sábado, agosto 15

Giovanni, el organillero de Tandil

Un destino feliz parecía depararle la vida. La más linda muchacha de la aldea había aceptado su amor. Mariana era realmente una flor. Bella, saludable, trabajadora, hubiera sido la dicha de cualquiera de los jóvenes del viejo pueblito...
Pero Mariana era ambiciosa. Soñaba con una vida mejor. Con bienes, con hijos a los que no les faltara nada. Quería salir de la heredada rutina de las familias del lugar.

El joven Giovanni pensó que Mariana merecía esas y muchas otras satisfacciones. Juntó algún dinero, incluso vendió su mandolina, compañera de sus horas de descanso, y se embarcó hacia América, con la idea de hacer fortuna. Un viejo navío lo dejó un día en el puerto de Buenos Aires, junto con otros paisanos tan ilusionados como él. La suerte no le fue propicia en momento alguno. Y cuando desesperaba por encontrar cualquier ocupación adecuada, la muerte de un compatriota sin fortuna, lo hizo heredero de un viejo organito, con el que aquél se había mantenido en los tramos de su miserable vida.

A Giovanni no le fue mejor con el vetusto instrumento. Mucha competencia en la ciudad. Un día comenzó a recorrer los pueblos, hacia el sur, hasta que se aquerenció en Tandil. La serrana población se encontraba en un período de trabajo y progreso. Se decía que pronto llegaría el ferrocarril. Giovanni sabía hacer muchas cosas, pero no pudo hacerlas. Debió limitarse, entonces a sus largas recorridas, en las que desparramaba, por las humildes y soleadas callecitas, todo aquel cascabel de notas, que la gente recibía contenta y pagaba con algunas modestas monedas.
Pronto comprendió Giovanni que "L'America" no se había hecho para el . Con la visión del fracaso y de su retorno pobre pero inevitable, comenzó a ahorrar con desesperación cuanta moneda recogía en sus repetidos conciertos. Invertía lo indispensable para sobrevivir. Muy de tiempo en tiempo gastaba alguna copita con los pocos amigos que encontró en estas tierras.
Aquel 31 de diciembre, sintió la necesidad de apagar, con algunos vasos de vino, la nostalgia que desborda de su corazón.
Era el inolvidable día que Mariana cumplía sus jóvenes años. Tal vez lo estaría celebrando allá en la vieja casona de los padres. Donde además se festejaría alegremente, con una linda fiesta vecinal, el advenimiento del nuevo año. Inexplicablemente, ni una carta, ni una postal, recibió en los últimos tiempos. Nada que pudiera traerle la seguridad del recuerdo de su amada..
Triste hasta las lágrimas, no consiguió el momentáneo olvido que buscaba. Muy bebido, dejó de madrugada el humilde boliche suburbano, y el recuerdo de su aldea lo llevó a tararear la última canción aprendida en su tierra.
Ya habían transcurrido las primeras horas del año 1872. Todos descansarían en la jornada que se avecindaba. Giovanni no sentía apuro por dormir, y recorría nostálgico, lentamente, las cuadras que lo acercaban a su pobrísima habitación compartida con Nicola, un compatriota que soportaba estoicamente su situación, a la espera de mejores oportunidades.

De pronto Giovanni escuchó a lo lejos unos inexplicables alaridos. Pensó en algún desborde de borrachos. Pero no. Un tropel se acercaba. Y los gritos eran realmente aterradores.
Paralizado de espanto, vió cómo aquellos diabólicos jinetes, que esgrimían toda clase de improvisadas armas, se le acercaban con intenciones que no eran sino de muerte.
Su grito de terror resultó imperceptible antes el rugir de la horda de forajidos que había avanzado hacia el pueblo de Tandil en aquella nefasta jornada del 1º de Enero de 1872. Lanzas y cuchillos terminaron bien pronto con la vida del pobre italiano que quedó desangrándose. Y resultó la prueba más cercana y primera del vandálico episodio que, en diversos lugares y en distintos momentos, conformarían la mas espantosa tragedia vivida por la floreciente población.

Luego de la masacre, los reos son apresados y llevados a la carcel.

Entre la gente que miraba la llegada de los feroces prisioneros, estaba Nicola.
Durante todo el día había buscado a su compatriota Giovanni para darle una buena noticia, e ignoraba todavía el trágico final. Una carta había llegado de Italia, suponía Nicola que aquella carta -si no era de Mariana- por lo menos traería noticias de la novia del amigo, al que mucha falta le hacía esa alegría...
Recién por la noche, cuando fueron exhibidos los cadáveres no reconocidos, tuvo Nicola la escalofriante visión de la suerte corrida por su compañero. No supo qué hacer con la carta.
Consultó con la dueña del pequeño inquilinato en donde vivía. Resolvieron abrir el sobre. Y leyeron...
Un amigo de Giovanni, le hacía saber, por encargo de los atribulados padres de Mariana, que la muchacha no pertenecía a este mundo, un repentino mal había terminado con su hermosa existencia.
Paradójicamente, el cruento fin de Giovanni, lo salvaba de conocer algo tan terrible y doloroso como la desaparición física de su amada.
El 6 de enero muere asesinado el famosos Tata Dios.
El mismo 6 de enero llegó otra carta destinada a Giovanni. Tenía membrete de la embajada Italiana. Por gestiones de la familia, el gobierno de su país le enviaba.... un pasaje oficial de repatriación!!..

Fuente:http://www.tandil.com/ciudad/leyendas/elorganillero.htm

5 comentarios:

  1. http://relatosdeternidad.forocreacion.com/t2053-magia-mandolinera#11025

    ResponderBorrar
  2. Giovanni, el organillero de Tandil, fue asesinado en la masacre de Tandil de 1872 en manos de los xenófobos al comando de Solané "Tata Dios".Lo mataron a golpes y faconazos y murió desangrado en la Plaza adonde dormía.Llevaba su organito que quedó roto a su lado.

    ResponderBorrar
  3. http://relatosdeternidad.forocreacion.com/t2053-magia-mandolinera

    ResponderBorrar
  4. http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/16456449/Magia-Mandolinera.html?fb_action_ids=10200242317053381&fb_action_types=og.likes&fb_source=timeline_og&action_object_map=%7B%2210200242317053381%22%3A432127733537451%7D&action_type_map=%7B%2210200242317053381%22%3A%22og.likes%22%7D&action_ref_map=%5B%5D

    ResponderBorrar