TEGUCIGALPA.- Miles de difuntos sepultados en el cementerio Sipile de Comayagüela han dejado de descansar en paz, producto de los constantes deslizamientos que se han generado en la colonia Obrera.
Y es que el sepulcro está ubicado debajo de la mencionada y perjudicada colonia, dividido únicamente por un muro perimetral de bloques que ya colapsó por los hundimientos, a la vez colinda con la tenebrosa quebrada El Sapo.
Fuente: La Tribuna
A pesar de estar alarmada por los daños en su vivienda, la vecina María Martínez lamentó que el cementerio esté a punto de desaparecer, por la filtración de agua que causa derrumbes.
La mujer señaló que nunca le han prestado la atención necesaria porque siempre estuvo descuidado y hasta crímenes de diferentes tipos se han cometido en ese lugar.
El histórico camposanto que data del siglo XIX, pero que con el correr del tiempo se fue deteriorando producto de la indiferencia de las autoridades municipales, hoy está a punto de desaparecer, lamentaron algunos vecinos.
A esto se suma la indiferencia o el temor de algunos dolientes que han descuidado la tumba de sus familiares dejándolas en el completo olvido, por considerar la zona como una de las más peligrosas de la capital.
Pese a que un grupo de capitalinos ha exigido la reconstrucción y la remodelación del lugar como se está haciendo con el Cementerio General, que colinda con el del Sipile, las autoridades municipales argumentan que no hay fondos para hacerlo.
DESTRUCCIÓN
Expertos en ingeniería señalaron que los deslizamientos de los últimos días han repercutido en el cementerio, porque está ubicado en la parte baja del cerro y mientras continúen cediendo su fin se vuelve más cercano.
Los daños están en las tres manzanas que tiene el camposanto, ya que los muros se han desplomado, las tumbas se han partido en pedazos y deslizado en los barrancos.
En sepulturas se pueden ver las osamentas de los difuntos descubiertas mezcladas con el lodo que genera la humedad que cruza todo el terreno fúnebre, que alberga miles de capitalinos fallecidos.
Los mausoleos se han hundido producto de las enormes grietas formadas por los constantes movimientos de la zona, mientras que las cruces están esparcidas en medio del zacate sin saber a qué tumba pertenece.
“Aquí no se sabe cuál es el familiar de cada quien porque las tumbas se están perdiendo”, manifestó el poblador Javier Escobar, quien es uno de los afectados de la colonia Obrera, mientras señalaba con asombro las enormes grietas.
Escobar y otros vecinos no se explican por qué dentro del cementerio cruzan tuberías de agua potable y que están en mal estado, por lo que presumen que son pegues clandestinos.
“El problema en esta zona es serio, porque todo el cementerio está agrietado y parece pantano por las cantidades de agua que cruzan y de no soportar sus muros todos saldremos afectados”, manifestó preocupado.
GEÓLOGOS
Ante esta problemática, las autoridades de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) manifestaron que están a la espera de los resultados que arroje el estudio geológico que se está haciendo de la zona para determinar qué hacer.
El jefe de la Comisión de Mercados y Cementerios, Julio Saldado, indicó preliminarmente se sabe que el cementerio ha sufrido daños en un 60 por ciento, pero no pueden tomar una decisión mientras no conozcan los resultados del estudio geológico que se está haciendo.
“Lo que estamos haciendo es girando instrucciones para comunicarnos con los familiares de los dolientes para informarles qué es lo que está pasando y de ahí a ver qué decisión tomamos”, aseguró.
El también regidor dijo que entre el Cementerio General y el Sipile hay más de un millón de difuntos sepultados, por lo que se calcula que unos 250 mil de ese lugar son los que están a punto de pasar al completo olvido.
Según registros históricos, el panteón tiene 150 años de funcionar ya que se puso al servicio de la capital en 1860 bajo la administración del los alcaldes, Martín Sosa y Luis Velásquez.
RECOMENDACIONES |
El subteniente de los bomberos, Luis Sevilla, aseguró que la zona está declarada inhabitable pero la población no quiere tomar las medidas de precaución necesarias como desalojar el lugar.Con las lluvias la zona puede seguir asentándose cada vez más y generar consecuencias mayores, por lo que es necesario que salgan del lugar y hacerle caso a las organizaciones de socorro. Lo más recomendable para las personas que no se quieren salir es estar alertas ante cualquier movimiento, mantener a los niños en lugares seguros, al igual que los ancianos. El bombero advirtió que es imposible en este momento que las personas que están en lugar puedan tener los servicios básicos como agua potable, alcantarillado y luz eléctrica, por la vulnerabilidad de la zona. Para mañana se espera conocer la respuesta del alcalde capitalino, Ricardo Álvarez, quien dijo que acudiría al gobierno central y al Congreso Nacional para darles una solución definitiva a los perjudicados. |
Fuente: La Tribuna
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