Un jubilado rehace en EEUU historias familiares a pedido
Nació en Luján y hace 43 años emigró al país del Norte, donde se especializó como electricista. Hoy, ya retirado, colabora en un sistema de investigación genealógica, que permite a las personas conocer el pasado de sus familiares ya fallecidos.
Carla Romanello - cromanello@losandes.com.ar
Corría el año 1969. El lujanino Daniel
Peralta tenía 23 años y acababa de casarse. Para mantener a su naciente
familia trabajaba por la mañana en un estudio contable en la calle
Primitivo de la Reta y por la tarde en un estudio jurídico sobre
Montecaseros. Todo marchaba sobre ruedas hasta que repentinamente lo
despidieron de ambos lugares.
"Lo único que me dieron fueron excusas y la verdad que en esa época era muy difícil encontrar trabajo", recordó con cierta nostalgia desde New Windsor, ciudad al norte de Nueva York (Estados Unidos), a donde emigró en busca de un mejor futuro.
En el país norteamericano obtuvo el certificado de ingeniero electricista junior y se jubiló luego de varios años como coordinador del Departamento de Ingeniería en el Hospital Mount Sinai (Monte Sinaí), en Manhattan.
Actualmente es colaborador en el sistema global de Investigación Genealógica (LDS Church-Family Search), especialista en Centros de Historia Familiar, en el que ayuda a las personas a investigar por familiares fallecidos varios años atrás.
Destino: EEUU
La posibilidad de establecerse en en aquel país le llegó a Daniel casi por casualidad. "Tomando un café en San Juan y Garibaldi me encontré con un amigo y me comentó lo de emigrar a Estados Unidos.
Ese mismo fin de semana estábamos invitados a la casa de una tía en Villa Marini (Godoy Cruz)y un vecino de ella pasaba a saludarla con sus maletas para viajar a Estados Unidos. Ambos me hablaron de las oportunidades de trabajo, lo que nos motivó a irnos", contó quien se fue a la tierra de Kennedy (sic) el 5 de enero de 1970.
Cuando llegó allí su mujer estaba embarazada de cuatro meses, pero afortunadamente consiguió un trabajo en forma rápida. "En Mendoza había aprendido lo básico de electricidad, así que trabajé en factorías de ropa, arreglando equipos eléctricos incluyendo máquinas de costura", detalló el mendocino nacido en La Puntilla.
Al poco tiempo tuvo que regresar a la provincia para concretar los trámites de residencia y en 1980 se estableció definitivamente en Estados Unidos.
En ese entonces, un miembro de la iglesia a la que pertenece lo recomendó para un puesto en el Hospital Mount Sinai, donde entró como electricista de mantenimiento.
"Con mi experiencia básica aproveché algunos cursos y me especialicé para trabajar en alto voltaje. Después saqué un certificado del estado de Nueva York como Junior Engineer Electrician", relató, a la vez que detalló que el centro médico tiene cerca de 17.000 empleados, capacidad para más de 3.000 camas, clínicas de toda clase de especialidades, laboratorios, más de 100 salas de operación, más de 100 ascensores, 12 edificios y escuela de enfermeros, entre otros servicios.
Luego de 20 años en ese puesto, lo ascendieron a supervisor y coordinador del Departamento de Ingeniería, con 15 electricistas especializados a cargo.
"Mi trabajo consistía en coordinar trabajos dentro de mantenimiento, coordinar tres turnos diarios y los fines de semana y feriados también ordenar materiales, llevar un registro semanal para el pago de salarios, administrar un depósito de equipos y herramientas, todo para la electricidad, etc.", enumeró Daniel.
Su trabajo en genealogía
A pesar de haberse retirado de su empleo en el hospital, sigue activo trabajando en el sistema global de Investigación Genealógica.
"Todos los días me levanto bien temprano -no pierdo la costumbre de cuando estaba activo-, me siento frente a mi computadora, conecto mi teléfono y todas las herramientas para el soporte de Genealogía y me pongo a trabajar con casos de gente que busca información sobre sus familiares fallecidos (como dónde nacieron y/o dónde murieron). Luego hago un paréntesis para desayunar con mi esposa y continúo al mediodía por unas tres o cuatro horas más, también tengo que hacer llamadas a usuarios y además soy entrevistador de misioneros que quieren participar en nuestro soporte de Family Search", expuso el hombre.
Mirando hacia atrás, Daniel siente que en ese país se cumplieron tanto sus sueños como los de su esposa María: "Trabajamos mucho para ello y logramos tener nuestra propia casa, bien amplia y con todas las comodidades. Nuestros hijos, Danny y Katherine, también fueron una parte de nuestros sueños, pudimos darles una educación y ayudarles en sus estudios a obtener una profesión, la cual están desarrollando ahora", comentó el mendocino, quien además tiene dos nietos.
"Lo único que me dieron fueron excusas y la verdad que en esa época era muy difícil encontrar trabajo", recordó con cierta nostalgia desde New Windsor, ciudad al norte de Nueva York (Estados Unidos), a donde emigró en busca de un mejor futuro.
En el país norteamericano obtuvo el certificado de ingeniero electricista junior y se jubiló luego de varios años como coordinador del Departamento de Ingeniería en el Hospital Mount Sinai (Monte Sinaí), en Manhattan.
Actualmente es colaborador en el sistema global de Investigación Genealógica (LDS Church-Family Search), especialista en Centros de Historia Familiar, en el que ayuda a las personas a investigar por familiares fallecidos varios años atrás.
Destino: EEUU
La posibilidad de establecerse en en aquel país le llegó a Daniel casi por casualidad. "Tomando un café en San Juan y Garibaldi me encontré con un amigo y me comentó lo de emigrar a Estados Unidos.
Ese mismo fin de semana estábamos invitados a la casa de una tía en Villa Marini (Godoy Cruz)y un vecino de ella pasaba a saludarla con sus maletas para viajar a Estados Unidos. Ambos me hablaron de las oportunidades de trabajo, lo que nos motivó a irnos", contó quien se fue a la tierra de Kennedy (sic) el 5 de enero de 1970.
Cuando llegó allí su mujer estaba embarazada de cuatro meses, pero afortunadamente consiguió un trabajo en forma rápida. "En Mendoza había aprendido lo básico de electricidad, así que trabajé en factorías de ropa, arreglando equipos eléctricos incluyendo máquinas de costura", detalló el mendocino nacido en La Puntilla.
Al poco tiempo tuvo que regresar a la provincia para concretar los trámites de residencia y en 1980 se estableció definitivamente en Estados Unidos.
En ese entonces, un miembro de la iglesia a la que pertenece lo recomendó para un puesto en el Hospital Mount Sinai, donde entró como electricista de mantenimiento.
"Con mi experiencia básica aproveché algunos cursos y me especialicé para trabajar en alto voltaje. Después saqué un certificado del estado de Nueva York como Junior Engineer Electrician", relató, a la vez que detalló que el centro médico tiene cerca de 17.000 empleados, capacidad para más de 3.000 camas, clínicas de toda clase de especialidades, laboratorios, más de 100 salas de operación, más de 100 ascensores, 12 edificios y escuela de enfermeros, entre otros servicios.
Luego de 20 años en ese puesto, lo ascendieron a supervisor y coordinador del Departamento de Ingeniería, con 15 electricistas especializados a cargo.
"Mi trabajo consistía en coordinar trabajos dentro de mantenimiento, coordinar tres turnos diarios y los fines de semana y feriados también ordenar materiales, llevar un registro semanal para el pago de salarios, administrar un depósito de equipos y herramientas, todo para la electricidad, etc.", enumeró Daniel.
Su trabajo en genealogía
A pesar de haberse retirado de su empleo en el hospital, sigue activo trabajando en el sistema global de Investigación Genealógica.
"Todos los días me levanto bien temprano -no pierdo la costumbre de cuando estaba activo-, me siento frente a mi computadora, conecto mi teléfono y todas las herramientas para el soporte de Genealogía y me pongo a trabajar con casos de gente que busca información sobre sus familiares fallecidos (como dónde nacieron y/o dónde murieron). Luego hago un paréntesis para desayunar con mi esposa y continúo al mediodía por unas tres o cuatro horas más, también tengo que hacer llamadas a usuarios y además soy entrevistador de misioneros que quieren participar en nuestro soporte de Family Search", expuso el hombre.
Mirando hacia atrás, Daniel siente que en ese país se cumplieron tanto sus sueños como los de su esposa María: "Trabajamos mucho para ello y logramos tener nuestra propia casa, bien amplia y con todas las comodidades. Nuestros hijos, Danny y Katherine, también fueron una parte de nuestros sueños, pudimos darles una educación y ayudarles en sus estudios a obtener una profesión, la cual están desarrollando ahora", comentó el mendocino, quien además tiene dos nietos.
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