En Llanera hay varias familias conocidas por su amplio árbol genealógico y por su buen hacer en sus lugares de origen. Los Suárez de Casa Pepito, de la localidad de L'Otero, en la parroquia de Pruvia, son una de ellas y ayer protagonizaron un encuentro familiar en el restaurante de La Torre en el que reunieron a cerca de 150 personas de cinco generaciones, en un acto que sirvió para que muchos de ellos se conocieran y que estuvo amenizado por la banda de gaitas La Madreña, de Posada. Previamente, se celebró una misa en la iglesia parroquial de Santiago de Pruvia, oficiada por José Julio Velasco.
Los cabeza de familia, Laura y Pepito, fallecieron hace más de 50 años, pero su legado ha quedado en los 229 descendientes que componen ahora la familia, con nueve 'cuadrinietos' de la sexta generación. El promotor del encuentro, Avelino Suárez, nieto de los fundadores, destacó de su abuela Laura que «era una santa, con una bondad extrema» y recordó las palabras que cuentan los más mayores del lugar: «Nunca hubo un entierro con más mendigos juntos». Avelino recordó la «bondad extrema» de su abuela y el «carácter recto, fuerte y valiente» de su abuelo Pepito. «Los Suárez tenemos muchas cosas en común, pero sobre todo que los valores permanecen tanto con los que llevan el apellido como con sus cónyuges y que se basan en humildad, el trabajo y el sentimentalismo», señaló.
La familia se remonta a 1870 y es de origen campesino, minero e industrial. Laura y Pepito tuvieron nueve hijos y hoy en día, la mayor parte de los descendientes continúan viviendo en el concejo de Llanera. Muchos llevan el nombre de sus antepasados, una forma de seguir teniéndolos presentes.
María y Ramona, dos de las nueras del matrimonio, eran ayer las familiares más veteranas. En el otro extremo, los pequeños, entre los que hay varios mellizos y hasta un bebé de un mes que se llama Verónica.
Durante el encuentro se exhibieron más de 600 fotografías del álbum familiar donde los más mayores recordaron tiempos pasados y los jóvenes descubrieron anécdotas y curiosidades de sus antepasados. Además, presidiendo el salón de la comida, se encontraba un árbol genealógico a la espera de que las últimas generaciones de la familia Suárez lo completen dentro de unos años.
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