250 Zavaletas de Argentina y México celebran en la provincia de Buenos Aires su 5º Encuentro familiar
La reunión, que ha tomado con
el tiempo el nombre de ‘Zavaleteada’ fue organizada y convocada por la
familia Zavaleta de la localidad de Ramallo y reunió a dos centenares y
medio de descendientes de los hermanos Bartolomé, Agustín, Josefa,
Antonio y José María de Zavaleta, oriundos de Soraluze, Gipuzkoa, y
llegados al país hacia la segunda mitad del siglo XIX. Durante toda una
jornada predominaron los recuerdos, los cantos vascos y la buena comida, y se recordó especialmente a aquellos integrantes de la familia que ya no están.
El tiempo pasa y
aquello que está unido a los orígenes y a los antepasados también se
actualiza. Así, la convocatoria para esta 5ª Zavaleteada se realizó en
gran medida a
través de las redes sociales y sin duda fue este hecho, y el alcance que
tienen
las nuevas tecnologías, lo que permitió que el número de asistentes
aumentara
considerablemente en relación a los ‘apenas’ doscientos que participaron
en el encuentro
anterior, realizado en 2007.
En esta oportunidad fueron unas doscientas cincuenta personas, entre adultos y niños, los que llegaron hasta la casa familiar de los Zavaleta de Ramallo, sede de la reunión. Para algunos fue más sencillo viajar, ya que residen en localidades cercanas, también en la provincia de Buenos Aires, como es el caso de la parte de la familia que reside en Acasssuso, Arrecifes, Buenos Aires, Colón y Florida; otros, en cambio, tuvieron un trayecto un poco más largo, ya que se movilizaron desde la provincia de Neuquén; y están los que para llegar a la Zavaleteada lo hicieron desde lejos en avión; nos referimos concretamente a la familia de Mariano Zavaleta que, como en años anteriores, viajó desde México DF y también desde la ciudad mexicana de Morelia para no perderse el festejo.
Y así como están quienes nunca han faltado a la cita, están también los
que llegan por primera vez, motivados por conocer un poco más de la historia y
sobre todo por fortalecer los lazos familiares. En este 2014 se unieron a la
Zavaleteada los descendientes de Josefa de Zavaleta, única mujer entre los
hermanos que llegaron a Argentina a fines del S. XIX. Recordemos que Bartolomé,
Agustín, Josefa, Antonio y José María de Zavaleta nacieron en Soraluze, en el
baserri Txurruka, convertido hoy día en un jatetxe o restaurante. Al llegar al país, se
instalaron en distintas localidades de la zona y se dedicaron especialmente a
tareas relacionadas con la actividad agrícola-ganadera.
Durante la fiesta, concebida
como un homenaje hacia aquellos que dejaron su Euskal Herria natal pero
supieron transmitir el amor por su tierra a sus descendientes, se cantó el Gernikako Arbola, se organizó un
concurso de bota, y hubo bailes. También se expusieron fotos de caseríos, de la
ciudad de Soraluze, y parte del árbol genealógico.
Según describe Teresa de Zavaleta, integrante de la familia y referente de la difusión de la lengua y cultura vasca en el país, “fuimos alrededor de 250, ¡y no estábamos todos! Almorzamos muy rico, cantamos, bailamos, escuchamos a los cantantes de la familia, bebimos de la bota, charlamos, recordamos a quienes ya no están, festejamos las nuevas vidas y nos reconocimos una y otra vez. Un gran homenaje a quienes hicieron la gran aventura de venir. ¡Eskerrik asko , muchas gracias a la rama de Ramallo!”, concluye.
En esta oportunidad fueron unas doscientas cincuenta personas, entre adultos y niños, los que llegaron hasta la casa familiar de los Zavaleta de Ramallo, sede de la reunión. Para algunos fue más sencillo viajar, ya que residen en localidades cercanas, también en la provincia de Buenos Aires, como es el caso de la parte de la familia que reside en Acasssuso, Arrecifes, Buenos Aires, Colón y Florida; otros, en cambio, tuvieron un trayecto un poco más largo, ya que se movilizaron desde la provincia de Neuquén; y están los que para llegar a la Zavaleteada lo hicieron desde lejos en avión; nos referimos concretamente a la familia de Mariano Zavaleta que, como en años anteriores, viajó desde México DF y también desde la ciudad mexicana de Morelia para no perderse el festejo.
Según describe Teresa de Zavaleta, integrante de la familia y referente de la difusión de la lengua y cultura vasca en el país, “fuimos alrededor de 250, ¡y no estábamos todos! Almorzamos muy rico, cantamos, bailamos, escuchamos a los cantantes de la familia, bebimos de la bota, charlamos, recordamos a quienes ya no están, festejamos las nuevas vidas y nos reconocimos una y otra vez. Un gran homenaje a quienes hicieron la gran aventura de venir. ¡Eskerrik asko , muchas gracias a la rama de Ramallo!”, concluye.
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