jueves, abril 1

Matilde Haydee Maciel

Si han seguido este blog desde mayo del año pasado, sabrán de quien les voy a hablar. Sino, aquí se las presento.
Nació el 1ª de abril de 1940 en San Cayetano, Buenos Aires. Sus padres eran CEFERINO BLAS MACIEL y MANUELA MONSALVO y era la cuarta hija de este matrimonio.
De  muy joven se traslado con toda su familia a vivir a Bahía Blanca, una ciudad que ofrecía mas oportunidades laborales para una familia ya numerosa. Después de MATILDE llegaron 6 hijos más.
Con el tiempo, tuvo la oportunidad de visitar a una hermana en Necochea, prospera ciudad costera. Allí conocería a quien fue su compañero por más de 35 años y con quien tendría tres hijas. Una de ellas, quien les habla.


A mi mamá llegue a conocerla y valorarla muchísimo mas cuando ya era yo, una persona adulta. Cuando uno es joven cree que todos tienen tiempo de sobra y nunca piensa que "los viejos" un día se van a ir.
Era una persona cariñosa, ella siempre quedaba para lo último. La primera en levantarse, la ultima en irse dormir. Siempre decía hasta mañana y daba vueltas por la casa y era la que terminaba viendo si todos dormían para recién irse a acostar.
La recuerdo con su delantal marrón, con un bolsillo grande en el frente atado a la cintura. El bolsillo tenia de todo, monedas, broches, un pañuelo, una lapicera, algún caramelo y mucho amor también. Un día me acercaron un poema titulado "El delantal de la abuela" y pensé que esa persona que lo había escrito conocía a mi mamá a la perfección.
Le gustaba cocinar, extraño sus tallarines caseros, sus canelones de acelga, sus ñoquis, sus alfajores de maizena!! Y esas tortas gigantes que hacia para los cumpleaños en una lata de dulce porque "ahí salen mejor que en molde" decía.
Se conformaba con nada, no me acuerdo que le reclama algo a mi papá. Era feliz, creo yo, con lo que tenia. Nunca se me ocurrió preguntarle. Egoísmo de juventud? Seguramente quería muchas cosas, como cualquiera, pero nunca se quejo. Ya les dije, primero estaba mi papá, después las hijas y los nietos.
De grande me entere que a los 9 años el padre la dejo en una casa para que cuidara la bebe de la familia. Dejo de ir a la escuela porque tenía que trabajar. Y si bien termino la escuela primaria cuando mi sobrino tenía como 10 años, siempre tuvo una letra hermosa. Pareja, legible y muy adornada. Y sabia de lo que le preguntaras.
Le gustaba leer novelas, me acuerdo de Corin Tellado y las revistas de Fotonovelas. Y en la tele miraba a Mirtha Legrand.
En una época hizo un curso de Tarjeteria española ( esas en papel vegetal). También hizo catequesis con mis sobrinos. Y ni pensar que un fin de semana iba a dejar de ir a los partidos que jugaban los nietos!!! Allá iba, con un canasto con tortas y el termo con el mate.
Cuando era más chica, me acuerdo viéndola frente al espejo colocándose los ruleros. Era coqueta, si hasta hay una foto con ruleros y pañuelos en la playa!!! Eran otras épocas!
En un tiempo con mi abuela Vicenta, lavaban las cortinas de los panteones del cementerio para que el 1º y el 2º de noviembre estuvieran impecables cuando la gente iba por sus muertos. Blancos inmaculados y almidonados.
Le gustaba planchar los pantalones con “raya”. Y lavar la ropa blanca con jabón y a mano. Me enseño a tejer con dos agujas y a pegar botones.  Le gustaba peinarnos con trenzas y casi se muere cuando le dije que quería ir a una escuela militar.
El ultimo tiempo, charlábamos más. Me contaba sobre su familia, sus hermanas y de sus padres. Era muy divertida, se reía a carcajadas!
Ella hacia que todo valiera la pena. Y que mañana seria mejor que hoy.
Siempre tenia un pañuelo para una lágrima y mate calentito para el corazón.





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