí los 20, fue bueno poder ayudar a los ingleses en la guerra.”

Sheila la recuerda sentada y ausente, como en otra sintonía, capturada por la lectura de algún libro: “Yo decía:‘¡Qué linda novela debe estar leyendo!’, pero, en realidad, eran libros de aviación. Ella leía sobre los pistones del avión y esas cosas.” Para Ronald Daintree, en cambio, conseguir un pasaje de ida a la Segunda Guerra Mundial fue la mejor aventura de juventud de su vida.“ A los 16 años había intentado subirme a un carguero en Dock Sud pero fracasé. Cuando pude ir a la guerra, fui feliz”, cuenta Ronnie, un hombre alto, que en los cuatro años y medio que pasó en la guerra tuvo más de dos novias y cinco motos.

En el 44 lo mandaron a Egipto, India y Pakistán. “Estábamos listos para atacar Japón”, dice. Pero las bombas de Hiroshima y Nagasaki acabaron con la guerra contra Japón y Ronnie volvió a casa. “La guerra me dio una profesión y la oficina más linda, con un mirador mundial”, dice el hombre que luego llegó a ser el piloto del presidente Arturo Frondizi y que estuvo al frente del primer vuelo traspolar –Australia- Argentina–, en 1980.

Peggy, su mujer desde hace 56 años, ofrece café. “Diga que sí. Esa es una de las cosa que aprendí en la guerra: siempre hay que aceptar –aconseja Daintree–. Hay que andar con el tanque lleno. Uno nunca sabe cuándo va a volver a cargar combustible.”

Visto en:
http://www.clarin.com/diario/2005/08/07/sociedad/s-1028877.htm

Alemanes en Coronel Suarez

El 15 de marzo de 1887, luego de entrevistarse con el Sr. Eduardo Casey (quien disponía de 300.000 ha. en un paraje denominado Sauce Corto), llegan a esta zona 58 familias procedentes las aldeas Kaminka, Hildmann, Dehler y Volmer de la gobernación de Saratow, colonización del Volga.
El sitio reservado a los extranjeros, se ubicaba en la ciudad de Cnel.Suárez, a la vera del Ferrocarril Sud.

Los inmigrantes decidieron fundar sus propias colonias, por lo que se distribuyeron de la siguiente manera:

* 24 familias de Kaminka, se alejaron 15 km. de Cnel.Suárez, fundando la colonia 3 o Pueblo Santa María, el 11 de mayo de 1887.
FAMILIAS PROCEDENTES DE ALDEA KAMINKA (algunas de las cuales fundaron esta colonia):
Allerbon, Andes, Bahl, Baier, Beier, Baumgertner, Braun, Brandestein, Berger, Bendero, Bohn, Crenz, Dailof, Dihel, Dreser, Dumrauf, Fischer, Fogel, Fogelmann, Gette, Gettig, Grenz, Gertner, Gottfriedt, Hasper, Heim, Hecht, Horn, Kaul, Kuhn, Minnig, Müller, Naab, Patenhaiser, Reeb, Reser, Resch, Reppin, Roth, Rogel, Rohwein, Rolhaiser, Sack, Siebert, Siebenhart, Simon, Schaab, Schamberger, Scheffer, Schechtel, Schermer, Schmidt, Schneider, Schulmeister, Stadelmann, Stadler, Streitenberger, Stremel, Schwerdt, Schwindt, Treser, Urban, Walter, Weimann, Winer, Zwenger.

* 15 familias de Dehler y Volmar fundaron la colonia 2 o Pueblo San José, a 10 km. de Cnl.Suárez, un 13 de abril.
FAMILIAS PROCEDENTES DE ALDEA WOLMAR:
Bailman, Beingart, Brost, Detzel, Dietrich, Distel, Dornes, Eberle, Feser, Gertner, Graff, Haberkorn, Hergenreder, Heim, Holmann, Kees, Klug, Kippes, Krieger, Kloperdanz, Lacher, loos, Lauer, Ostertag, Pailman, Platz, Recofski, Sauer, Sietz, Sieben, Siebert, Stang, Stegmann, Stadelmann, Schaab, Weingart, Waimaier.

ALDEA DEHLER:
Achemager, Buch, Diehz, Danderfer, Dumrauf, Forster, Freidenberger, Fuhr, Gunter, Guinder, Hammerschmidt, Hippedinger, Herpsommer, Kesler, Kiner, Klein, Koller, Kronberger, Martel, Masson, Minor, Novack, Opholz, Ostertag, Phillip, Pubilowsky, Raab, Redel, Riel, Rudel, Ruhl, Ruppei, Ruppel, Schab, Schell, Sieb, Schöenfeld, Schwab, Staldecke, Stoessel, Trauch, Wagner, Zwenger.

* 19 familias de Hildmann se ubicaron a sólo 5 km. de Cnel.Suárez, fundando la colonia 1 o Pueblo de la Santísima Trinidad.
FAMILIAS PROCEDENTES DE ALDEA HILDMANN:
Amrain, Dietrich, Diser, Duhel, Elsenbach, Gallinger, Gerling, Haas, Heit, Heiland, Heinrig, Herlein, Hubert, Kees, Kippes, Konrad, Müller, Quitlain, Trin, Waisbeck, Werbach, Wiabach.
Actualmente, las colonias tienen una población aproximada de 5.500 habitantes.

Costumbres y Tradiciones.
Algunas de las costumbres de los primeros colonos, en su mayoría religiosas, han ido pasando de generación en generación, por lo que consideramos interesante explicar algunas, que ponen de manifiesto el inquebrantable espíritu de lucha y su fe en Dios.

Bendición de la sal:
En el día de la Stma. Trinidad se procedía a la bendición de la sal, que se guardaba para los días de tormenta, cuando era echada en el fuego encendido de la cocina a leña y el humo que emanaba de la chimenea se elevaba al cielo, protegiéndolos de las inclemencias del tiempo.

El mensaje de las campanas:
Como la fe regía la vida de los aldeanos, las campanas indicaban los momentos del día que debían ser dedicados a Dios.
También se acudía a las campanas para reunir a los vecinos para algún acontecimiento importante, y en casos de incendio, cuando se necesitaba a todos los vecinos para colaborar en la extinción del fuego.
Actualmente, las campanas todavía informan a los colonos los fallecimientos. Según el tañido, estas indicaba la edad del fallecido.

Bendición de los ramos.
Los ramos bendecidos el Domingo de Ramos son guardados con gran respeto en algún lugar trascendente del hogar. Sirve para protegerlos contra rayos e incendios.

Bendición de los frutos:
El domingo de Pascua, todos los productos que producían y obtenían de la tierra, eran consagrados al Señor como agradecimiento a los dones concedidos durante el año. En la actualidad, se puede ver el Domingo de Pascua a los fieles llevando al altar canastas con frutos para la bendición.

Bendición del agua:
El agua bendita era y es muy utilizada para bendecir el hogar, fundamentalmente por las noches con la íntima convicción de colocarlo bajo la protección de Dios.

Kerb:
Esta celebración es un homenaje al Santo Patrono de cada Colonia, que incluye oficios religiosos y fiestas populares. Son jornadas especiales en las que la comunidad abre sus puertas de par en par y reciben la llegada de visitas (previstas e imprevistas), creando un clima de reencuentro, fraternidad y de compartir una mesa abundantemente servidad con productos típicos.
Actualmente, se realiza el oficio religioso, seguido de un desfile de instituciones de las colonias, y luego se van desarrollando juegos, bailes y diversos espectáculos deportivos y sociales de los que participa toda la comunidad.

Celebración de la Navidad:
Como en todos los hogares cristianos, esta fecha era muy venerada, pero tenía una particularidad: la visita de dos personajes.
Uno de ellos, el Christkind (simbolizado por una muchacha vestida de hada, sacudiendo campanillas) que sometía a los niños a un examen de comportamiento y oraciones, luego del cual recompensaba con golosinas a los pequeños.
El otro, el Pelznikell (personaje oscuro, envuelto en un raído sobretodo y arrastrando una pesada cadena de tiro) quien acusaba a los niños de ciertas faltas (previamente informadas por los mayores).
La escena terminaba cuando el Christkind echaba del hogar al Pelznikell, y repartía las golosinas, distendiendo el clima que se había creado.
En algunos hogares, se sigue representando esta costumbre, en la que el Christkind es quien entrega los regalos de Navidad.

Celebración del Año Nuevo:
Luego de la despedida del año viejo, los niños tenían una costumbre muy singular: prepararse para "wünsche gehend", que consistía en visitar tíos, primos, abuelos y demás parientes para expresarles buenos augurios y felicidad para el Año Nuevo que se iniciaba. Los pequeños eran recompensados según la originalidad de sus dichos, y al cabo del día, ostentaban orgullosos los frutos del wünsche gehend.
Algunos hogares mantienen esta tradición, en cuanto los pequeños echan mano a todos sus recursos para caer en gracia a los mayores y llevarse una buena recaudación.

Salud:
Se regían por un libro de medicina del hogar, que iba pasando de generación en generación.
Entre los alemanes, aún se encuentran personas (con los conocimientos transmitidos por sus padres) que se dedican a "arreglar huesos". Esto incluye torceduras, estiramientos, etc.
También hoy se utiliza mucho un "wunderbalsam" (que antes lo preparaban ellos mismos), o bálsamo milagroso que ya se encuentra disponible en las farmacias. Este "wunderbalsam" alivia prácticamente todo, por lo que resulta casi infalible.

Matte kuie:
Los alemanes aprendieron rápidamente a tomar mate. Tan es así que dicha práctica quedó arraigada, y le fue otorgado un nombre: los del sur le dicen "kuie" y los del norte "zuckelle". Ellos "kuie matte" con o sin azúcar en terrón, o sea que primero colocaban un terrón de azúcar en la boca y luego lo tomaban.
Anécdota: el primer contacto de los alemanes con el ritual del mate debió ser sorpresivo. Un alemán recientemente emigrado a la Argentina, lo comentaba así: "Una vez en la colonia ... me convidaron con el primer mate. Yo creía que eso era tabaco y que debía fumarse en una pipa bastante diferente de las que usábamos en el Volga. Chupé fuerte, como es natural. Las consecuencias fueron una formidable neblina que produje con mi resoplido al sentir la quemazón. La gente se moría de risa. Para ellos, el mate ya había desalojado el té de China que tomábamos en Rusia".

Comidas:
Los Alemanes del Volga tienen una marcada predilección por los platos suculentos y su gastronomía se identifica con un variado menú.
La combinación de sabores agri-dulces es muy frecuente, como así también de harinas con repollo. Asimismo se destaca hoy en día el uso del "Saurkraut (chucrut) y los "SauerKummer" (pepinos encurtidos). En las despensas o sótanos de las casas más antiguas, nunca faltan "Wurts" y "Pluttwurts" (chorizo y morcilla negra), ni jamones y queso de chancho.
Mucho más que un acto alimentario, la comida sirve para comprender la cultura de una sociedad determinada.

Música:
"Sembraban, oraban, luchaban cantando", reza un pasaje de una antigua canción. Y así sigue en nuestros días, ya que cualquier acontecimiento es motivo para entonar viejas canciones. Los clubes de estas colonias, periódicamente realizan bailes, en los que es común que gran parte de la música esté compuesta por polkas, valses, etc. en alemán.

Casa de Expositos

El 7 de agosto de 1779 se funda la Casa de Expósitos y el 9 de junio de 1780 ingresa la primera niña que había sido abandonada en la puerta. Es bautizada como Feliciana Manuela que fallece repentinamente a los pocos días.

En 10 años la Casa recibió más de 2.000 niños. Su nombre original, el de Casa de Niños Expósitos se debía que albergaba a los niños abandonados,"expuestos", en las calles o en los umbrales de las iglesias, los cuales eran comunmente atacados por los perros. Contaba con un torno de madera para recibirlos manteniendo el anonimato de las madres. Este armazón giratorio funcionó hasta 1891.


El torno.

En los principios se mantenía con la recaudación de una imprenta propia, basada en la que habían dejado los Jesuitas en el Colegio Montserrat de Córdoba. Era manejada por los mismos niños y tuvo a su cargo la publicación entre otras cosas, de catecismos, almanaques, gacetas, impresos particulares, bandos oficiales y el Telégrafo mercantil a partir de 1801.

La mala organización y administración se suman hasta que el 21 de febrero de 1784 se dispone que la Hermandad de la Santa Caridad se hiciera cargo de su dirección y la venta del primitivo local. La casa se muda a otro edificio en Moreno y Balcarce, más discreto, para "alejar de miradas inoportunas" el torno en que se abandonaba a los niños.

En 1815 se designa como administrador a Saturnino Segurola, quien insiste en la importancia de contar con un profesional médico, es por eso que en 1817 se nombra médico de la Casa al Dr. Juan Madera, que como practicante se había destacado en el cuidado de los heridos durante las Invasiones Inglesas. En 1818 es reemplazado por Cosme Argerich.

En 1873 se traslada a la actual calle Montes de Oca, en un terreno ubicado en lo alto de la "Barranca de Santa Lucía" siendo sus directores, a partir de ese período, los Dres Juan A. Argerich, Juan M. Bosch y Angel Centeno. Este œltimo obtiene en la "Casa Cuna" la primera radiografía pediátrica en el país.


                                                                                             
Sala de internación.

En 1903 ingresa el recién graduado Pedro de Elizalde quien normalizó la recepción de leche, organizó la Escuela de madres, vigiló la salud de las "dadoras de leche" y organizó el servicio Médico-Social. Elizalde creó la Escuela de Enfermeras profesionalizando la enfermería del Hospital y consiguió que su título fuera reconocido por la Facultad de Medicina.

En 1905, en reconocimiento a su capacidad asistencial, la Casa pasa a llamarse oficialmente Hospital de Niños Expósitos, nombre que cambia en 1920 por el de Casa Cuna.
Entre 1935 y 1946 es director del hospital el Dr. Pedro de Elizalde quien enriquece la actividad científica del mismo con la aparición de la Revista Infancia y la instalación de la Cátedra de Pediatría. En esa época se inventa en "Casa Cuna" el sistema de indentificación de recién nacidos actualmente en vigencia.


Pabellón Jockey Club.

Pabellón Ayerza.

En 1961 se le impone el actual nombre de Hospital "Dr. Pedro de Elizalde". En 1963, el Hospital pasa al ámbito municipal y en 1967, se incorpora el Plan de Residencias Hospitalarias.

El Hospital General de Niños Dr. Pedro de Elizalde esel Hospital Pediátrico más antiguo del continente americano encerrando en su belleza arquitectónica el encanto de las típicas construcciones de los palacios de la época.

jueves, agosto 6

Archivos Alhambra

"La plataforma pondrá a disposición de los ciudadanos a través de la Red los documentos digitalizados del archivo y la biblioteca del Patronato"

NOELIA M. ESTEBANÉ
La Alhambra es conocida mundialmente por su belleza arquitectónica, pero dentro de sus instalaciones se esconde otro tesoro: los documentos del Archivo y la Biblioteca del Patronato, que recogen la historia del palacio nazarí desde los Reyes Católicos hasta nuestros días. Una información que si se colocase en fila alcanzaría los tres kilómetros de longitud.

Hasta ahora, las obras e imágenes sólo podían ser consultadas ´in situ´. Sin embargo, a partir de septiembre, los ciudadanos interesados en acceder a la documentación podrán hacerlo a través del nuevo portal científico del Archivo, en el que "se recopilarán, conservarán y difundirán los documentos digitales y se facilitará el acceso y la preservación del valioso patrimonio bibliográfico", según explicó la jefa de Sección de Archivo y Biblioteca de la Alhambra, Bárbara Jiménez.

Por el momento,y gracias al trabajo de muchos años del equipo de 15 profesionales, el portal contará con 386 dibujos, 19.656 fotografías, 159 grabados, 7.810 planos, 920 postales, 1.397 imágenes del Fondo Ángel Barrios, dos libros de actas y once libros de firmas, a los que suman el ´Fondo Romanones´ y la colección ´Cuadernos de la Alhambra´. Asimismo, la plataforma irá ampliando su base de datos conforme vaya digitalizando más archivos.

De este modo, la aplicación informática facilitará la labor de investigación sobre el monumento nazarí, puesto que la Alhambra despierta un gran interés entre los ciudadanos y expertos. De hecho, durante el pasado año, el Archivo y la Biblioteca del palacio rojo recibieron a cerca de un millar de investigadores y se solventaron 176.500 consultas.

La mayoría de los requerimientos sobre el patrimonio bibliográfico de la Alhambra (119.297) son formulados por personas ajenas al Patronato, es decir, ciudadanos que desean profundizar en algún tema relacionado con el monumento, bien para documentar algún trabajo o por simple curiosidad. Los jardines árabes, el Patio de los Leones, el sistema hidráulico de la Alhambra, los destrozos en el monumento e incluso la historia del calzado femenino son algunos de los temas indagados por los usuarios del servicio, que sólo tienen que solicitar al Patronato la tarjeta de investigador. Ahora bien, la jefa de Sección aclaró que hay que distinguir entre quienes buscan el trabajo hecho y los que ejecutan una auténtica labor de investigación, pues las fichas de las obras no puntualizan los detalles que pueda describir el libro.

No obstante, según puntualizó Jiménez, la mayor parte de los investigadores son miembros del personal de la administración del Patronato (619 del total), que acuden al Archivo y Biblioteca para obtener documentación administrativa e información sobre aquellas partes del monumento donde se va a intervenir en restauración o conservación. Además, el equipo del Archivo también se encarga de documentar y organizar las exposiciones de imágenes u obras del fondo documental.

Fuente: laopiniondegranda.es

Triste Noticia



INCENDIO EN SAN MARTÍN DE LOS ANDES


Fuente:www.neuquenonline.com

Se incendió el Archivo Municipal, sector donde funcionaba también una cafetería.


Ocurrió hoy a las 2,30 horas en el Archivo Municipal de San Martín de Los Andes, en ese sector funcionaba también una cafetería.

En comunicación con el Director de Seguridad de Junin de Los Andes Crio Mayor Isaías Lopez nos informó que los peritos de la Dirección de Bomberos de la Policía Provincial viajarán hoy al lugar a fin de determinar las causas del siniestro, no hay víctimas solo daños materiales.

Eslabones de la Web

Hola a todos!!
Esta nueva seccion tiene la finalidad de ayudarnos entre nosotros.
Aqui podremos ver a todos aquellos trabajan en su Genealogia y por una razon u otra estan "varados" en esta aventura.

Habra una foto de la persona y una lista de los apellidos buscados.
Empezamos hoy con
MONICA ALMASSIO y ojala alguien pueda ayudarla.

ITALIA:
Busto Arsizio: Almasio, Castiglioni
Chieti, Roccascalegna : Travaglini, Zinni, Di Donato, Cianci, Massa, Ciampone, Di Tonno.
Potenza, Muro Lucano: Bianchini, Lomonaco, Lamorte, Confuorti, Travaglio.
Campobasso, Sant' Elia A Pianissi: Meschino, Galea o Jalea, Boffa, Tartaglia, Carmele, Testa, Di Govio, Pilone, Guarino, Mastrovito, Gatamurro, Cicova, Petruccelli, Spinelli, Cristianziani, Colavita, Paolucci, Di Vito.
Genova: Gessano.
Francia: Ithoubaure o Ithurburu, Zamora.
Argentina: Mendoza: Arguello.
Chile: Ramos.

Paraguay: Saldivar, Cañete.

Registro “Memoria del Mundo

La Unesco incluye las “Capitulaciones de Santa Fe” en el registro “Memoria del Mundo”, entre los principales testimonios culturales de relevancia Mundial

El Comité Asesor Internacional del Programa “Memoria del Mundo” de la UNESCO, a propuesta del Ministerio de Cultura, acordó incluir las “Capitulaciones del Almirante don Cristóbal Colón” (1492) -conocidas popularmente como “Capitulaciones de Santa Fe”-, junto a otros treinta y dos documentos y archivos como integrantes del “Registro Memoria del Mundo”, destinado a la preservación y difusión de los testimonios documentales de excepcional valor y relevancia del Patrimonio Documental Mundial. 

El documento, suscrito el 17 de abril de 1492 entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla y el navegante genovés Cristóbal Colón en el campamento militar ubicado en las proximidades de Granada, constituye uno de los documentos de la serie de acuerdos y capitulaciones suscritos por los monarcas hispanos en la localidad granadina de Santa Fe de la Vega (Granada) entre los años 1491 y 1492, entre los que sobresalen los establecidos con el monarca nazarí Boabdil el Chico (Muhammad XI) para la entrega y capitulación de Granada y el documento suscrito con Colón, considerado por algunos especialistas como el primer documento escrito de la Historia de América.

En los capítulos de las “Capitulaciones de Santa Fe” de 1492 se establecieron las condiciones con las que partirá Colón en el viaje que supuso el descubrimiento de América. El texto del documento original se conoce a través de la copia coetánea del Registro de Cancillería de los monarcas aragoneses, conservada actualmente en el Archivo de la Corona de Aragón, en Barcelona, y diversas copias notariales custodiadas en la Sección Patronato Real del Archivo General de Indias, en Sevilla. Además, se conoce también el texto a través de la carta de confirmación de las “Capitulaciones de Santa Fe”, suscrita por los Reyes Católicos en Burgos el 23 de abril de 1497, documento del que hay constancia en el Registro General del Sello de la Cancillería castellana en el Archivo General de Simancas (Valladolid), así como también en el Archivo General de Indias, en Sevilla. Estos documentos se encuentran accesibles y consultable a través de Internet en el Portal de Archivos Españoles (PARES).

El director general de la UNESCO, Koichiro Matsuura, anunció esta nueva inclusión en el Registro “Memoria del Mundo” en la sesión de clausura de la 9ª Reunión del Comité Asesor Internacional del “Programa Memoria del Mundo”, celebrado en Bridgetown (Barbados) durante los días 27 a 31 de Julio.

La inclusión de las “Capitulaciones de Santa Fe” en el Registro de la UNESCO fue solicitada por la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura en diciembre de 2007, tras la inclusión previa del “Tratado de Tordesillas”, suscrito entre los Reyes Católicos y el monarca portugués João II el 7 de junio de 1494.

La decisión de la UNESCO refrenda nuevamente la importancia y relevancia internacional del Patrimonio Documental y Cultural conservado en la Red de Archivos Estatales del Ministerio de Cultura.

martes, agosto 4

Alemanes en Argentina- 2° parte

‘Los inmigrantes alemanes son muy particularmente deseados por los nacionales, por su honradez proverbial, sus costumbres laboriosas y su carácter pacífico y tranquilo’, decía Sarmiento en 1847 y proponía que dos millones de alemanes se radicaran en el país, para dedicarse a la agricultura, a la fabricación de quesos y manteca y a la cría de merinos. Las propuestas alemanas de Sarmiento no se concretaron, pero, entre 1810 y 1860, el 22% de los inmigrantes fue alemán. Y tambien lo era Augusto Krause (el padre de Otto Krause), amigo de Sarmiento y co-fundador de Chivilcoy, la colonia que mereció el mas exaltado elogio del prócer”.

“Hugo Stroeder tambien fue fundador de pueblos (SalliqueIó) y propulsor de la colonización agricola en Santa Fe, Entre Rios, Santiago del Estero y La Pampa, de quien Roca decia que la Argentina necesitaba muchos hombres como este aleman. En 1909 Stroeder fundó Villa Iris, cerca de Bahia Blanca.
Alberto Runge fundó la bodega Santa Ana y tuvo viñedos en Mendoza y en Rio Negro. Juan Plate fue pionero del desarrollo patagónico y hacia 1890 fundó la estancia Nueva Lubecka. Enrique Klein tuvo en PIa, provincia de Buenos Aires, una empresa de cultivo de semillas para trigo cuyos logros Ie valieron el doctorado honoris causa de la Universidad de Bonn. Phillipp Schwarz fabricó en su taller de Magdalena, las primeras trilladoras”.

“Altgelt, Ferber y Cia, sucesores de Carlos Bunge, se dedicaron a la exportación de lanas y cueros y a la importación de maquinaria agricola. La firma se transformó, luego, en Ernesto Tornquist y Cia, continuando la evolución familiar. EI padre de Ernesto Tornquist habia llegado en 1823. EI hijo tuvo un importante saladero, luego un frigorifico en Rosario, una refineria de azucar y adquirió tierras en Santa Fe, Entre Rios, y en los territorios de la Conquista del Desierto. Fue el mas notorio financista de la epoca de Roca, y tambien fue fundador de colonias agricolas de inmigración”.

“En 1867, Adolfo J, Bullrich, hijo de un militar aleman hecho prisionero por el ejercito de Alvear, fundó la empresa que lleva su nombre. Consignatario de hacienda y empresario inmobiliario organizó importantes y resonantes remates de reproductores, Con mas de 120 años de actuación, es la suya una de las empresas mas antiguas del pais. Su historia es la historia misma de la Exposición Rural”.

“En 1884 fue fundada la empresa Bunge y Born, como extensión de su casa matriz de Amberes. Asociada a la "revolución del trigo", en la decada de 1920 fue la principal exportadora de cereal, con vasta red de representantes en el exterior”.

“Klaus Stegmann tuvo, hacia 1850, una estancia en Flores, En 1856, German Frers administraba otra en Rosario, German Frers fue el fundador de la Colonia Suiza, de Baradero, Su hijo ocupó importantes cargos en el Ministerio de Agricultura de la Nación”.

Los Tiejten, de Colonia Hansa, trajeron las primeras liebres que llegaron al pais. En Corrientes, en Colonia Liebig, se establecieron alemanes del sur. En la Provincia de Buenos Aires, por iniciativa de Carlos Heine, se fundó la colonia de Chorroarín, que no prosperó. Hubo alemanes en Rio Gallegos y en Neuquen. Bariloche fue fundada y colonizada por alemanes en primer lugar. En 1930, la "Unión de Campesinos" alemanes de Buenos Aires radicó en el Chaco a los colonos que huian de las sequias de La Pampa”.



“Pero es en Misiones donde la colonización alemana fue mas singular. Al fin de la Primera Guerra Mundial, v mas aun despues de la Gran Inflación de 1923, cientos, miles de colonos alemanes llegaron a Misiones, radicandose en la Colonia Eldorado fundada por Adolfo Schwelm-, a la colonia Puerto Rico y a Monte Carlo. Los alemanes venidos entonces, superan los veinte mil.”.

LISTADO DE LOS INMIGRANTES DE LAS FAMILIAS FUNDADORAS DE LA COLONIA ESPERANZA - PROVINCIA DE SANTA FE - CONFEDERACIÓN ARGENTINA - AÑO 1856
Recopilación de Hugo M. Zingerling

ALLARD -
ARBER -

BACHER -
BATING -
BECK -
BENDER -
BERNARD -
Braun-BRAUM -
BRUGGER -
BURGER (BIRCHER)
Bürgi - BURGI -

COLLIARD -

DEHREN -
DELL -
Deppeler - DEPPLER -
Döning - DOENING
DREISS -

ELS -
EHBERT -
Erni - ERNY -
ESSER -

FALKENMEYER -
FAVRE -
FELLER -
FISCHER
Fladung - FLANDUNG
VOOS - FOOS -

GARDIENT
GEIER -
GIETZ
GRETNER
GUNDERSBERG -
GUT -

HAGNENAY -
HANSO -
Höcklein - HEEKLEIN -
HEGL -
HEIL -
HEIN -
HERZOG -
HILBI -
HIPP -
Hübeli - HUBELI -
HUBER -
HUNTER -
Hunzicker - HUZINKER -


JACOB
Jönnerich (Yennerich) JENNERICK

KAISER -
Kärst KARST -
KAUFMANN -
KAPPELER -
KAUPPEN -
KEES -
KELLER -
KNIPPEMBERG -
KERN -
Kieffer KEFFER?-KIEFFER -
KIENER -
KINEN? -
KROENI -

Köning (o König) - KOENING -
Köstler (Kestler) - KOESTLER -

LOREY -

MARTI -
MERGEN -
MEYER -
MICHEL -
Möhring (Mehring) - MOERING -
MOIX -
MORITZ -
MORS
Müller MULLER -

NAHN - NAHM -
NAGEL -
NAS -
NEHR -  
NOETHER -  
NUSBAUM -

OBRIST -
OSTERTAG -
Oxenbein - OXEINBEIN -  

PAGAN -
PFEIFFER -  
PRESSER -

RAMB -
REIDEL -
Reinhardt - REINHARD -
REINHEIMER -
REY
RINGELSTEIN -
ROHRMANN
ROSSLER -
Rückauf - RUCKANF -
RUF -

SAGER -
SASER -
SEIBER -
Schärer - SCHARER -
SCHEURER
SCHNELL -
SCHREGER -
SCHNEIDER -
SCHWREIVER -
SCHONK -
Schultheiss - SCHULTHEIN -
SCHWABELAND -
SCHWARTZ -
SENN -
SIMON -
STESSENS -
STENZ -
STIERNEMANN -
STRASSER -
STUDER -
SPIES -
Sprüngli - SPRUNGLI -

USPRUNG -

Vanstraten -VANSTRATE -
Voos - VOGT -

WAGNER -

WEIDMANN -
WERNLI -
WEPPLER -

ZELL -
Zehnder - ZENDHER -
ZINGERLING -
ZIMMERMANN -
ZUBLER -

Los baños porteños- 2° parte

Las casas de baños porteñas de fines del siglo XIX

En este articulo se intenta dar un panorama de esta interesante temática hasta principios del siglo XX, pues como afirmaba Galarce en 1886: "La casa de baños es y ha sido siempre una necesidad indispensable para Buenos Aires, no sólo por el calor sofocante de nuestro clima en verano, sino porque innumerable cantidad de personas se bañan durante todo el año, tanto para conservar la limpieza del cuerpo, como por la indiscutible influencia benéfica que se siente en la salud moral y material del individuo".


Por Arnaldo J. Cunietti Ferrando *

Hemos leído con avidez y admiración el minucioso trabajo de investigación del Dr. Méndez Avellaneda sobre la primera casa de baños de Buenos Aires que finaliza en las postrimerías de la época de Rosas.l Y como teníamos alguna información sobre el tema de fines del siglo XIX y principios del XX, se nos ocurrió que sería interesante completarlo, aunque sin alcanzar ese plus de amenidad y erudición del impecable relato de nuestro colega historiador.

Culmina su trabajo Méndez Avellaneda hacia 1850, en el momento en que se inician los servicios de baños a domicilio, de día y de noche, con precios fijos para las diferentes categorías. Pero este sistema no estaba al alcance del pueblo común que seguía bañándose en el río, como lo hacían en Madrid las modistas y los artesanos.

Así lo informa una guía porteña de 1864:

"La Policía recuerda anualmente lo que tienen que observar los bañistas en el río. Está dispuesto que todo individuo que entre al río a bañarse, deberá efectuarlo, a cualquiera hora que sea, con un trage bastante cubierto de la cintura abajo, y que los que contravinieren lo dispuesto serán conducidos al Departamento, donde pagan una multa de 50 $ m/e., o en su defecto, sufren ¡in arresto de 48 horas, publicándose además sus nombres en los diarios".2

Pillado, sólo consigna la dirección de dos casas de baños públicos: la de Augusto Campbell, situada en Piedad (Bartolomé Mitre) 181 y la de baños rusos de Miguel Puiggari, en Belgrano 362. Que existían otras, de mayor o menor categoría, lo deducimos de otra noticia del mismo autor, cuando señala que estos establecimientos "pagan los impuestos municipales de segunda clase, por serenos 15 $, y 25 por alumbrado a gas. Las situadas en las calles cuyo alumbrado es de aceite, pagan 10 $ por el alumbrado de 1 ° y 4 por el de 2°".

En el "Gran Almanaque de La Tribuna" de 1868, encontramos una interesante publicidad de la casa de baños de Tomás Lassarte en la Plaza de Monserrat, calle Belgrano 264, donde descubrimos que los "brvios rusos" eran a vapor y aptos, según el director del establecimiento¬para curar radicalmente el reumatismo, las erupciones cutáneas y los resfríos.

Aunque las había para todos los gustos y presupuestos, las casas de baños porteñas tenían una clientela refinada y eran muy rentables, por lo que en la década de 1870, un renombrado fotógrafo como Christiano Junior, fanático de la higiene, había instalado uno en la calle Artes 180, (hoy Carlos Pellegrini) en el mismo edificio de su fotografía y otro en la calle Florida 193. 3

La opinión de un médico higienista

En el año 1874, el Dr. Guillermo Rawson dictó una serie de conferencias sobre la higiene pública y privada en la Facultad de Medicina. Analizó exhaustivamente el problema del agua potable, de los aljibes, los pozos artesianos, los lavaderos, el agua de mar y de los ríos y su incidencia en la salud de la población, que unos años atrás se había visto enfrentada a la grave epidemia de fiebre amarilla.

Haciendo comparaciones con diversas ciudades de Europa y América, concluía que lo ideal era que cada individuo contara con un mínimo de 100 litros de agua diarios para la limpieza doméstica, los baños, el lavado, las abluciones corporales y en consecuencia, para la buena higiene. Y expresaba sobre el particular:

"Nosotros necesitamos baños públicos gratuitos o muy baratos y no los que actualmente tememos, disfrutados tan solo por los ricas. El pobre necesita aseo, necesita agua abundante, tanto mas cuanto que sus condiciones especiales lo amenazan de suciedad y de pestilencia; y el baño accesible a sus fuerzas es, n no dudarlo, uno de los más poderosos elementos para su higiene, que, en último término, es la de la comunidad".4

El problema de la higiene en las clases populares, se agudizó más tarde con la llegada de una inmigración que, exigua al principio, se convirtió muy pronto en masiva. Proliferan así los conventillos y en contraposición a las exclusivas salas de baño, los inmigrantes no contaban con recintos adecuados para asearse.

Un anónimo cronista que visitó uno de ellos a principios del siglo XX, cuenta que preguntó si se bañaban mucho los inquilinos, porque un solo cuarto de baño para tanta gente, no alcanzaba. El diálogo fue el siguiente:

" ¡Bah! exclamó la gruesa encargada, ninguno de estas se ha bañado una sola vez en todo el año... Ahí está la llave del cuarto, quieta siempre...

Arrojamos una mirada al patio, donde cosían nenas diez o doce lindas obreritas, de esas que inspiran semanalmente tanta novela sentimental!...

Ni una se ha bañado en todo el año...¡Ahí están! ... A ver si dicen que no es cierto...

Las chicas iy qué lindas eran! se miraron sonriendo, un poco mohínas. Ninguna protestó. La encargada, que tampoco se había bañado seguramente , nos dio la espalda con un aire triunfal".

Otros se bañaban por turnos en tinas de agua dentro de sus piezas y los niños y niñas pequeños, aprovechaban las piletas de los conventillos, allí donde se lavaba la ropa y los platos, para asearse y refrescarse. Y qué decir de las letrinas; no sólo no servían para bañarse, sino que tenían siempre que compartirla, con todos los habitantes de la casa.

Era habitual entonces que muchos usaran sitios, más o menos recatados, en las mismas calles, generalmente una pared para salir de sus apremiantes apuros, costumbre que venía de muy antiguo en Buenos Aires y en otras ciudades de la América española y que aún hoy, no pudo ser erradicada.

Martínez Estrada cuenta que era común ese modo de orinar hasta bien avanzado el siglo XX. Cuando se suprimieron los mingitorios municipales, acota: "se encontraban transeúntes parados en el cordón de la acera, como si les hubiesen quitado el reparo quedándoles la costumbre y sin saber qué hacer. " Y relata una divertida anécdota sobre la "expulsión de las aguas" antes de los mingitorios, de cuya veracidad no abrimos juicio: "El más original que hemos tenido señala fue aquel sin paredes, donde el general Rosas despidió al ministro Mandeville. Se iba el ministro y el general lo acompañaba, detrás. Al volverse aquél, comprobó un acto de lo menos diplomático del protocolo sudamericano. "5

El problema en la década de 1880

Pero retornando al tema de los baños públicos del siglo XIX, señalaremos que era un problema que no sólo afectaba a nuestra población, sino a casi todos los países de América. Rawson nos da una divertida anécdota referida a un pueblo mejicano:

"Un amigo nuestro relataba viajaba por California. De regreso, pobre y sucio, detúvose en Mazatlán (México), población de 6.000 almas que, con aspiraciones deformar una gran ciudad y como para darse más apariencia de civilización, se había provisto de baños públicos.

Según nos refería el individuo de quien hablamos, su primer cuidado, cuando llegó fue procurarse un baño, el cual consistió en pararse desnudo sobre una tineta de barro y esperar que otro individuo vertiese agua sobre su cuerpo.

Al día siguiente supo que esa misma agita, ya usada, servía para otros baños...¡y los mazatlandeses creían esto un gran progreso!"6

Diferente era la situación en Buenos Aires. En 1886, Galarce afirmaba que en nuestra ciudad los baños eran una necesidad indispensable, a pesar de la proximidad del río, por el calor de nuestro clima y la gran cantidad de personas que los utilizan todo el año por la limpieza y su indiscutible influencia benéfica. Por esa época, los médicos los prescribían y aconsejaban tomarlos con frecuencia, contribuyendo con ello a promover su difusión entre muchos capitalistas e inversores que erigieron casas de baños "algunas de importancia, bien reglamentadas y dotadas coco todas las comodidades que prescriben el aseo, el buen gusto y hasta el Iujo".7

Y José Antonio Amorena en 1888 señalaba: "Varios son los establecimientos que existen en esta Capital que reúnen todas las comodidades, todos los entretenimientos de buen gasto para hacer más agradable el momento del bono, uniendo a todo esto el lujo y confort más esquisito. Algunos de ellos cuentan con magníficas piscinas para natación e inmersión y también con piletas de agua tibia, de afrecho, de mar artificial, rusos, de lluvia, y duchas escocesas, etc. "

Estas casas, que incluían además salas de estar y gimnasios, estaban abiertas al servicio público todo el año, y aunque durante siete meses permanecían casi inactivas, en el verano tenían una animación extraordinaria y su precio fluctuaba entre los 38 y 41 centavos cada baño y de 30 a 32, cuando se tomaban por abonos de una docena.

Amorena menciona sólo ocho en el centro y uno en Barracas, aunque debieron existir algunos más, no dignos de figurar en una guía publicitaria. Los fichados, estaban ubicados en Piedad 45 y Piedad 630, San Martín 148, Artes 180, Florida 189, Belgrano 362, 25 de Mayo 5, Balcarce 80 y en la Avenida Santa Lucía 44, de la antigua numeración.

Pocos años antes se había abierto uno en el pueblo de Belgrano con piletas para natación por una sociedad por acciones, "que produjeron un movimiento y actividad inusitadas en la población de la capital, que hizo de aquella localidad su centro de reunión".

El de la calle Piedad 45, al lado del Banco de Londres, denominado "La Argentina", inaugurado en 1883, ofrecía duchas y baños de inmersión fríos y calientes, con agua de pozo surgente renovada diariamente y tenía anexa una escuela de natación. Abría desde las 5 de la mañana hasta las 12 de la noche; un baño costaba 50 centavos, el abono para 12 baños, 4,50 pesos y por 100 boletos se pagaban 32 pesos. Complacía unos 350 bañistas diarios, con ocho empleados en verano y tres en invierno. También existían hoteles como el Argentino y el Universel, que prestaban estos servicios.

Esta era la situación, un año antes que se proyectara un complejo de baños públicos, verdadero emporio que incluía negocios, teatros, restaurantes, etcétera, accesibles también a las clases bajas de la sociedad. Pero antes de entrar en materia, tenemos que referirnos a un personaje de honda gravitación en el tema.

La actuación del coronel Gaudencio

Era éste, un militar retirado, mejor dicho, dado de baja en contra de su voluntad, por el gobierno uruguayo, pues aunque Carlos María Gaudencio era porteño, soldado mitrista en Cepeda y Pavón y había hecho la guerra del Paraguay donde alcanzó diversos ascensos, Montevideo lo fascinaba.

En esa ciudad transcurrió muchos años de su vida militar, contra Venancio Flores, a favor de Lorenzo Battle, contra Aparicio Saravia e intrigando contra el presidente Gomensoro. Este último, en castigo, lo expulsó de las filas del ejército.

Y aunque volvió a ser reincorporado, luego conspiró para tramar el secuestro del dictador Lorenzo Latorre, que fracasó. Tuvo que refugiarse en el consulado argentino, de donde salió huyendo hacia Buenos Aires.

En el fondo era un aventurero que debió realizar diversos trabajos para sobrevivir, entre ellos la fundación de un diario, la organización de una empresa de colonización del Chaco y en la frontera con Brasil y otros diversos menesteres. En 1880 estaba en Buenos Aires, donde consiguió ser nombrado comisario y luego comandante en la Boca del Riachuelo.

Cinco años después conspiraba aquí para derrocar al general Máximo Santos y durante el gobierno del general Tajes, retornó al Uruguay para especular con diversas empresas mercantiles, especialmente de obras públicas.

¿Por qué nos interesa este coronel Gaudencio?

Porque estando en Montevideo a mediados de 1887, concibió el proyecto de fundar un gran establecimiento de baños públicos y coronó exitosamente la empresa. En seis meses ya estaba en funcionamiento en un balneario llamado Playa Gounoulhiu. Los principales usufructuarios eran los denominados "inmigrantes veraniegos" provenientes casi todos de Buenos Aires, que ya por ese entonces parece que tenían debilidad por las playas uruguayas.

Es curioso comprobar que siempre el Uruguay estuvo, por lo menos en materia de baños públicos, más adelantado que nosotros. Ese verano su establecimiento fue muy visitado, pero luego decayó por la crisis que sobrevino en ese país, que lo movió a intentar la misma empresa en Buenos Aires, donde las perspectivas comerciales eran más favorables.

* El autor es historiador porteño y numismático. Este artículo fue publicado en “Historias de la Ciudad – Una Revista de Buenos Aires” (N° 18, Diciembre de 2002),
Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.

lunes, agosto 3

Apellido SOMMER



Les cuento algo lindisimo que sucedio hoy...
Me encuentro con un comentario en la entrada de los 2 meses de existencia del blog, firmado por Cristian Sommer.
Veamos que tan memoriosos son, y para aquellos que no ...se los resumo:
Entre las primeras entradas comento la historia de Celia Sommer, hija de Baldomero Sommer y Juliana Udaquiola que llega a mis manos por medio de un recorte periodistico. Ella es descendiente de Pedro Pablo Udaquiola. Hasta aqui, todo bien.
Ahora es donde Cristian Sommer entra en accion, el es familia de Celia Sommer y descendiente de "mi" PEDRO PABLO UDAQUIOLA...o sea "somos familia"!!!
Que alegria!

El Blog cumplio su cometido.

Primeros asentamientos Alemanes en la Argentina

Los focos iniciales de radicación fueron: Colonia Hinojo en la provincia de Buenos Aires y Colonia General Alvear en la provincia de Entre Ríos. Desde ambos puntos se expandieron en todas direcciones. En la provincia de Entre Ríos se mantienen actualmente aún quince aldeas pobladas por sus descendientes, doce de ellas son de credo católico y sólo tres evangélicas, aunque la mayoría de ellos se encuentran establecios en pequeñas ciudades , Ramírez, Crespo, Urdinarrain, Galarza, Maciá en donde son generalmente mayoría. Desde la Colonia Hinojo la expansión se extendió más al occidente, abarcando el sur bonaerense y La Pampa; desde allí llegaron a Córdoba y al Chaco. En La Pampa la llegada de los Alemanes del Volga puede identificarse fácilmente como desprendimiento de ambos focos originales: los católicos del sur de Buenos Aires y los evangélicos procedentes de Entre Ríos. Los primeros se establecieron en Santa María y Santa Teresa y los segundos en Guatraché, San Martín y Alpachiri.

En 1762, Catalina II, la Grande, hereda el trono de Rusia. El 22 de julio de 1763 publica un manifiesto en que insta a los extranjeros con deseos de colonizar a trasladarse a Rusia a vivir y trabajar. Se les asegura franquicias tributarias y la liberación del servicio militar. Así llegaron los primeros colonizadores alemanes hasta el Volga.

Consiguieron establecer comunidades con derechos y prerrogativas. Pero hacia 1860 el Zar los obligó a prestar servicio militar, lo que los indujo a buscar nuevos horizontes. Un grupo bastante numeroso emigró al Brasil meridional. Su intención era plantar trigo, tal como lo habían hecho desde hacia generaciones junto al Volga. Con desazón, comprobaron que, pese a la fertilidad del suelo, el trigo no se daba bien. A raíz de ello, cuatro enviados se trasladaron en agosto de 1877 a Buenos Aires, donde iniciaron tratativas con el entonces ministro de interior, Bernardo de Irigoyen. Sabían lo que querían y conocían las ventajas que ofrecía Argentina.

Su oferta era garantizar la inmigración de 50.000 personas, y a cambio de ello pretendían obtener buenas tierras, junto a vías de comunicación favorables para poder exportar sus productos agrícolas. Solicitaron, además, la exención del servicio militar, libertad de culto y la instalación de escuelas alemanas.El contrato correspondiente adquirió muy pronto contornos definitivos; el parlamento argentino lo convalidó por ley . En 1878 llegaron a nuestro país 1100 alemanes del Volga.

No faltaron, por cierto, los sinsabores, como cuando les ofrecieron en la provincia de Santa Fe tierras inundables. No obstante, los resultados positivos predominaron: en Entre Ríos se establecieron varias colonias agrícolas casi cerradas, con nombres tales como Marienthal, Marienfeld, Köhler, Pfeifer. En su gran mayoría, los pobladores de estas aldeas eran católicos, pero hubo también un asentamiento netamente evangélico, que se llamó Aldea Protestante.

Otro grupo se dirigió hacia el sur de la provincia de Buenos Aires, donde los colonos se asentaron cerca de Coronel Suárez, estableciendo el pueblo de Hinojo que, al igual que Marienthal en Entre Rios, pronto se transformó en el foco de irradiación de una activa labor colonizadora de vastos alcances territoriales y económicos.

Que la Argentina haya llegado actualmente a ser uno de los más importantes silos del mundo se debe en buena parte a sus ciudadanos de origen alemán del Volga.

La inmigración de ruso-alemanes a Argentina se mantuvo hasta la Primera Guerra Mundial. Crespo en Entre Rios y Coronel Suárez en la provincia de Buenos Aires se convirtieron en los centros más destacados de la colonización. En la actualidad, los alemanes del Volga viven prácticamente diseminados por toda la Argentina. Su numerosa prole de los primeros tiempos y la división y reparto de las propiedades en parcelas cada vez más pequeñas obligaron a muchos a abandonar los sitios de colonización originales y a dedicarse a otros oficios.
A pesar de las grandes dificultades que atravesó esta colectividad durante y después de la (última guerra mundial, la institución que agrupa a los descendientes de los alemanes del Volga trata de mantener la unión por medio de fiestas y reuniones anuales en las distintas comunidades. Existe una profunda fe religiosa y se considera a la iglesia salvaguardia y apoyo de la comunidad.

Biografía:
Asociación Argentina de Descendientes de Alemanes del Volga

Listado de Fundacion de Colonias:

5 de enero de 1878: Fundación de la colonia madre en la República Argentina, que se concretó en la provincia de Buenos Aires y fue bautizada con el nombre de Hinojo.

20 de enero de 1878: Fundación de la Colonia General Alvear (Pcia. de Entre Ríos).

1878: Fundación de las Colonias Valle María (también llamada Mariental), Campo María (actualmente Spatzenkutter), Salto (conocida también como Santa Cruz), San Francisco y la Aldea Protestante, todas ellas en el Departamento de Diamante en la Provincia de Entre Ríos.

1879: Fundación de la Aldea Brasilera (Dto. Diamante, Pcia. de Entre Ríos).

1880: Fundación de la Colonia Santafesina (Dto. Diamante, Pcia. de Entre Ríos).

1886: Fundación de la Aldea Merou y Santa María (Dto. Paraná, Pcia. de Entre Ríos).

3 de octubre de 1886: Fundación de la Colonia Uno (actualmente Colonia Santa Trinidad) en el Partido de Coronel Suárez (Pcia. de Buenos Aires).

1887: Fundación de la Aldea Santa Luisa (Dto. Paraná, Pcia. de Entre Ríos).

5 de abril de 1887: Fundación de la Colonia Dos (actualmente Colonia San José) en el Partido de Coronel Suárez (Pcia. de Buenos Aires).

11 de mayo de 1887: Fundación de la Colonia Tres (actualmente Colonia Santa María) en el Partido de Coronel Suárez (Pcia. de Buenos Aires).

1889: Fundación de la Colonia San José a un kilómetro de la estación Crespo del que fuera el Ferrocarril Urquiza. Muy pronto la Colonia absorbió la estación, cambiando el nombre por Crespo.

1893: Fundación de las Colonias San Rafael, Santa Rosa, Eigenfeld y San Juan (Pcia. de Entre Ríos).

1899: Fundación de la Colonia San Miguel (Pcia. de Entre Ríos).

14 de julio de 1900: Fundación de la Colonia Santa Anita (Dto. Concepción del Uruguay, Pcia. de Entre Ríos).

1903: Fundación de la Colonia San Miguel Arcángel (Pcia. de Buenos Aires).

Febrero de 1909: Fundación de la Colonia Santa María (Pcia. de La Pampa).

1909: Fundación de la Colonia San José (Pcia. de La Pampa).

20 de Noviembre de 1910: Fundación de la Colonia Santa María (Pcia. de La Pampa).

1911: Fundación de la Colonia Alpachiri (Pcia. de La Pampa).

1921: Fundación de la Colonia Santa Teresa (Pcia. de La Pampa).

BUENOS AIRES

Colonia Hinojo (Provincia de Buenos Aires): Fundada el 5 de enero de 1878 en el partido de Olavarría, por las primeras ocho familias y tres solteros llegados al país en diciembre de 1877.
Colonia Nievas, fundada por 20 familias, en las inmediaciones de Hinojo.
San Miguel, fundada en 1881, también en las inmediaciones de Hinojo.
Junto a Coronel Suárez se fundaron tres colonias: Santa Trinidad, San José y Santa María. Cerca de Gascón se fundó la colonia San Miguel Arcángel

ENTRE RÍOS

La fundación común de las cinco aldeas en la Colonia Gral Alvear del Departamento Diamante se produjo el 21 de Julio de 1.878. Cada grupo fundador ya había elegido el lugar para el asentamiento de su población. Las aldeas todas, menos Spatzenkutter, están ubicadas, por comprensibles razones, cercanas a un arroyo y bien distribuidas dentro del territorio de la colonia. Valle María o Marienthal se ubico a elección de Don Pedro Zalzmann, integrante del grupo, en la chacra número 202 de la colonia, en una prolongada pendiente, cuyo extremo sur termina cercano al arroyo Crespo. Valle María fue siempre la aldea mas populosa de la colonia Gral Alvear y conocida como "aldea Madre".En ella los inmigrantes levantaron la primera cruz para rendirle culto a Dios. En el año 1.883 los sacerdotes de la Orden de los Jesuitas que atendieron la feligresía de las seis aldeas, establecieron la Parroquia en Valle María, en donde está ahora pero desde 1.892 a cargo de sacerdotes de la Sociedad del Verbo Divino. Aldea Protestante: el grupo de confesión protestante, que según el pastor Riffell se componía de algo mas de 20 familias, asentó su aldea en la Chacra Nº 112, simplemente con el nombre de Protestante. El arroyo Perdices la surca en su parte este de norta a sur y ambas márgenes se levantan hoy hermosas casas y frondosos árboles que ofrecen un hermoso paisaje que se semeja a una diminuta Venecia. Aldea Spatzenkutter: llamada Marienfeld en Rusia o Campo María. Los fundadores de Spatzenkutter ubicaron su aldea en la chacra Nº 167. A propuesta de un caracterizado integrante del grupo, Don Andrés Keiner. En su cercanía había un viejo edificio que ocupaba el Juzgado de Paz de campaña en aquellos año. Según testimonios tradicionales esta aldea contó con el primer cementerio de la colonia. Aldea San Francisco: aldea fundada a iniciativa de Don Juan Gotig en la chacra Nº338 a orillas del arroyo Arañas, de caprichoso curso y llamativa topografía en los terrenos circundantes. Aldea Santa Cruz: nosotros dijo Don Pedro Gareis, destacado integrante del grupo, "Nosotros fundamos aquí a nuestra aldea con igual nombre que tenía en Rusia: Santa Cruz bajo el patrocinio de San Miguel". Se ubicaron en la chacra Nº 78 en cercanía del arroyo del Salto, arroyo que fija el limite norte de la Colonía Gral Alvear. Los habitantes nativos dela zona, la llaman simplemente Salto y con ese nombre hoy se la conoce. Por razones que se desconocen, la población al cabo de cierto tiempo, cambió de ubicación. La aldea Santa Cruz tomó asiento definitivo a unos 3 km al sur en un prolongado valle entre dos suaves colinas y su seudo nombre se fue con ella. Cuando se hizo ese cambio de ubicación algunas de sus familias se ubicaron en Brasilera, que entonces ya estaba fundada. Aldea Brasilera: el grupo de familias fundadoras de Aldea Brasilera componía parte de los primeros inmigrantes de alemanes del volga llegados al Brasil. Allí ya afincados libraban tierras para la agricultura que no eran muy aptas para la explotación cerealera y había que ganarla a la selva milenaria a fuerza de hachas y machetes. Además plagadas de molestos insectos, alimañas y reptiles. Con ese estado de ánimo y enterados por paisanos emisarios de la bondad de las tierras y el clima de la Argentina, procuraron por todos los medios llegar a la Provincia de Entre Ríos, mas precisamente a la Colonia Gral Alvear en donde las aldeas allí establecidas eran su especial objetivo y atracción. En el año 1.878 salieron de Porto Alegre (Brasil) con carretas alquiladas. Cuando llegaron a la frontera con la República Oriental del Uruguay los esperaban diligencias fletadas por el gobierno argentino. Despues de su encuentro con paisanos de la Colonia Gral Alvear y haberse contactado con el señor administrador de la colonia, el mayor R Samuel Navarro, se establecieron a fines de octubre de 1.879, en el sobrante "F" de la colonia cercano al arroyo del Salto con precarias viviendas, sin trazados de calles y lotes, lo que dió a entender que no era el asiento definitivo de su población. Entre los años 1.881 y 1.882 siendo Gdor de la Provincia el Cnel Francisco Antelo, les fue cedida la chacra Nº 224, contigua al sobrante "F" y tuvieron allí el definitivo asiento de su aldea que llamaron Brasilera en homenaje al Brasil por la hospitalidad que les dieron al pisar sus tierras y por las ayudas y atenciones recibidas en su estadía. Treinta y un familias componían el grupo fundador. La aldea venera a "San José " como patrono y protector. Pobladores de las seis primeras aldeas y grupos familiares de las posteriores migraciones del volga, se internaron en el territorio de la provincia en busca de campos aptos para la explotación agrícola. Estos emprendimientos originaron las fundaciones de las aldeas y colonias siguientes: En el departamento Paraná, un grupo de colonos compuesto por numerosas familias, compró a un kilómetro de la estación Crespo del ferrocarril Gral Urquiza, alrededor de 6.000 Ha al señor Ignacio Crespo y fundaron la aldea "San José". La estación se convirtió con el tiempo en villa y hoy Crespo es una floreciente y pujante ciudad y la aldea es parte de su conjunto. Colonos provenientes de Brasilera y Spatzenkutter fundaron aldea Maria Luisa a 20 km al sur de la ciudad de Paraná comprando 1.000 Ha al Señor Fabián Auli en el año 1.885. Un grupo de colonos en el año 1.887 adquirió campos en sociedad cerca de cerrito a unos 60 km al norte de Paraná fundando aldea Santa María. En 1.891 un grupo de colonos que partieron de la colonia alvear desde Protestante fundaron las aldeas San Juan, San Antonio y Santa Celia. En 1.892 en el distrito Sauce Departamento Nogoya se fundan las Colonias La Llave y Esperanza y unos meses mas tarde San Simón. En el año 1.893 en dominios territoriales de los departamentos Paraná y Nogoya, con pocos días de diferencia unas de otras, se fundaron las cinco siguientes aldeas y sus respectivas colonias: San Rafael (Cuestas), Santa Rosa (Arnoldo), Eigenfeld (Colonia Nueva), San Juan (Chaleco) y San Miguel. Un año mas tarde se funda aldea Grapschental, a unos 6 km al este de aldea Salto en la Colonia Alvear, y unos 10 km al sur de esta Aldea Santafecina, que fue fundada por personas que fueron engañadas y llevadas a San Javier en Santa Fe, alli se revelaron ante el eng´ño y muchos de ellos llegaron a fundar esta colonia. En el año 1.896 se funda a unos 6 km al sur de la ciudad de Crespo Aldea Jacobi. Un año mas tarde la Colonia Centenario cerca de Viale y a unos 15 km al sureste de Crespo la aldea San Miguel. En el departamento Concepción del Uruguay, el Padre Enrique Becher (S.V.D) fundó Aldea Santa Aníta. Este reunió a familias humildes que llegaron del volga con escasos recursos y les suministró los elementos necesarios para construir sus viviendas e iniciarse en la agricultura. La última aldea en fundarse fue San Isidro en el departamento Federal en el año 1.923 a 2 km de la estación ferroviaria de El Cimarrón.

El primer Cementerio de Disidentes de Buenos Aires 1821 1833

Por Carlota Rauscher *

La mayor parte de los habitantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata profesaba la religión católica, apostólica y romana, herencia recibida de los tiempos de la colonización española. Por "disidentes" se conocían, durante el siglo XIX en el que ya encontramos un número considerable de extranjeros residiendo en Buenos Aires , a los individuos que profesaban una religión diferente, que en su mayoría eran "protestantes" (1) pertenecientes a las colectividades británica, norteamericana y alemana. Los primeros sobre todo, se constituyeron en las primeras décadas, en un grupo relativamente importante.

Si bien los disidentes se habían integrado a la sociedad porteña, enfrentaban el serio problema de no contar con cementerio propio, ya que les estaba vedado ser inhumados en los lugares denominados "consagrados", esto es los templos católicos y los camposantos anexos.

¿Dónde y cómo se realizaban los entierros de los no católicos? Según versiones no confirmadas, se efectuaban en las barrancas del río, posiblemente en la zona del Retiro. Esto resultaba inseguro por lo ilegal, quedando además expuestos a las crecientes del estuario.

Bajo el gobierno de Martín Rodríguez, su ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores, don Bernardino Rivadavia, aporta su experiencia en Europa concretada en ideas innovadoras al respecto. Una nueva mentalidad, más liberal, agregada al peso que, por número e influencias, poseía ya la comunidad británica establecida en Buenos Aires, permitió que, hacia 1820, la solicitud referida al otorgamiento de un solar adecuado para realizar las inhumaciones de los protestantes, encontrara una favorable acogida.

El pedido fue resuelto mediante la adjudicación de una parcela, naturalmente alejada del centro de la ciudad, en la zona conocida entonces y ahora , como del Retiro.

El Cementerio protestante

El terreno en cuestión medía 17,5 varas de frente por 73 de fondo, (2) contando con una capacidad de 178 sepulturas. Se hallaba ubicado sobre la calle juncal, entre Suipacha y Esmeralda (3) donde hoy se alza un hotel, al costado de la iglesia del Socorro, siendo características en la zona las quintas.

Su costo fue de 700 pesos reunidos por suscripciones, las que resultando insuficientes dentro de la comunidad británica, fueron requeridas también a la norteamericana, fuertemente representada, y a la todavía reducida pero creciente de los alemanes.

Entre estos últimos, fue importante la intervención del comerciante Juan Christian Zimmermann, radicado en Buenos Aires desde 1817 que, realizando generosos aportes, facilitó la incorporación de la colectividad en este primer cementerio de protestantes. En la lista de aportantes figura asimismo Luis Vernet, quien sería más tarde gobernador de las islas Malvinas, perteneciente a una familia de origen hugonote (4) que provenía de Hamburgo.

Una vez concretada la adquisición, el terreno fue rodeado por un muro, comenzando su uso en 1821 con entrada sobre la calle juncal. En el centro se construyó una pequeña capilla, que puede ser considerada la primera del culto protestante establecida en la ciudad. Según descripciones, poseía un pórtico de estilo dórico, y descontamos que el lugar contaría con vivienda y depósito para su cuidador.

A menudo suele confundirse este enterratorio con otro, provisorio, de carácter público, habilitado en 1853 cuando, debido al sitio de Buenos Aires por las fuerzas del coronel Hilario Lagos, no fue posible utilizar el cementerio de la Recoleta. También se encontraba sobre Juncal, pero entre Carlos Pellegrini y Cerrito.

Volviendo al que nos ocupa, existe en el Museo Saavedra un plano denominado "Buenos Aires con sus vistas principales..." que deja perfectamente asentado este punto, ubicándolo como "Cementerio protestante" vecino a la iglesia del Socorro. Se trata de una litografía firmada Ant° Vallardi, impresa en Milán.

El entorno

La iglesia del Socorro es una de las más antiguas de Buenos Aires. Iniciada como modesta capilla pasada la primera mitad del siglo XVIII, con su correspondiente camposanto lindero (conocido como "del Socorro") según costumbre de la época, se construyó sobre tierras que donara Alejandro del Valle, un español que poseía una quinta en las proximidades.

Desde 1769 en que se constituyen las primeras seis parroquias que resultaron de la división eclesiástica de la ciudad, el templo dio su nombre a la que le correspondiera en suerte.

Las características de esta zona, como dijéramos apartada y poco habitada, pero con un paisaje cuya vista se abría al río, facilitó el asentamiento de numerosas quintas, que darán su particularidad al lugar.

Se denominó "del Retiro" por una importante residencia de ese nombre, situada en la actual plaza San Martín, construida por el gobernador español Agustín de Robles, sobre tierras que pertenecieran a Miguel de Riglos. Cuando el gobernador retornó a España en 1704, la enorme casona pasó a manos de diferentes compañías de tratantes de esclavos, que fueron desalojadas del lugar hacia 1787.

Juncal era una estrecha callejuela que desembocaba en la plaza de toros del Retiro, terminada de construir en 1801 por el Virrey del Pino. Afectos los españoles a este tipo de entretenimientos, los días de fiesta era lugar de concentración de numeroso público. De construcción octogonal, fue la más grande y famosa con que contara Buenos Aires. Algunas de las calles que llegaban a ella como Florida y Maipú , fueron empedradas con material proveniente de las canteras de la isla Martín García.

En 1807, durante las invasiones inglesas, un grupo de combatientes de esa nacionalidad utilizó la calle Juncal para llegar a la plaza de toros, donde se libraría el cruento combate deletiro. Desactivada y demolida en 1819, (5) ya no existía cuando se habilitó el cemente¬rio en sus cercanías.

In memoriam

Muchos seres anónimos encontraron su último reposo en el cementerio de la calle juncal. Todos merecen nuestro respeto, pero de algunos, más conocidos por diversas circunstancias, haremos una breve síntesis para su recuerdo.

Entre los primeros inhumados de origen alemán encontramos a Helene Halbach, esposa de Juan Christian Zimmermann, fallecida en 1824. Acotemos que sus restos fueron despedidos por un religioso norteamericano de la Sociedad Bíblica, hecho inusual, ya que no teniendo los alemanes aún su propia congregación, lo habitual era la lectura de un texto sagrado entre los presentes, o simplemente se rezaba. La Congregación Evangélica Alemana se crea recién en 1843, época en que llega al país el pastor A. L. Siegel. El periódico porteño en idioma inglés "The British PackeC anunció en 1843 la creación de la congregación y la realización del primer acto de culto en idioma alemán. A partir de esa fecha se sientan las bases para disponer de un templo propio, que se inauguró en 1854 en el terreno de Esmeralda 162, donde aún se encuentra.

El joven marino de origen escocés Francis Drummond, muerto en el combate naval de Monte Santiago en abril de 1827, a los 24 años, fue sepultado en el cementerio luego de grandes honores en la comandancia de marina. Su lápida se encuentra hoy en el Museo Naval de Tigre. La historia recuerda la trágica desaparición de su prometida, Eliza Brown, que se suicidara a los 17 años de edad por el dolor que le causara la muerte de Francis. Le acompañó en este cementerio y, sobre su sepulcro, sus padres (6) hicieron esculpir una losa con la siguiente leyenda:



Una especial mención merece James Bevans (1777 1832), quien llegó desde Inglaterra a Buenos Aires contratado en 1822, siendo el primer director del recién creado Departamento de Ingenieros Hidráulicos. Rivadavia le encargó la "composición del puerto", pero su idea nunca se llevó a la realidad. Bevans trabajó intensamente en las servicios de agua potable, iluminación a gas, dragado y defensa del río, entre otras muchas actividades y proyectos. Falleció en esta ciudad, y por su condición de protestante era cuáquero ,fue inhumado en este cementerio.

César Augusto Rodney (1772 1824) fue un norteamericano arribado a la ciudad en 1817. Su consejo al presidente James Monroe para que reconociera la independencia argentina fue aceptado, recibiendo en 1822 el nombramiento de ministro plenipotenciario. Falleció encontrándose en funciones, lo cual motivó un acto trascendente en el pequeño cementerio de la calle juncal. El monumento con urna funeraria en su homenaje se encuentra en el atrio de la Catedral Anglicana San Juan Bautista, ubicada en la calle 25 de Mayo 282.

Al frente del cortejo de Rodney se encontraba el diplomático norteamericano John Murray Forbes (1771 1831), llegado al país en 1820. Sus detallados informes sobre los problemas de la Argentina de entonces fueron recopilados en el libro "Once años en Buenos Aires". Fallecido en 1831, también fue inhumado en nuestro cementerio. Su monumento funerario, un pequeño obelisco de piedra, fue trasladado años después al sector recordatorio del cemen terio de la calle Hipólito Yrigoyen (hoy plaza 1 ° de Mayo), y cuando en 1892 se estableció el cementerio disidente de la Chacarita, fue nuevamente mudado. Se lo puede encontrar en el sector británico, rodeado de otros monumentos y placas provenientes del anterior. La inscripción es de casi imposible lectura por la erosión del tiempo, pero es reconocible su nombre.

En ese mismo predio del cementerio Británico se encuentra la lápida de James Faunch, inglés fallecido en 1828 y también proveniente de la calle juncal. Es recordado como propietario del "Hotel de Faunch", lugar muy concurrido por la colectividad británica, donde se realizaban banquetes y agasajos, situado en pleno centro, 25 de Mayo y Rivadavia, en el entonces llamado "barrio inglés".

Friederich Schmaling, comerciante alemán fallecido en 1833, fue uno de los últimos inhumados en este cementerio.

Hoy un desconocido, era en sus tiempos un serio competidor de los importadores textiles ingleses. Su comercio estaba ubicado en la calle Reconquista 141. Fue gran amigo de Rivadavia y su asesor económico privado. Le ayudó durante su exilio, por lo que el primer presidente de los argentinos siempre tuvo palabras de elogio y agradecimiento hacia él.

Unico durante doce años para la comunidad protestante de la ciudad, el cementerio de la calle Juncal dejó de utilizarse en el año 1833 al colmarse su capacidad, quedando abandonado hasta 1840. Ese año se derrumbó circunstancialmente una medianera, y una vez reparada se alojó en la antigua capilla a cuidadores con el fin de evitar los posibles ultrajes y robos a los monumentos que allí se encontraban.

Las exhumaciones de los restos se iniciaron recién en 1884, por iniciativa y bajo la supervisión de William Downes, destacado integrante de la comunidad británica en Buenos Aires.


Notas

1. A principios del siglo XVI, un monje alemán llamado Martín Lutero (1483 1546) encabezó un movimiento cismático dentro de la Iglesia Católica, que fue el primer episodio de la Reforma. La actuación de Lutero se transformó en una verdadera revolución, por la que fuera condenado por la Iglesia. Desde el castillo de Wartburg impulsó y organizó con firme voluntad y convicción durante toda su vida la nueva iglesia que le tuvo como jefe espiritual. Como consecuencia de estos acontecimientos "protestantes", como se los denominó, surgieron en tiempos sucesivos tres nuevas iglesias: la luterana, la calvinista y la anglicana, a la que pronto se agregaría la presbiteriana, todas coincidentes en negar la autoridad de los pontífices romanos. También, bajo la óptica de estos últimos, fueron denominados "herejes".

2. Aproximadamente 15 por 63 metros.

3. En todos los casos, damos la denominación ac¬tual de calles y plazas.

4. Los hugonotes eran calvinistas del norte de Francia, duramente perseguidos, y reprimidos en 1572 en la denominada "Masacre de San Bartolomé", lo que motivara su exilio hacia países protestantes.

5. El marino inglés Emeric Essex Vidal (1791 1861) realizó hacia 1817 una vista de esta plaza de toros.

6. Su padre era el almirante Guillermo Brown (1777 1857) marino católico irlandés de destacada actuación en la historia naval argentina. Sus restos se encuentran en el cementerio de la Recoleta, donde hoy le acompañan los de su hija. Este mausoleo fue declarado monumento histórico nacional. Su madre, Eliza Chitty de Brown, fallecida a avanzada edad, fue inhumada en el cementerio de disidentes de la plaza 1ro. de Mayo, donde una placa la recuerda.

Bibliografía

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* "La Gaceta del Retiro", N° 20 (1997) y N° 31 (1998), periódico vecinal.


* Este artículo fue publicado en “Historias de la Ciudad – Una Revista de Buenos Aires” (N° 9, Mayo de 2001),

Fuente:Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.