domingo, febrero 3

Armand de Fluvià: "Muchos reyes descienden de campesinos"

El genealogista y heraldista, que acaba de publicar '¿Quiénes eran mis antepasados? Nuevo manual de Genealogía' y 'Manual de nobiliaria catalana', destaca la importancia de conocer nuestros ascendientes 

¿Qué relación de parentesco tenía el pintor Diego Velázquez con algunos reyes de Europa? ¿Cuándo se formaron los apellidos? Son algunas cuestiones que responde con pasión el prestigioso genealogista y heraldista Armand de Fluvià i Escorsa (Barcelona, 1931), autor de los recientes libros publicados ‘¿Quiénes eran mis antepasados? Nuevo manual de Genealogía’, ‘Manual de nobiliaria catalana’ y ‘Manual de heráldica y técnica del blasón’, editados por la entidad, que fundó y actualmente preside, la Institució Catalana de Genealogia i Heràldica. Armand, licenciado en Derecho por la Universitat de Barcelona y Diplomado en Paleografía y Diplomática en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universitat de Barcelona, nos atiende en su casa, un sitio que respira mucha historia y en un lugar preferente del salón cuelga con orgullo su escudo familiar. A sus 81 años, continúa investigando los linajes de las familias, sobre todo las nobles: “Tengo la gran suerte de que mi trabajo es mi hobby y no me jubilaré nunca”. Armand, Creu de Sant Jordi en el 2000 y Medalla d’Honor de la Ciutat de Barcelona en el 2008, ha acabado una de las grandes obras de genealogía sobre la nobleza catalana, con unos 4.000 árboles genealógicos, pero está pendiente de que alguien se interese para que pueda salir a la luz.
-¿Cómo surgió su interés por la genealogía?
- En el bachillerato, cuando se estudiaba la historia por las listas de los reyes. Tenía una relación de los 18 reyes Luises de Francia, y todo empezó en saber el parentesco de cada uno.
-¿Cuál es su árbol genealógico?
-  Lo sigo buscando pero tengo un gran problema. Uno de mis antepasados era de Granollers y durante la Guerra Civil se quemó el archivo parroquial, el registro civil, el archivo notarial y el archivo de la propiedad. Se quemó casi todo.
-¿Hasta dónde ha podido llegar?
- He podido saber cuándo se formó mi apellido. En un documento de 1040 aparece un ascendiente mío llamado Bernardus Bernardi y unos años más tarde, en 1075, aparece como Bernardus Bernardi de Fluviano por lo que el apellido ya se había formado. A finales del siglo XII o principios del siglo XIII es cuando ya se han formado los apellidos de Catalunya. Pero no son importantes sólo los apellidos sino también el significado de los nombres. Mi nombre es de origen germánico y significa ‘hombre fuerte’.
- ¿Qué es lo que más le apasiona de la genealogía?
- Cuando estoy en un archivo parroquial buscando mis antepasados y encuentro uno tengo la sensación de que me lo agradece, es como si lo resucitara porque en cierta manera lo devuelvo a la realidad. La genealogía también es un trabajo de detective.
- ¿La genealogía da muchas sorpresas?
- La genealogía puede aportar muchas soluciones a un buen número de hechos históricos pero también tiene un interés en la historia social. Hay campesinos descendientes de reyes y, al revés, muchos reyes descienden de campesinos. Por ejemplo, los reyes de Rumanía y de Bélgica descienden de un campesino occitano, Pierre Murat, que fue padre de Joaquín Murat, mariscal de Napoleón y rey de Nápoles. La reina de Inglaterra, la de Dinamarca, el rey de Suecia  y los reyes de Grecia descienden de una campesina, Marta Skavronska, que fue emperatriz de Rusia con el nombre de Catalina I.
- Interesante…
-Los Càrcer, la familia materna del penúltimo marqués de Castellbell, que se pensaba que eran feudales, descienden de un zapatero que en el siglo XVI vivía en Vic. Los Sarriera, que hoy son una de las familias más importantes de la nobleza catalana, descienden de un médico de Girona que hizo fortuna en el siglo XIV por ser médico del rey. Y otro caso inverso, lo tenemos en el gran pintor Velázquez que es ascendiente de reyes de Europa, entre los que está la reina Sofía de España.
-¿La genealogía nunca falla?
-Yo me propuse hacer de la genealogía una disciplina seria y científica. Muchos genealogistas han falsificado para halagar a sus clientes. La genealogía es muy importante como ciencia auxiliar de la historia.
- ¿Qué tipo de genealogías se han falsificado?
- A finales del siglo XIX, la Península ibérica está llena de falsificaciones de genealogías principalmente para ingresar en las órdenes militares y caballerescas donde hacía falta probar nobleza. Por ejemplo, el primer marqués de Casa Riera, un antepasado de la reina Fabiola de Bélgica, que era hijo de un galonero convirtió su segundo apellido Rosés en Rozes y lo hizo descender de unos hidalgos austriacos. O los Bofarull, de Reus, que para rehabilitar la baronía de Ribelles consiguieron entroncarse con los Ponç de Ribelles a base de informes ‘ad perpetuam rei memoriam’, una manera de conseguir nobleza.
- ¿Conoce más casos?
- También se decía que los Montcada descendían de los duques de Baviera, los Cardona de Carlomagno, los Oms del rey de los visigodos Ataúlfo o los Rocabertí de la dinastía merovingia. Y esto no era así. Cuánto más importante era la familia a la que le hacían la genealogía, más ilustres y más antiguos hacían  los antepasados. En la edad media hubo una inflación de falsas genealogías y esto ha desprestigiado la genealogía.
- ¿Qué árboles genealógicos de familias le gustaría investigar?
- Hay una gran cantidad de condesas de Ribagorça, de Pallars, de Besalú o de Barcelona de las que sólo sabemos el nombre. Esta búsqueda se tiene que intensificar y promocionar. También sería interesante conocer las genealogías de personajes importantes como Bernat Metge, Francesc Eiximenis, el cronista Muntaner o el pintor Jaume Huguet. Las familias son muy importantes también desde el punto de vista social. La realidad es, que a diferencia de otros países europeos, en el campo de la investigación nos queda mucho por hacer.
- Usted también en sus investigaciones desmonta el mito de la sangre intacta, ¿no?
- La genealogía es la mejor manera de ver que las razas puras no existen. Si nos adentrásemos en las tablas de los ascendentes de los príncipes de Europa, encontraríamos personajes de todas las razas. Y si pasamos a la alta nobleza española tenemos que, por ejemplo, los actuales condes de Churruca, el duque de Veragua, el conde de Fuenrubia y el  marqués de Cerralbo son descendientes de Moctezuma II, emperador azteca de México.
- ¡Menuda mezcla!
- Si todos descendemos de antepasados comunes, todos somos parientes, en uno u otro grado más o menos lejano. Rudolf Hess, el nazi muerto en la prisión de Spandau, era descendiente de Zwingli, el reformador suizo de la época de Lutero. Pues bien, por ser descendiente suyo resulta que era primo lejano de un judío norteamericano apellidado Kassowitz y, por tanto, también era pariente de judíos.
-¿Cómo ve el momento actual de la genealogía?
- Vive un momento dulce desde hace ya un cierto tiempo porque gracias a las instituciones que hemos creado la gente se está aficionando. Ahora cuando voy a un archivo también encuentro muchas personas buscando genealogías, algo que antes no sucedía. También estamos haciendo cursos de genealogía y heráldica con Òmnium Cultural y realizando conferencias en el Ateneu Barcelonès.
- ¿Qué le parece la nueva ley del Registro Civil que los padres puedan escoger el orden de los apellidos?
- ¡Me parece una barbaridad!  Hasta ahora había una seguridad fantástica de que todos los antepasados de la primera línea son hombres y los otros apellidos los ha llevado una mujer. Esto conllevará a que si todos cambian sus apellidos de aquí a 50 años nadie sabrá quiénes eran los bisabuelos. Si querían hacerlo de una manera más feminista podrían haber hecho lo de Portugal, el primer apellido es el de la madre y el segundo el del padre, que es el que siempre se perpetua.
- Usted también ha publicado varios libros sobre heráldica y ha escrito sobre el escudo de Catalunya. ¿Cómo está esta cuestión?
- Lo del escudo de Catalunya es un escándalo. Catalunya tiene el escudo más antiguo de Europa y, evidentemente, de la península, pero Catalunya es el único país del mundo y la única autonomía del estado español que no tiene escudo. No tenemos escudo.
-¿Por qué?
- Como asesor de heráldica de Catalunya cuando se discutía el Estatut en el Parlament envié la descripción correcta del escudo y la bandera de Catalunya a todos los grupos parlamentarios y al presidente del Parlament. No me hicieron caso y resulta que los símbolos nacionales de Catalunya, tal como recoge el Estatut, son ‘la bandera, el himno y la fiesta’.
-¿Cómo tendría que ser el escudo de Catalunya?
- Es un escudo de oro con cuatro palos de gules. Es el escudo que era de los Condes de Barcelona, de la dinastía del Casal de Barcelona, y lo tenían desde 1150, es un escudo de Ramón Berenguer IV, el más antiguo que se conoce.
- ¿La genealogía no se entiende sin la heráldica?
- No necesariamente, pero todas las familias nobles tienen escudo. También hay que recordar que no hay escudos de apellidos sino de familias, que son cuestiones diferentes. Y no todas las familias tienen escudo.
- Un tema también controvertido es el de la heráldica en el ámbito deportivo. ¿Los clubs suelen respetar la heráldica?
- Es un desastre. El escudo del Barça, como muchos otros, heráldicamente no es correcto.
-¿Por qué motivo?
- La primera ley de la heráldica es la de los esmaltes, es decir, la de las coloraciones. El escudo del Barça tiene unos palos azules y rojos, y la primera regla es que no se puede poner metal sobre metal ni color sobre color. Si ves el escudo del Barça de lejos no distingues los colores que son porque el azul y el rojo se diluyen. Precisamente, la heráldica surgió en los campos de batalla para poder diferenciar enseguida al enemigo de los tuyos y, por eso, llevaban las señales en los escudos.
- Recientemente también ha publicado el ‘Manual de nobiliaria catalana’. ¿Se suele conocer las familias nobles de Catalunya?
- También hay mucho desconocimiento. Un día un funcionario de la Generalitat me preguntó sorprendido si todavía existían los títulos nobiliarios. También hay familias nobles que nunca han tenido títulos. Tenían privilegios nobiliarios, ya fueran de ciudadano honrado de Barcelona, de caballero de principado de Catalunya o de noble de principado de Catalunya.
- ¿Cuántas familias nobles catalanas hay?
- De forma general, en Catalunya hay poca nobleza en comparación, por ejemplo, con Castilla. Publiqué un artículo en mi página sobre un censo aproximado de familias residentes o no en Catalunya que actualmente pertenecen a la nobleza catalana y había entre 200 o 300 familias.
-¿Qué proyectos tiene ahora entre manos?
- Recientemente hemos creado un programa informático desde la Institució Catalana de Genealogia i Heràldica de todas las casas soberanas del mundo. La base de datos tiene más de 62.000 personas registradas con las genealogías desde los faraones de Egipto, los Incas y Aztecas hasta los emperadores de China, de Japón, las dinastías musulmanas o los reyes de Madagascar. Por ejemplo, puedes conocer la relación de Gengis Kan, el fundador del imperio mongol, con el actual Rey de España, Juan Carlos I. También tengo unos 4.000 árboles genealógicos de familias de la nobleza catalana esperando que una editorial los publique.
-¿Y por qué no se han publicado?
- Si estuviéramos en Aragón, Valencia, Navarra o Galicia ya se habrían publicado. Es una obra de cinco volúmenes de cuadros genealógicos. El primero se centra en las casas condales y vizcondales de la época carolingia, el segundo en las familias de la nobleza inmemorial.
-¿Inmemorial?
-  Son aquellas familias que ya eran nobles antes de 1311, fecha de la primera concesión de un privilegio nobiliario por parte de un soberano catalán. Los dos siguientes volúmenes tratan de la nobleza rural y la del patriciado urbano. En el último, que se publicaría el primero, me centro sobre la abolición de la nobleza como estamento social público y oficial.
-¿Qué significa ser noble en el siglo XXI?
- Nada, no significa nada. Es puramente honorífico, un recuerdo de los antepasados y, por eso, creo que los nobles tienen que ser unos descendientes que siempre honoren a sus antepasados. Los nobles tienen que llevar una vida digna y ser siempre ejemplares.
- ¿Conociendo a nuestros antepasados nos conocemos mejor?
- Exacto. Gracias a nuestros antepasados estamos aquí y les debemos un cierto reconocimiento. Oscar Wilde, en ‘La importancia de llamarse Ernesto’, nos dice cómo se extraña lady Bracknell porque el señor Worthing no sabía el nombre de sus padres y decía que olvidar el nombre de uno de los padres podría ser considerado una desgracia, pero olvidar el de todos era un descuido.
- ¿Esto va cambiando?
- Afortunadamente sí, pero es una pena que la mayoría de la gente no sepa el segundo apellido de los abuelos. Tenemos que procurar saber todos nuestros orígenes. Además, la genealogía es una ciencia auxiliar de la medicina y de la genética. Es evidente que hay enfermedades genéticas y conviene saberlo. Por ejemplo, yo sé de qué murieron mis ocho bisabuelos, mis cuatro abuelos y mis dos padres. La genealogía es importante.

 

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