El 25 de Mayo de 1872 hubo un espectáculo extravagante. En lugar de riñas de gallos o corridas de toros, un empresario inventó una corrida de chanchos, en la Plaza 11 de Septiembre que fue muy promocionada. La corrida atrajo un numeroso público a la plaza en donde todavía se veían gauchos auténticos y era el lugar de reunión de los dueños de carros y carretas. El cronista de La Tribuna escribió: “Llega el supremo momento y aquí entra lo bueno.
El empresario suelta un cerdito flaco y haciendo que es detenido de la cola inmediatamente por unos tantos espectadores. Viene luego un segundo chancho, flaco y chico también, y tiene la misma suerte que el primero, siendo detenido apenas trata de escaparse. El público desde este instante empieza a alborotarse y pide vociferando que sean presentados cerdos grandes y chúcaros. El empresario se hace sordo a estos clamores y no aparece siquiera a dar alguna explicación hasta que al fin la concurrencia se desbanda y algunos de los que formaban se retiran destruyendo y llevándose consigo parte del tablazón del circo. Éste ha sido el principio y fin de las corridas de chanchos anunciadas con tanta pompa ayer”.
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