Un modo de conocer el lado humano de José de San Martín es descubriéndolo como padre de la emblemática Merceditas, pero también como suegro y abuelo.
El yerno de San Martín se llamó Mariano Balcarce. Nacido el 8 de noviembre de 1807, era hijo del general Antonio González Balcarce y de doña Dominga Francisca Buchardo.
Desde joven fue diplomático argentino en Europa y su contacto con el héroe y Merceditas se produjo en 1831, cuando llegó a la casa que ambos ocupaban cerca de París.
Al día siguiente del arribo, padre e hija enfermaron de cólera y el visitante debió cuidarlos.
Al mes, la joven se recuperó y mientras cuidaba de Don José, comenzó el romance con Mariano, que se convirtió en casamiento el 13 de setiembre de 1832.
La primera nieta que le dieron a San Martín fue María Mercedes. Nació en Buenos Aires el 14 de octubre de 1833 y al poco tiempo fue presentada a su abuelo cuando la familia retornó a Grand Bourg, en Francia. La segunda nieta llegó al mundo en esa ciudad francesa, el 14 de julio de 1836. Se llamó Josefa Dominga. Ambas fueron criadas por sus padres y por el general, quien no aplicó el rigor que tuvo al momento de criar a Merceditas.
Tiempos de dolor
San Martín falleció el 17 de agosto de 1850 y diez años después la familia tuvo que
compartir el dolor y la alegría. María Mercedes murió el 2 de mayo de 1860, cuando apenas tenía 27 años, intoxicada por una medicina mal recetada.
Ese mismo año, su hermana se casó con el diplomático mexicano Fernando Mariano de los Dolores Vicente Jacinto Cleofás Gutiérrez de Estrada y Gómez de la Cortina.
Merceditas falleció el 28 de febrero de 1875, y Mariano pasó a mejor vida, el 20 de febrero de 1885, dejando sola en este mundo a Josefa, a quien le encargó motorizar el rescate de la memoria de su abuelo.
En 1869 y 1885 le remitió a Bartolomé Mitre el archivo de San Martín para que el presidente- historiador utilizara los documentos para completar su biografía del mismo. Posteriormente, Josefa no sólo leyó y aprobó el trabajo, sino que además, muy agradecida, le envió a Mitre el reloj de bolsillo que perteneció a su biografiado.
Conocida como Pepa, no tuvo hijos, pero igualmente dejó una notable impronta. Vivió muchos años en una residencia en Brunoy. Era una dama muy leída y culta, y su casa se convirtió en un centro de sociabilidad para los americanos que residían o llegaban a Francia.
Enviudó en 1904, a los 68 años, a partir de lo cual se dedicó a la filantropía. En su petite château instaló un asilo de ancianos, a partir del cual el 1 de diciembre de 1905 creó laFundación Balcarce y Gutiérrez de Estrada. La entidad siguió operando más allá de su muerte, cuando pasó a ser parte de la Sociedad Filantrópica de París.
En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial. Entonces Pepa transformó su castillo en un hospital de sangre. En medio de la lucha, al sitio llegó un representante del gobierno de Francia, que estaba invadida, para entregarle la Cruz de la Legión de Honor. Le siguió la Medalla del Reconocimiento Francés, que llevaba la inscripción: "Justicia al mérito".
La noche anterior a la condecoración,los heridos que al momento de ese homenaje eran atendidos en el lugar, ornaron el frente de la residencia con un cartel cuya leyenda, en francés, rezaba: "Gracias, señora, usted es más valiente que nosotros".
La última descendiente directa de San Martín murió el 17 de abril de 1924. A su funeral asistieron vecinos y autoridades de Brunoy, pueblo que posteriormente tuvo una calle con su nombre. Y como último aporte a la comunidad, puso sus ojos en los argentinos: en su testamento legó una propiedad que poseía en Capital Federal, para la instalación del Patronato de la Infancia
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