La historiadora Nora Costamagma repasa el Combate de San Lorenzo, ocurrido el 3 de febrero de 1813. “San Martín, al frente de su escuadrón, embistió a los realistas en primera línea. Su caballo recibió en el pecho un tiro de metralla de los cañones a corta distancia y cayó mortalmente herido aprisionando a su jinete bajo su peso. Se produjeron momentos de indecisión y confusión pues alrededor de San Martín, caído tan cerca del frente realista, se luchó ardorosamente entre los que querían salvar a su jefe de la trágica situación y los realistas que pretendían ultimarlo o capturarlo. Fue durante este episodio (un combate dentro del combate) que ocurrió el magno y heroico gesto que marcó el espíritu de sacrificio de nuestros soldados. Un soldado realista, viendo al jefe patriota en situación crítica se adelantó a sus líneas y le tiró un sablazo, esquivado por San Martín con un movimiento de cabeza, recibiendo una herida en la mejilla. Además, otro soldado enemigo se dispuso a ultimarlo con su bayoneta; la situación del libertador era de sumo peligro para su vida; en auxilio de su jefe, apareció repentinamente el granadero Juan Bautista Baigorria, que al galope y con su lanza acabó con la amenaza que ceñía a San Martín. Al mismo tiempo otro granadero, Juan Bautista Cabral, pie en tierra, le ayuda a liberarse del peso muerto de su caballo que le aplastaba la pierna derecha; este gesto heroico lo fue más aún pues lo pagó con su vida”, recuerda Costamagna quien es profesora de Historia y Geografía. Miembro del Centro de Historia de la Villa de Merlo y de la Junta de Historia de San Luis. Miembro también de la Sociedad Argentina de Escritores Filial Villa Mercedes, de la Junta de Historia de Río Cuarto y de los Centros de Estudios Genealógicos de Córdoba, Rosario y San Juan. Autora de “Historia de Merlo”, “El Secreto del Microclima”, entre otros, y coautora además de “Las Raíces del Poeta” y “Juan Bautista Baigorria”.
Junto a Roberto Colimodio, Nora investigó mitos y verdades sobre el heroico puntano que salvó a San Martín en San Lorenzo. Ambos autores rescatan del olvido a quien colaboró en la Independencia nacional.
“Y como tantos de ellos, nacido en nuestro suelo en 1790, de origen mestizo nunca recibió honores y aún se duda sobre sus orígenes, su familia y termina en un halo de misterio el final de su vida. Su rastro se pierde documentalmente en el Ejército de los Andes, allá por 1818. Nuestro trabajo pretende rescatar su memoria y sus raíces familiares, aportando datos inéditos, discrepando con hipótesis carentes de alguna documentación fehaciente sobre este soldado anonimizado”, indica.
La provincia cuyana que más hombres aportó
El historiador José Villegas señala que cuando en diciembre de 1812, San Martín presenta oficialmente ante el Triunvirato el flamante Regimiento de Granaderos a Caballo, éste cuenta con un pie de fuerza de 476 hombres. “De ese total, 204 eran puntanos. Destacamos entonces que de los dos contingentes que la Punta de San Luis envió, la totalidad de aquellos criollos nuestros, fueron incorporados a los tres escuadrones que componían este cuerpo de elite creado por el gran estratega. Es decir, es el único caso en el que no se descartó ningún voluntario”, subraya.
Villegas detalla el aporte voluntario de las provincias del interior: La Rioja (54), Córdoba (26), Corrientes (50) y San Luis (204). “A esta cantidad, hay que sumar algunos seleccionados de la campaña de Buenos Aires, otros extranjeros (chilenos, paraguayos y orientales) y la oficialidad y suboficialidad. Diremos que llegaron a los cuarteles del Retiro otros valientes cuyanos y de la campaña de Buenos Aires, no obstante, la mayoría de ellos no ingresó al Regimiento, destinándoselos a distintas unidades y tareas complementarias”, aclara.
El profesor además se interroga por qué el gran estratega, quien en persona realizaba el “casting” de los voluntarios, tratando minuciosamente de encontrar los atributos que, de acuerdo al reglamento debían reunir los reclutas, decidió incluir al Regimiento en formación a los dos contingentes completos de aquellos puntanos; es decir, los primeros 111 llegados en setiembre, y los 93 restantes en noviembre. “La respuesta se hace casi obvia: rasgos físicos cumplimentados excelentemente. Además, jinete en la sierra y en la pampa, baqueano, rastreador (de bichos y hombres), trenzador, experto en lazo, cuchillo y tacuara, cuereador y carneador, reservado, sobrio, de pocas y contundentes palabras, puntano renqueño y de otros pueblos y parajes de los cuatro puntos cardinales, ¡nunca aflojando! Y menos si el que manda es don José, quien llegó un día a este confín del mundo, para valorar el arrojo temerario de aquellos criollos curtidos por el sacrificio eterno. Este será, entonces, el principio de un vínculo entre quienes ya empezaban a profesar a su jefe incondicionalidad y lealtad absoluta, recibiendo de éste el reconocimiento, el afecto paternal y la valoración de aquellas cualidades que, a la hora de crear el Ejército Libertador, tuvo muy en cuenta. Para ello (orgullo y nobleza obligan), diremos que San Luis fue, de las provincias cuyanas, la que mayor cantidad de hombres aportó”, considera.
Bautismo de fuego y el granadero que no está en la marcha
Villegas recuerda que el 3 de febrero de 1813, combatieron 151 hombres, de los cuales 129 eran soldados, destacándose los escuadrones 1° y 3°, precisamente integrados por aquellos bravos puntanos al mando del propio San Martín. “De las 12 bajas, tres fueron nuestros: Gregorio Franco Fredes, Basilio Bustos y Januario Luna. De los seis heridos de gravedad, tres fueron nuestros: Bartolo Bustos, Florencio Navarro y Paulino Sosa a quien el propio doctor Cosme Argerich debió amputarle su brazo izquierdo. Y, continuando con lo poco que se dice, se destacan en el Combate los otros puntanos: Juan Bautista Baigorria, Pedro Gatica y Juan Alberto García. Gatica pasa a desempeñarse como asistente personal de San Martín y luego de Olazábal. García finalmente será dado de baja por invalidez en 1816 debido a las innumerables heridas recibidas en el Ejército Auxiliar del Perú”, recuerda.
De Juan Bautista Baigorria, su hazaña y su vida posterior, el historiador aclara: “Hay dos Juan Bautista combatiendo, uno, el correntino, que se transforma en mártir. Otro, el puntano, que se convierte en héroe. Tan es así que, sin la acción temeraria de este criollo puntano, San Martín no hubiese sido lo que fue, y ¡lo que es! Baigorria aparece en la dantesca escena como un centauro que emerge entre el humo y la metralla enemiga, y sin ni siquiera apearse de su caballo, atraviesa con su lanza al soldado castellano y salva la vida de su jefe. Pero, ¡no figura en la Marcha de San Lorenzo! Lo cierto es que este granadero, no sargento, estuvo en todas las batallas, fue uno de los más activos integrantes de los ‘60 granaderos’ y, luego de Maipú formó parte decisiva de aquel Comando que persiguió y atrapó al fugado Capitán General de Chile Casimiro Marcó del Pont y su Plana Mayor. Y, a pesar de que algunos historiadores lo dan por muerto o desaparecido, hizo, además de destacarse en Chile, la Campaña Libertadora del Perú hasta el final”, asegura Villegas.
Según su investigación, Baigorria volvió a su patria con el último contingente en 1826, dos años después de Ayacucho, con la misión cumplida. “Aseguramos esto ya que en la nómina que el comandante Félix Bogado, quien los conduce en aquella oportunidad, presenta a las autoridades, figura nuestro legendario puntano. Un tiempo después, Juan Bautista se establece en un paraje cercano a la actual Villa Dolores (Córdoba) llamado “Bañado de Las Pajas” y fallece octogenario. Debemos esta información a uno de sus biógrafos más apasionados e investigador incansable, don Carlos Iasigli”, apunta.
El busto de Baigorria
El 27 de noviembre de 1937 se inauguraba el busto del bravo puntano en la intersección de las avenidas Quintana (hoy Illia), y Lafinur.
“Fue tan reconocido aquel lancero que, en el palco estuvo, además del gobernador Ricardo Rodríguez Saá y autoridades, el presidente de la Nación, general Agustín P. Justo. Pero, cuentan que tiempo después, cuando nos gobernaban de facto, en un desfile por fecha patria, un coronel quien nos visitara desde Buenos Aires, al ver el busto preguntó quién era. La respuesta de un subordinado no se hizo esperar, y con gran orgullo le explicó quién era Baigorria. Antes de retirarse de San Luis, aquel coronel ordenó desmontar la escultura de su pedestal porque ‘…nadie que no sea oficial de las FFAA argentinas, puede tener un busto, y éste señor ha sido solo un granadero’. Así fue como el busto despareció durante años hasta que, llegado el momento oportuno, volvió a ser instalado. Esta vez, en la plazoleta que lleva su nombre, frente al Cementerio San José”, historia Villegas.
La mirada de los otros sobre nosotros
El profesor rescató algunas históricas opiniones que describen la identidad provincial. “El coronel Olazábal, que llegó a San Luis en 1814 con la misión de alistar hombres y conseguir aportes para el Ejército de los Andes, se expresaba de esta manera: ‘Tengo el mayor placer de comunicar que la provincia de San Luis excedió en mucho las esperanzas del general San Martín en cuanto a su decidida cooperación en favor de la gran causa de América… Sus valientes hijos, el alimento del regimiento, caballadas y muladas todo fue cedido sin limitación ¡Gloria imperecedera para los puntanos! En menos de dos meses el regimiento tuvo como cuatrocientos voluntarios que por sí solos llegaban de los departamentos a presentarse al general’, comparte Villegas.
Benjamín Vicuña Mackenna dijo: “El cuerpo que más se destacó en el Ejército de los Andes, fue el de los Granaderos a Caballo. La mayoría de sus componentes fueron los hijos de las llanuras selváticas de San Luis. Hombres hercúleos, ágiles, valientes, gauchos cebados en el sable como los leopardos del desierto en los rebaños; los puntanos verdaderos centauros de las batallas, que lo dieron todo, en esa mitología de la América, que se llamó Independencia”.
El historiador también recuerda el gesto de Pringles cuando el libertador general Simón Bolívar lo condecora personalmente, por su heroica participación en las batallas de Junín y Ayacucho, con “medalla de oro y el título de Benemérito en Grado Eminente”. “Bolívar ofrece a Pringles el grado de General del Ejército Libertador con la condición que se quede a su lado y continúe su vida militar en Colombia. La respuesta de nuestro prócer fue negativa pues, su desesperación por volver a su tierra chica después de tanto tiempo y hazaña, agitaban su corazón”, expresa.
Nuevas investigaciones sobre Baigorria
Costamagna detalla que para la campaña del libertador salieron 118 voluntarios desde San Luis comandados por don Tomás Baras, de los cuales desertaron 7 antes de llegar a Buenos Aires.
_ ¿Baigorria tenía 48 años durante el combate de San Lorenzo?
_ No, esa es una teoría que se tuvo hace tiempo. Los nuevos descubrimientos nos indican que Juan Bautista Baigorria, tenía 23 años cuando combatió en San Lorenzo, nació en 1790. Las especulaciones y “plumas floridas” de algunos historiadores quisieron recrear su historia dándole méritos supuestos otorgados por el libertador. Pasaron las décadas y nuevas tradiciones rescatadas del olvido sostienen una longeva historia familiar posterior en la provincia de Córdoba, como también refiriendo a su origen una partida de bautismo de 1764 en la Catedral de San Luis es punto de partida para “documentar” que Baigorria, de origen aborigen, tenía 48 años al momento del Combate de San Lorenzo, edad muy superior al promedio conocido de los integrantes del RGC. En esa teoría no existe prueba documental que permita realizar un seguimiento y comprobación fehaciente, como lo analizamos en nuestro libro “Juan Bautista Baigorria”.
_ ¿Su madre era ranquel?
_ No, su madre se llamaba Josefa Mercadillo, oriunda de Río Cuarto y su padre Juan Ángel, con ascendencia en Renca de donde su familia era oriunda.
_ ¿Qué más se sabe de su perfil? Se dice que era callado y un gran jinete.
_ Los documentos no hablan de su perfil, pero se puede deducir que pudo ser buen jinete desde la óptica que formó parte de la escolta de San Martín en los Cazadores a Caballo en 1818, siendo ese el ultimo rastro de él.
_ ¿Vivió hasta los 96 años?
_ Descartamos la teoría de que vivió hasta los 96 años ya que no existen pruebas documentales, no hay registro en ningún censo, ni en el de 1869 ni tampoco en el de 1895. Tampoco existe ningún rastro en los censos de la provincia de Córdoba de 1822, 1840 y 1852. Su rastro se pierde en 1818. Sólo podemos saber de su familia por la descendencia de su hermano Lorenzo, los cuales viven en Villa de Merlo.
_ ¿Cruzó Los Andes junto a San Martín?
_Según la información del Ejercito Argentino: en enero de 1814 cumplió funciones en la 2ª Compañía del 1º Escuadrón del RGC, en Tucumán. En febrero y marzo como carabinero en Lules, Tucumán. En la revista pasada en marzo se lo encuentra en la 2ª del 1º. En setiembre se encontraba en Salta, en octubre y noviembre en Jujuy. En 1815 (enero y febrero) se hallaba en Humahuaca (Jujuy), como carabinero. Su próximo destino fue en el Cuartel General de Potosí, en mayo. A órdenes del alférez Basavilbaso en diciembre 1815 en Jujuy. De junio a agosto de 1816 se encontraba en Banguardis, Las Leñas, Mendoza. Siguió su carrera junto a San Martín formando parte del Ejército de los Andes, cruzando la Cordillera y habría participado en las batallas más importantes y gloriosas de esa epopeya. Lo suponemos combatiendo en Chacabuco el 12 de febrero de 1817 para luego entrar victorioso en Santiago y participando en la noche fatídica del 19 de marzo de 1818 en que se produjo el desastre de Cancha Rayada, donde los patriotas fueron sorprendidos y derrotados. Unos días después abrazaría nuevamente la victoria en la Batalla de Maipú, el 5 de abril. En este caso, formaría parte del cuerpo de Cazadores a Caballo.
Para Costamagna, el granadero Baigorria es de Renca pero otros investigadores afirman que nació en El Chorrillo. La historiadora concluye que su minucioso trabajo abrió caminos para una nueva visión, “queriendo creer que toda narración o tradición oral tiene un dejo de verdad, y a través del relevamiento de los registros parroquiales y de censos nos atrevimos a presentar esta nueva hipótesis de identidad de Juan Bautista Baigorria en base a nueva documentación”.
“Falta mucho camino por recorrer, mucha documentación que estudiar y descubrir, archivos llenos de papeles a la espera de ver la luz y de poder esclarecer la historia de uno de los personajes que permaneció en el anonimato casi 50 años”, dice.
Nota: Matías Gómez. Fotos: Gentilezas/ Web.
Corrección: Mariano Pennisi.
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