viernes, mayo 3

Sitios Emblemáticos: Parque Guillermina; remanso de ayer, de hoy y de siempre

Ubicado hacia el final la avenida Mate de Luna se encuentra este espléndido reservorio en plena ciudad de Tucumán, que abarca treinta y cinco hectárea.

 TUCUMÁN.- “De todas las variedades de virtud, la generosidad es la más estimada”, es un pensamiento atribuido a Aristóteles, el célebre filósofo griego.

Doña Guillermina Leston Paz nació en Tucumán, en el año 1.863 .Hija de don Eduardo Leston Kiernan y de doña Justa Paz García, es descendiente de los Paz y Figueroa, una antigua familia radicada en Santiago del Estero. Contrajo matrimonio a los dieciocho años con don Alfredo Guzmán Méndez, cuyos antepasados se remontan a la fundación de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca. Tuvieron una hija, Guillermina Eulalia, fallecida tres meses después de su nacimiento.

Este matrimonio fue el propulsor de obras de gran envergadura y contribuyeron al desarrollo de Tucumán con su dedicación, trabajo y un profundo espíritu cristiano, plasmándose en la fundación de distintos establecimientos como el Instituto de Puericultura “Alfredo Guzmán” más conocido como “Sala Cuna”; los asilos “San José” para varones y el “San Roque”, para mujeres; la donación de una manzana al Club 9 de Julio -donde construiría su sede- el “Club Sportivo Alfredo Guzmán”. Asimismo funda la Estación Experimental Agroindustrial “Obispo Colombres”, entidad dedicada al estudio de las distintas variedades de cultivo de las especies de la región e inaugura un establecimiento único en su tipo: “La Granja Modelo”. En ella se dio comienzo por primera vez en Tucumán al proceso de pasteurización de la leche. Contó con modernas máquinas destinadas a la extracción de la materia prima, filtros de algodón esterilizado y cámaras frigoríficas. Numerosas fueron las innovaciones que introdujo don Alfredo Guzmán, en este siempre relegado sector de la producción, sufriendo graves consecuencias los niños, por la falta de higiene que prevalecía hasta entonces. Estas obras son sólo una muy pequeña muestra de otras no menos importantes.

Corría el año 1.903 y el tiempo hacía sentir sus rigores en el edificio donde se había jurado la Independencia en el año 1.816. Debido a su deterioro, doña Guillermina Leston de Guzmán, gestiona ante el Gobierno Nacional, el resguardo del Salón de la Jura. En efecto la casa fue demolida y el mismo fue cobijado en una urna de vidrio –templete- de estilo francés donde sobresalían los detalles de rejas, en cuyo interior estaba atesorado el único testigo de ese momento.

El espíritu emprendedor de don Alfredo lo llevó a fundar en el año 1.908, la “Quinta Guillermina”, que sería el paño de aclimatación de las nuevas especies provenientes del exterior: una gran variedad de limones y naranjas, incluyendo el pomelo y la palta.

El Parque y su largo derrotero

Ubicado hacia el final la avenida Mate de Luna se encuentra este espléndido reservorio en plena ciudad, que abarca treinta y cinco hectáreas. Una imponente construcción, también llamada “el castillo del Parque Guillermina”, coquetea con la vegetación, amurallada por una cerca de hierro de considerable altura. El matrimonio la utilizaba como casa de fin de semana y a pesar de haber sido llamado Parque Batalla de Tucumán en la época del proceso militar, en el vocabulario popular prevaleció su nombre original.

Su artífice fue el arquitecto español José Graña, nacido en Villarino de los Aires, Salamanca. Graduado en Madrid, arribó a Tucumán en el año 1.908, en pleno auge de los preparativos para la conmemoración del Centenario de la Revolución de Mayo y de la Declaración de la Independencia. Surgía, por ese entonces, una profunda necesidad de buscar las raíces en la madre patria, dando origen así al movimiento cultural llamado “Restauración Nacionalista”. Fue este el motivo para bucear en los modelos españoles, rescatando también el prototipo americano colonial y precolombino. Graña se erigió en abanderado del “estilo neo colonial” en la provincia. Prestigioso profesional desarrolló otros proyectos de importancia como el edificio del Banco de la Provincia de Tucumán en la ciudad de Concepción y el que hoy alberga a la Federación Económica de Tucumán, de marcadas características andaluzas, entre otros.



El Castillo y su impronta

Ubicado en el sector sur de la propiedad, a lo lejos se vislumbra su particular estilo e impronta art déco, con detalles de inconfundible barroquismo. Fue construida en el año 1.927, encuadrándose dentro de los cánones de la arquitectura ecléctica y sus líneas le confieren una singular estampa. Se destacan los elementos españoles y moriscos en su interior, matizados por mayólicas que recubren algunas paredes de sus coquetos patios, adornados por elementos heráldicos que atestiguan la genealogía de sus propietarios.

En el año 1.969 fue adquirida por la Municipalidad capitalina, y un largo camino recorrió hasta hoy, surcado por diferentes acontecimientos. Promediando la década del 90, la fundación “Amigos del Parque Guillermina” se hizo cargo de la casa. Fue devuelta en el año 2.005, debido a la falta de seguridad y los robos constantes que sufría la vivienda - en un fuego cruzado con el municipio-, acusado de no proporcionar la mínima seguridad básica. En el año 2.006 fue cedida a la Facultad de Filosofía y Letras para su uso. En la actualidad, se encuentra nuevamente bajo la órbita municipal, con un proyecto sin fecha de iniciación, que contempla colocar una cerca perimetral en toda su superficie, iluminación integral y la intención de utilizar la casa para fines culturales.

El tiempo inexorablemente deshoja los días y el pueblo de Tucumán, consciente del legado transmitido por don Alfredo Guzmán y doña Guillermina, espera ansioso una respuesta acorde al espíritu imaginado por sus donantes.

Por Carolina Mena Saravia

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