jueves, julio 30

Duelos Criollos


Duelos criollos: el uso del cuchillo en la pelea.
Junto con su caballo, el cuchillo (y particularmente el facón o la daga) fue elemento distintivo del gaucho, a punto tal que no se concibe su imagen sin ellos. El gaucho fue famoso por su destreza en el manejo del cuchillo, y su empleo en los tristemente célebres duelos, motivados por cualquier motivo: una contradicción, unas palabras inadecuadas, un asunto de polleras, o los ánimos exacerbados por la bebida, podían iniciarlo.
También el querer probar que un individuo era mejor cuchillero que otro, podía hacer que dos hombres se midieran en un duelo.

La intención no era matar al contrario, sino marcarlo para siempre con una cicatriz que señalara su derrota. A veces, el fragor de la lucha, o el encono, o el exceso de bebida, hacia que uno de los contrincantes encontrara la muerte. Se decía que había ocurrido una "desgracia" y el matador era visto con conmiseración, y hasta ayudado a huir de la escena del duelo y de la persecución policial. Solamente la repetición de las muertes convertía al gaucho en un "matrero" mal visto por la sociedad.
Otras prácticas eran el "despenar" o también llamado "hacer la obra santa", un anticipo de la eutanasia, dirigido a quitar el sufrimiento de un amigo o familiar muy enfermo o gravemente herido. Todos estos actos de barbarie, deben ser vistos a los ojos de la moral y circunstancia histórico, social y cultural del personaje.
Como dijera alguna vez un viajero extranjero sorprendido por el uso del cuchillo por parte de los criollos: "el gaucho se vale de su cuchillo tanto para abrir una res como para terminar una discusión"
Sin embargo, y pese a la impresión de que el gaucho pasaba su vida combatiendo y peleando, en realidad el mismo utilizo su cuchillo para mil y una tareas en su vida diaria.
Desde picar tabaco, cortar leña para el fuego, preparar estacas, cortar fachinal para techar su rancho, ayudarse en la preparación de ladrillos, cortar delicados tientos para sus trenzados, matar ganado, despostarlo, cuerearlo, etc. etc.. Su cuchillo era una extensión de su mano. Tal como lo dice Sarmiento en su Facundo:
"El gaucho anda armado del cuchillo que ha heredado de los españoles… El cuchillo, a más de un arma, es un instrumento que le sirve para todas sus ocupaciones: no puede vivir sin él; es como la trompa del elefante, su brazo, su mano, su dedo, su todo…."

La "Daga" de Juan Moreira
Sin lugar a dudas, la más famosa de las armas blancas criollas, es la legendaria "daga" que fuera propiedad del gaucho Juan Moreira. Conviene señalar sin embargo, que desde el punto de vista técnico, esta impresionante arma es en realidad un "facón", ya que posee una importante defensa o "gavilán" y una hoja de un solo filo, provista de vaceos en sus lados.
Además, teniendo en cuenta sus grandes y poco usuales dimensiones, podríamos clasificarlo como un "facón caronero" una variante del facón que por su tamaño se acostumbraba a llevar entre las dos caronas de cuero del recado. Sin embargo, según afirman testimonios de la época, a pesar del tamaño de su arma favorita, Moreira la portaba en la cintura, a su espalda y cruzada, tal como era la costumbre generalizada con facones más cortos.

El Gaucho Juan Moreira
Juan Moreira fue un gaucho que actuó como guardaespaldas de Adolfo Alsina, durante las campañas políticas de los años 1860's. Era uno de los tantos "matones de comité", en aquellos turbulentos años de "crudos y cocidos" en los que Alsina (electo Gobernador de la Provincia de Buenos Aires en 1866 y posteriormente Vice Presidente de la Nación en 1868) se enfrentaba políticamente con Mitre por los cargos electivos.
Por entonces, guardaespaldas y matones eran contratados para "convencer" a los votantes sobre la "conveniencia" de colocar sus votos en sus respectivos partidos, habida cuenta que el sistema empleado en aquellos años, era el de "voto cantado". Una adecuada intervención de los rufianes de turno, podía volcar los resultados de un comicio hacia el lado del que los contrataba.
Aunque Moreira fue famoso por su manejo del facón, de las 16 muertes que se le atribuyen, utilizó arma blanca en 9 de ellas, y armas de fuego como el trabuco, en las restantes. Una serie de tropelías y asesinatos, y el abandono de su padrinazgo político, hicieron que Moreira cayese en desgracia, y fuese perseguido por la justicia, hasta llegar al famoso episodio ocurrido el 30 de Abril de 1874, en el que el matrero fue emboscado en el establecimiento "La Estrella" de Lobos, perdiendo la vida en manos de una partida policial que lo superaba en número y armamento.
En aquella ocasión, encontrándose ya malherido, y en un último y desesperado intento por huir, Moreira trató de escalar un muro de ladrillos, empuñando todavía su famosa "daga", cuando fue rematado por la espalda, con un bayonetazo lanzado por el Sargento Chirino. Cabe mencionar que, al comienzo del enfrentamiento, Moreira había cercenado con su facón, cuatro dedos de la mano izquierda de Chirino.
La vida de Moreira y su legendaria y singular arma blanca, posiblemente hubiesen caído en el olvido, si no fuese por la novela de Eduardo Gutiérrez, que tuviera un inusual éxito en su tiempo, rescatando episodios de su vida, idealizando la figura del protagonista y convirtiéndolo en víctima de las circunstancias socio-políticas de la época. Fue en esa novela -publicada originalmente en forma de folletín por entregas en un periódico- que el propio Gutiérrez dedicó un par de páginas a describir al facón del tristemente célebre gaucho, adjudicándole el calificativo más poético o literario de "daga" con el cual es conocido popularmente hasta nuestros días.
La novela adquiere verdadero vuelo después que fuera adaptada y llevada al teatro criollo por los hermanos Podestá , lo cual contribuyó a la difusión masiva, leyenda y popularidad del personaje y a su transformación en mito.
Varias adaptaciones posteriores, al teatro y la cinematografía, entre las que sobresale la versión de Leonardo Favio/Rodolfo Bebán en los años 70's, han contribuido a hacer perdurar su figura y su vigencia como mito popular.

La Daga de Plata
Habiendo ya aclarado que la "daga" es en realidad un formidable facón, digamos que el arma de Moreira, le fue obsequiada por Adolfo Alsina hacia 1866, junto con un hermoso caballo. La daga poseía la empuñadura de plata sencillamente cincelada (Gutiérrez afirma que poseía incrustaciones de oro, pero en la pieza no se advierte que sea cierto que alguna vez las tuviese). Originalmente, cuando le fue obsequiada, su defensa o guarda tenía la forma de una "S", que Moreira hizo modificar por otra en forma de "U" invertida, convencido de que de esa manera le serviría mejor para poder "abarajar" o parar los "hachazos" de un adversario.
La hoja, que posee una apenas perceptible curvatura, tiene un solo filo y vaceos laterales, y fue obtenida de un sable de marca desconocida, ya que al examinar la pieza no se advierten cuños o marcas del fabricante. La aseveración de Eduardo Gutiérrez sobre que la hoja es "de un completo temple toledano" no tiene basamento técnico alguno, excepto la notable flexibilidad de la misma.
El arma pesa 740 gramos y mide en total 84 cms, de los cuales 63 cms corresponden a su hoja, y el resto a la empatilladura y empuñadura, lo cual nos da una idea de la fortaleza y habilidad de Moreira para emplearla.
También es interesante destacar un detalle de su sencilla vaina de suela: la misma posee la clásica lengüeta de cuero, para trabar en el cinto o tirador. Pero esa lengüeta no se encuentra como es costumbre cosida junto a la boca de la vaina, sino algunos centímetros más abajo, de manera de llevar algo más alta la empuñadura y distribuir en forma mas pareja en la espalda, la inusual longitud del arma.
En la actualidad, la "daga" original se conserva y exhibe en el Museo y Biblioteca Juan D. Perón, de la Ciudad de Lobos, junto a otros objetos del famoso gaucho, incluyendo otro facón, un talero y un trabuco.

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