El párroco de San Vicente, César Carnero, explicó que al levantarse el solado del actual presbiterio se acometieron excavaciones con una profundidad de unos 30 centímetros de tal forma que se llegó a un firme en el que se detectaron las bases del antiguo templo que dio paso al actual. Además se descubrieron las de los antiguos púlpitos, tanto el del evangelio como el epistolar. En la actualidad se conserva el propio del sermón. Así se constata que la iglesia tendría inicialmente tres púlpitos.
El sacerdote también hizo especial referencia a las intervenciones acometidas en las capillas de la virgen de Montserrat y de San Benito. Al iniciarse su recuperación se descubrió que las alacenas que las distinguen no eran tales sino que son cubiertas de los pasos por los que se llegaba hasta los dos púlpitos que antaño había en la construcción.
IMPORTANCIA
Los hallazgos son relevantes para conocer las distintas fases constructivas de la iglesia y los cambios que se efectuaron en ella a lo largo de la historia, pero por el momento no se prevén actuaciones más allá de su registro documental ante Patrimonio y sobre todo de cara a la documentación de la iglesia. Un estudio más pormenorizado implicaría, entre otras cosas, detener, o al menos retrasar, los trabajos de restauración que se efectúan en la actualidad.
Carnero, que también es responsable del departamento histórico de la diócesis de Lugo, explicó que los hallazgos serán catalogados convenientemente y cubiertos como corresponde, así como señalados de manera que en el futuro se puedan localizar si se llegase a realizar una prospección más minuciosa.
De igual forma se intervendrá respecto a las sepulturas encontradas en varios lugares de la iglesia benedictina desde que comenzaron las obras.
Entre los últimos restos aparecidos al levantar el firme de la nave principal se detectó un área de enterramiento de al menos cuatro sepulturas, así como un osario.
REFERENTE
El sacerdote, integrante también del colectivo Amigos do Patrimonio de Lemos, analizó el yacimiento con los técnicos que trabajan en la reforma en compañía de arqueólogos para determinar su importancia. «Sen dúbida, son un referente para estudos e tal vez habería que facer máis excavacións, pero eso depende das administracións e, neste caso, o proxecto de intervención non contempla ir máis alá», dijo el párroco.
En el caso de las tumbas, Carnero destacó que aparecieron al levantar la lápida del octavo conde de Lemos, Francisco Ruiz de Castro, fallecido en 1637. Las sepulturas están en el subsuelo, por lo que se presupone que podrían pertenecer a sus antepasados.
El sacerdote recordó que en diversos momentos de la historia, algunos investigadores apuntaron que la fosa del octavo conde de Lemos pudo haber sido objeto de cambios de ubicación. Las tesis en ese sentido se centran en que la lápida no está orientada hacia el retablo de la Virgen, pues se halla ubicado en sentido transversal.
PROTECCIÓN
El personal que trabaja en la restauración de la iglesia de San Vicente retiró algunos de los restos e incluso huesos para estudiarlos, aunque en breve serán recolocados. Se cree que sobre los féretros de madera, encontrada descompuesta, se colocaron en su día varias capas de tierra procedente de algún otro enterramiento. Sobre los féretros no hay restos humanos, pero sí en las inmediaciones.
Terminadas las labores de documentación, los obreros comenzarán a proteger el área con una superficie geotextil que frene futuros deterioros y filtraciones.
La restauración de la iglesia de San Vicente es una obra promovida por la Xunta con una inversión de 400.000 euros.
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