martes, agosto 11

Recoleta: los primeros vecinos

Una vez fundada Buenos Aires por segunda vez, Garay procedió al reparto de quintas o suertes como las llamaban antiguamente. De las 65 suertes, seis correspondieron a la zona de Recoleta. Los primeros vecinos que tuvo el Pago del Monte Grande fueron los siguientes.

Garay tuvo su chacra delimitada por la barranca hacia el río y las actuales Montevideo, Ayacucho y Arenales.
Miguel López Madera, de origen criollo, quien tuvo su quinta Entre Azcuénaga, Laprida, Arenales (aproximadamente) y la barranca.
Miguel Gómez de la Puerta y Saravia, criollo, quien tuvo su suerte entre Laprida, Austria, Arenales y la barranca. Ocupó el cargo de Regidor en el Cabildo, quien tenía por función el abasto de la población, la administración y las obras públicas.

Rodrigo Ortiz de Zarate de origen español, alguacil mayor de la armada y miembro del primer cabildo de nuestra ciudad en la tarea de Alcalde de Segundo Voto, quienes cumplían funciones judiciales. Estuvo presente cuando los indígenas mataron a Juan de Garay y a varios de sus hombres. Fe el dueño de la quinta cuyo espacio más adelante ocupó la Iglesia N. S. del Pilar y el Convento de los Recoletos.
Otro de los vecinos fundadores fue Jerónimo Ruiz , nacido en Asunción, quien tuvo su chacra entre las actuales calles Austria, Sánchez de Bustamante, la barranca y Arenales.
Por último Juan de Basualdo quien tuvo su quinta entre las calles Sánchez de Bustamante, Coronel Díaz, Arenales y la barranca hacia el río.

El barrio debe su nombre al Convento de los Recoletos Descalzos (fundado en 1716), comunidad de los Frailes Recoletos. Estos construyeron su monasterio sobre una chacra ya existente, cuyo nombre había sido dado por la abundancia de una especie de árboles en la zona: "Los Ombúes" ( Esta chacra se encontraba ubicada dentro del mapa de tierras repartidas por la mano de Don Juan de Garay en el año 1583).

Si bien hoy la Iglesia barroca allí emplazada lleva el nombre "de los Recoletos", en realidad fue consagrada a la Virgen de Pilar. Es que fue el comerciante aragonés--medio contrabandista también-- con el nombre de Narbona quién, al interesarse del proyecto del convento de los Padres Recoletos, se sumó al esfuerzo proponiendo la construcción de la Iglesia.

La chacra de Los Ombúes

El 11 de junio de 1580, Juan de Garay fundó la ciudad de la Santísima Trinidad a orillas del Río de la Plata y en homenaje a Pedro de Mendoza le puso el nombre Santa María de Buenos Aires al puerto. El 24 de octubre realizó el reparto de suertes, parcelas de tierra con límites, 6 de las 65 futuras quintas estaban ubicadas en el actual barrio de la Recoleta.

La suerte número 5 correspondió a Rodrigo Ortíz de Zárate. Le puso por nombre Quinta de los Ombúes. Tenía por límites la barranca hacia el río y las actuales calles Ayacucho, Azcúenaga y Arenales aproximadamente. La zona era conocida como Pago del Monte Grande. Pago se lo llamaba porque había viñedos y Monte Grande se debía a los numerosos bosques de altura baja, los cuales llegaban hasta San Fernando. Los montes eran de baja altura y madera pobre, donde había muchos ombúes. En 1606 vende la chácara a Francisco de Beaumont y Navarra, en 1608 pasa a ser propiedad de Juan Domínguez de Palermo quien estaba ampliando sus tierras. Diez años después la adquiere Martín Dávila y Villavicencio, pasa por herencia a Enrique de Mendoza, quien la vende a Inés Romero de Santa Cruz y a Isabel Frías de Martel. Luego la obtiene Juan de Herrera y Hurtado, quien deja la quinta a su hija Gregoria casada con el capitán Fernando de Valdez e Inclán quienes ceden la parte más elevada de su chacra a Juan de Narbona para que este edifique una iglesia y un convento para los frailes Recoletos de la orden franciscana, recién llegados de España 1708. Fue el fray Pedro de la Torre, el cabildo y el gobernador los que solicitan permiso a su majestad el rey Felipe V para construir un templo para los frailes de la Recolección de San Pedro de Alcántara en la Trinidad, hoy Buenos Aires. Para esto contaban con una donación muy fuerte de Pedro de Bustinza. En 1716 fray Diego de Ceballos, lego del convento, hace una nueva gestión ante la Corte logrando la real cédula autorizándolo. Para entonces ya habían muerto tanto fray Pedro como el donante. Es cuando aparece Juan de Narbona quien hace un nuevo legado y construye una modesta capilla y cuatro celdas para los franciscanos. Como el nuevo donante era devoto de la virgen del Pilar de Zaragoza pone como condición que la iglesia este bajo su advocación.

Fuente.www.jhistoricadelpilar.com.ar

2 comentarios:

  1. Muy pero muy interesante.
    Si te interesa compartirlo con los vecinos de recoleta, te invitamos a hacerlo en http://www.recoleta.com.ar

    Saludos!

    ResponderBorrar
  2. yo me hospede en un hotel en recoleta cuando fui a buenos aires, sin duda es el mejor barrio para los turistas

    ResponderBorrar