domingo, agosto 1

Sembraron semillas y sueños plenos de mañana

Clelia Mainero -una fiel lectora de esta sección- se comunicó con De Raíces y Abuelos para compartir su historia familiar y convocar a otros descendientes de Giuseppe Mainero a un encuentro en Hersilia.

TEXTOS. MARIANA RIVERA

A través de nuestro e-mail (raicesyabuelos@ellitoral.com), Clelia Mainero tomó contacto con esta sección de la revista Nosotros para convocar a descendientes de Giuseppe Mainero, su bisabuelo, a la reunión familiar que se realizará el próximo 15 de agosto, en Hersilia.

Para ello, ofreció una reseña de la historia de esta familia de origen italiano que -como tantas otras- un día partió de su país natal para buscar bienestar y felicidad.


“Penurias económicas, epidemias, revoluciones, el proceso industrial fueron algunas de las causas que motivaron la emigración de nuestros ancestros, en busca de nuevos horizontes. Partiendo de sus lugares y comarcas de origen, un día con dolor se alejaron en busca de nuevas vidas, pero siempre con una sola meta: luchar por condiciones de vida más dignas y ser felices”, comenzó su relato.

Y continuó: “Cuántos sueños, cuántas lágrimas, con los hijos nacidos ya en esta tierra, echaron raíces definitivas. De pequeña sentí curiosidad por mis antepasados y recién comienzo mi investigación cuando mis padres cumplieron sus Bodas de Oro, allá por 1994. Comencé asistiendo a Seminarios de Inmigrantes, a visitar la Biblioteca de los Mormones, el Museo Histórico y de Catastro, fui a Buenos Aires al Cemla, envié e-mails a las comunas y cartas a las parroquias de donde venían mis antepasados y todos -de alguna manera- me respondieron”.

En este sentido, aseguró que “tuve la suerte de contactarme con Bruna Pillot Seita, una señora italiana de Chieri, quien me ayudó mucho en la búsqueda y a la vez hizo de nexo para que yo llegue a la familia de Pietro Mainero-Rita Pampiglione y a uno de sus hijos: Aldo, quienes viven en Buriasco”.

DESDE EL PIAMONTE

Giuseppe Mainero -”sí se llamaba mi bisabuelo” continuó su relato Clelia- llegó al puerto de Buenos Aires en el Buque Montevideo. Salió de Bremen (Alemania), proveniente de un pequeño pueblo del Piamonte italiano llamado Buriasco. Vino sólo dejando a su padre (ya viudo) y a sus hermanos.

En el año 1885, el 26 de diciembre, llegaron en el Buque Río Paraná, Vittorio Mainero, su padre, una tía (Teresa) y sus hermanos Domenico y María.

Mi bisabuela María Bruera -comentó- era de Piscina y llegó junto a sus padres (Pietro Bruera y Francesca Galletto) a Rosario el 10 de enero de 1869 en el Buque Luján, y se instalaron en Colastiné, en el año 1887. Según consta en el Censo Provincial, ya estaban en María Luisa, lo mismo que la familia Mainero.

Asimismo, contó que “mis bisabuelos Giuseppe Mainero y María Bruera se casaron en María Luisa en el año 1885 y en el año 1895, según el Censo Nacional, ya se encontraban en Hersilia, zona rural, y se dedicaron a la agricultura y a la ganadería, siendo unos de los primeros pobladores del lugar ya que el pueblo se había fundado en el año 1892”.

En esa época -aseguró- ya tenían cuatro hijos: María, Francisca, Victorio, Pedro y ese año, el 24 de octubre, nació mi abuelo Miguel y luego siguieron naciendo los demás hijos: Ana, Catalina, Josefa y Ema. Mientras, sus vidas transcurrían en el campo trabajando con tesón y logrando un porvenir, su hermano Doménico se casó en María Luisa con María Bertoni en 1889 y tuvieron cuatro hijos: Antonio, Victorio, Domingo y Luisa.

NUMEROSA DESCENDENCIA

El abuelo Miguel -siguió explicando Clelia- se casó en San Guillermo con Margarita Pairetti, hija de Domingo Pairetti, oriunda de Scalenghe, Italia, y de Valentina Tardivo (nacida en Riva Presso Chieri, Italia), se establecieron en un campo. De este matrimonio nacieron 5 varones y 2 mujeres: José, Domingo, Alfonso (mi papá), Ida, Quinto, Elma y Deolindo.

Mi abuela Margarita murió muy joven y -teniendo hijos muy pequeños- mi abuelo se volvió a casar con Ángela Cassol, quien era viuda y tenía una hija, Magdalena Delia P. Colombini. La familia se acrecentó con cuatro hijos más: Devino, Luis, Oreste y Amado, llegando a ser una docena de hermanos, formando así una gran familia que siguió unida con el correr de los años.

“Recuerdo el constante parlotear de hombres y mujeres en el dialecto piamontés y cómo olvidar las canzonetas cuando había alguna fiesta, casi todos los domingos nos reuníamos en la casa de algunos de los tíos y se hacían unas exquisitas pastas caseras. También eran memorables las carneadas y ni qué hablar de la típica Bagna Cauda”, reseñó.

UN VIAJE SOÑADO

Por otra parte, contó que “en el año 2008 y como regalo por haberme jubilado, tuve la posibilidad de realizar mi viaje soñado a Italia y así conocer la tierra de mis antepasados: Buriasco. Aquí es donde me encontré con Pietro y Rita, parientes lejanos y tuve la dicha de conocer la casa y la capilla de mis tatarabuelos Vittorio Mainero y María Allasino. Fue un encuentro lleno de emoción”.

En este sentido, aclaró que “hoy allí ya no vive ningún descendiente porque todos se vinieron a la Argentina, pero en el lugar viven unos parientes lejanos, quienes me mostraron todas las casas en donde vivían ellos, que prácticamente ocupan una manzana. Mantuvimos una pequeña conversación, ya que tuve la suerte de concurrir al Liceo de Santa Fe y estudiar Italiano; no lo parlo tanto bene ma capisco quasi tutto”.

Cuando entré a la capilla Della Anunziata -recordó con emoción- no les puedo explicar la emoción que sentí. Fue todo muy fuerte, imaginé el sufrimiento que mis antepasados debían haber sentido al dejar un lugar tan bello, no pude dejar de pensar que ellos habían caminado esas calles, teniendo siempre a la vista las nevadas e imponentes montañas de los Alpes.

Gracias a Pietro conocí también: Piscina, Airasca, Scalenghe y Riva Presso Chieri, poblaciones en donde habitaron también mis antepasados. También un día llegaron para conocerme Bruna y Franco.

Después de haber pasado un día muy agradable, llegó el momento de la despedida. Es imposible describir la sensación de angustia; fue como dejar algo mío en aquel terruño. Así puedo resumir la historia de está familia Mainero, que como tantos hombres y mujeres llegaron a nuestra tierra, hundieron su arado e hicieron los surcos iniciales para sembrar semillas y sueños plenos de mañana.


En Italia, Clelia pudo conocer a muchos familiares, como Pietro Mainero.


La última reunión familiar de los Mainero se realizó en 2005.


María Bruera y Giuseppe Mainero eran los bisabuelos de Clelia.
(foto)
Después de haber pasado un día muy agradable, llegó el momento de la despedida. Es imposible describir la sensación de angustia; fue como dejar algo mío en aquel terruño. Así puedo resumir la historia de está familia Mainero, que como tantos hombres y mujeres llegaron a nuestra tierra.

Fuente: ElLitoral.com

1 comentario:

  1. Soy nieta de un italiano y mi unico sueño en la vida es conocer su lugar de origen que hoy por hoy por motivos economicos no puedo cumplir. Asi como tambien quiero llevar conmigo a mi madre, la hija de aquel italiano nacido en mombercelli, que emigro y nunca mas volvio...La historia de clelia me identifica tantoo!

    ResponderBorrar