¿Privacidad en Internet?
El problema ahora es la privacidad genética
Muchos se rebelaron contra la recopilación de datos de extranjeros y de
estadounidenses por parte de la inteligencia de Estados Unidos, pero
pocos observaron la cuestión de la vulnerabilidad de los datos
genéticos.
“Estamos en un momento crucial provocado por la confluencia de nuevas
tecnologías para la generación de datos, bioinformática y acceso a la
información por un lado, que parecen crear nuevos riesgos para la
privacidad y, por otro lado, el deseo del público de beneficiarse de
estos avances por razones personales y de salud, escriben en la revista Science los científicos del National Institutes of Health de Estados Unidos.
Las violaciones a la privacidad genética ya han comenzado.
En 2005, un adolescente nacido de una donación anónima de esperma
rastreó a su padre biológico combinando los datos del cromosoma Y con
informaciones genealógicas. Lo que pensábamos sobre el anonimato en
casos así probó ser ilusorio.
En junio, el London Times publicó la historia genética del
príncipe Harry y el príncipe William en su primera página – información
que repercutió fuertemente en los medios de comunicación de Gran Bretaña
y la India, ya que William será el primer monarca con antepasados
indios. Pero esta información no sólo fue publicada sin su
consentimiento. Ésta fue obtenida sin su consentimiento. Fue sacada a
partir de un análisis genético de dos de sus primos distantes por una
empresa privada, la Britain’s DNA.
Pero el shock había sido antes, en enero. Genetistas quedaron
estupefactos cuando un científico israelí mostró que la invasión a la
privacidad es posible a gran escala. Yaniv Erlich, genetista de Whitehead Institute for Biomedical Research en Cambridge, Massachusetts, publicó un artículo en la revista Science mostrando que era posible identificar a las personas que habían contribuido con su ADN para proyectos de investigación.
Él seleccionó cinco muestras de ADN a partir de una base de datos de
1000 y fue capaz de identificar a las personas de las que provenían.
Toda la información estaba disponible públicamente en Internet. “Fue una
sorpresa”, dijo Erlich a la Associated Press.
Cualquiera puede hacerlo. Un programa gratuito llamado lobSTR selecciona
haplotipos del cromosoma Y de un genoma. Normalmente, la información
genómica queda sin identificación, pero mantiene la edad del donante y
el estado de residencia. Los haplotipos son insertados en páginas web
recreativas de genealogía que los combinan con apellidos. Por
triangulación de datos, es posible identificar al donante.
Y no sólo al donante, sino a sus parientes también. Erlich estima que
los 135.000 registros en los dos mayores bancos de datos genealógicos
podrían ser usados para rastrear a varios millones de estadounidenses.
Este número está creciendo. Varios miles de registros son añadidos a las
bases de datos todo el mes, y la tecnología de secuenciación genética
se está volviendo cada vez más poderosa.
La pérdida de privacidad genética trae problemas enormes. Los
científicos temen que las personas queden renuentes en donar su material
genético. “Los investigadores necesitan mostrar al público que están
actuando como administradores cuidadosos de los datos que les son
confiados”, advierte un editorial en la revista Nature. Los
investigadores aseguran a los participantes de los programas de
investigación que será difícil que alguien descubra alguna cosa sobre
ellos. ¿Esa es la verdad?
“Si Ud. piensa que puede simplemente cifrar terabytes de datos o
volverlos anónimos, siempre habrá personas que pueda hackearlos”, afirma
el genetista de Harvard George Church.
Los investigadores afirman que el acceso a los bancos de datos debe
requerir un permiso, con severas penalizaciones para los científicos que
violasen los reglamentos de privacidad.
Los centros de investigación están relativamente bien organizados y
administrados por profesionales. Pero ¿y los enormes bancos de datos
genéticos almacenados por la policía científica, por hospitales y
centros de diagnósticos genéticos particulares? ¿Sería posible que
alguien invadiera y robara estos datos genéticos para ser usados en
fraudes de identidad, chantaje, discriminación contra personas con
enfermedades genéticas o marketing farmacéutico?
Puede no ser incluso necesario robar datos genéticos. Algunos
científicos de espíritu empresarial creen que las personas pueden ser
persuadidas a cederlos. Todavía es una idea, pero una empresa con sede
en Minneapolis, Miinome, está creando un “mercado genético
humano”. En otras palabra, si Ud. proporciona su genoma, ellos van a
permitir que personas puedan comprar partes de él para la investigación o
el marketing. Eventualmente ellos pueden ofrecer la decodificación
genética gratuita, desde que Ud. permita que la información entre en un
banco de datos.
Los potenciales clientes para un servicio como este podrían incluir a
los productores de alimentos, minoristas, empresas farmacéuticas o
incluso a los servicios de parejas en línea “Nosotros creemos que
podemos hacer útil todos los días su información genética, no sólo
cuando Ud. está enfermo”, dijo el Director General de Miinome, Paul Saarinen, a la revista Wired.
La revolución del genoma tiene un enorme potencial para la medicina.
Pero tiene un lado oscuro. Nuestra información más íntima, nuestro ADN,
ya no es nuestra.
Publicado originalmente en MercatorNet, el 26 de junio de 2013.
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