Treinta mil sentencias viejas que terminan en una trituradora
Los expedientes a eliminar están en la ex bodega Giol. Se trata de resoluciones judiciales ya sin importancia. Es cada 6 meses y se eliminan 10 mil kilos de papel. Salvaguardan los casos relevantes.
Cada seis meses, más de 30 mil sentencias guardadas por años son
destruidas por una trituradora. (Marcos García / Los Andes)
Eduardo Luis Ayassa - eayassa@losandes.com.ar
Ayer fue considerada como la bodega "más
grande del mundo" (con un volumen de 4 millones de hectolitros), y hoy
el nombre de Giol aún perdura en el recuerdo de los mayores, o en algún
letrero despintado o en un olvidado envase de vino.
Sin embargo, una parte de este lugar, que encierra muchos sótanos, incontables piletas, extensos pasillos, tantas empinadas escaleras metálicas como amplios ascensores y cientos de metros de caños por donde pasaron millones de litros de vino, hoy suman miles de expedientes que son archivados, en un paso previo a su destrucción, tarea que se realiza un par de veces al año, de acuerdo con la cantidad de material disponible para su expurgación.
Y decimos una parte, porque sobre 101 piletas con que contaba la emblemática bodega de Maipú, hoy el Poder Judicial ocupa unas treinta, donde se han multiplicado las improvisadas oficinas encerradas dentro de los piletones (muchos de ellos de 50 metros de largo por 5 de alto), mientras que cientos de bicicletas decomisadas se fueron apilando y muchas de ellas terminarán siendo entregadas a las escuelas de frontera.
También hay un lugar especial provisto con sensores volumétricos que detectan variaciones de temperatura o ingresos, pasando por otros sísmicos, que pueden registrar cualquier intento de, por ejemplo, perforar un muro, y otros que advierten la apertura de puertas de lugares donde se guardan -desde 2006- miles de armas de fuego.
Además existen espacios donde se clasifica la ropa secuestrada en homicidios, mientras que en los pasillos se han apilado maderas que serán utilizadas para construir ataúdes para aquellos cuerpos que, estando en la morgue judicial, nunca son reclamados.
El resto está ocupado por otras dependencias estatales, entre otras, el Ministerio de Desarrollo Humano, la Dirección General de Escuelas, los ministerio de Infraestructura y Viviendas, de Gobierno Justicia y Derechos Humanos, Seguridad, Tecnología e Innovación, Hacienda o la Fiscalía de Estado, entre otras.
Miles de expedientes
Sin embargo, esta nota tuvo otro horizonte: los expedientes judiciales archivados en las piletas que hasta hace décadas encerraban vino. Cada uno tiene su propia e irrepetible historia, tanto de vida como de muerte.
La oficina de destrucción de expedientes de la Primera, Tercera y Cuarta Circunscripción Judicial fue creada hace 40 años y desde 1996 se encuentra en este predio, compartiendo el espacio con las dependencias de Secuestros Judiciales y Archivo Judicial, que utilizando índices, ficheros y, principalmente, programas de informática, permiten seguir el curso de un expediente desde el momento en que un juez ordena su archivo hasta que, transcurrido un tiempo prudencial, se procede a su destrucción, la que es informada mediante su inclusión en el Boletín Oficial.
Más de 10 mil kilos
Desde marzo (fecha de la anterior destrucción de expedientes) hasta los últimos días de agosto en esta oficina se acumularon 38.803 expedientes (de los cuales 2.296, por distintas razones, fueron re archivados) por lo que se armaron más de 700 paquetes con 36.507 expedientes con un peso de algo más de 10 mil kilos, tarea que presenció Los Andes cuando, después de horas utilizadas para "acomodar" sobre el camión los treinta y tantos mil expedientes (también se sumaron miles de kilos de papelería en desuso, enviada por dependencias como defensoría, asuntos carcelarios o información pública de la Suprema Corte de Justicia), la carga fue llevada, bajo el control que hacen los responsables de la oficina de Destrucción de Expedientes, hasta Corpa (Compañía Recuperadora de Papel), que tiene su planta en el parque industrial de Las Heras y que, por contrato, realiza esta tarea.
Y ahí, en poco más de media hora, el material pasa por una cinta transportadora hasta una pesada máquina que tritura los expedientes y los deposita en una compactadora que entrega fardos de unos 500 kilos.
Para el archivo
Después de recibido el material para su destrucción, personal de la oficina lo clasifica y si bien la mayoría termina en un fardo de papel, algunos expedientes se salvan y pasarán a ocupar un lugar dentro del Archivo General de la Provincia.
Y en este último trabajo se rescataron, entre otros, los expedientes que hablan de la averiguación de delito con una ex Reina de la Vendimia que murió en España, donde había sido atrapada por una red internacional de trata de personas. También quedarán guardados los expedientes que hablan del motín durante la Vendimia del año 2000.
Esta especial tarea de estudiar previamente cada caso permitió descubrir, por ejemplo, un expediente con 40 fojas que bajo el número 5103 fue fechado el 23 de abril de 1883, en el que se habla de los herederos de fray Luis Beltrán, con la firma del juez Francisco Ruiz Suárez, mientras que en otro, después de encabezar el expediente con aquella frase "Viva la Confederación Argentina, mueran los salvajes unitarios", el gobernador y capitán general de Mendoza otorga tierras en el "partido del Retamo" a los hijos del difunto don José Agustín Sotomayor", fechado en el año 1850.
Fojas que hablan de nacimientos, herederos, testamentos, quiebras, estafas u homicidios con nombres y apellidos y otros que sólo están identificados como NN y que, pese al tiempo transcurrido, nunca tendrán un culpable, y tampoco una condena, como punto final de una causa, todo encerrado en una vieja bodega que dejó su pasado de vino y toneles y ahora encierra, pero sólo por un tiempo, miles de historias agrupadas en papeles amarillentos, cosidos a mano sobre cartulinas y con escritura manuscrita y que en su mayoría terminarán, como ahora, en pesados fardos de papel.
Sin embargo, una parte de este lugar, que encierra muchos sótanos, incontables piletas, extensos pasillos, tantas empinadas escaleras metálicas como amplios ascensores y cientos de metros de caños por donde pasaron millones de litros de vino, hoy suman miles de expedientes que son archivados, en un paso previo a su destrucción, tarea que se realiza un par de veces al año, de acuerdo con la cantidad de material disponible para su expurgación.
Y decimos una parte, porque sobre 101 piletas con que contaba la emblemática bodega de Maipú, hoy el Poder Judicial ocupa unas treinta, donde se han multiplicado las improvisadas oficinas encerradas dentro de los piletones (muchos de ellos de 50 metros de largo por 5 de alto), mientras que cientos de bicicletas decomisadas se fueron apilando y muchas de ellas terminarán siendo entregadas a las escuelas de frontera.
También hay un lugar especial provisto con sensores volumétricos que detectan variaciones de temperatura o ingresos, pasando por otros sísmicos, que pueden registrar cualquier intento de, por ejemplo, perforar un muro, y otros que advierten la apertura de puertas de lugares donde se guardan -desde 2006- miles de armas de fuego.
Además existen espacios donde se clasifica la ropa secuestrada en homicidios, mientras que en los pasillos se han apilado maderas que serán utilizadas para construir ataúdes para aquellos cuerpos que, estando en la morgue judicial, nunca son reclamados.
El resto está ocupado por otras dependencias estatales, entre otras, el Ministerio de Desarrollo Humano, la Dirección General de Escuelas, los ministerio de Infraestructura y Viviendas, de Gobierno Justicia y Derechos Humanos, Seguridad, Tecnología e Innovación, Hacienda o la Fiscalía de Estado, entre otras.
Miles de expedientes
Sin embargo, esta nota tuvo otro horizonte: los expedientes judiciales archivados en las piletas que hasta hace décadas encerraban vino. Cada uno tiene su propia e irrepetible historia, tanto de vida como de muerte.
La oficina de destrucción de expedientes de la Primera, Tercera y Cuarta Circunscripción Judicial fue creada hace 40 años y desde 1996 se encuentra en este predio, compartiendo el espacio con las dependencias de Secuestros Judiciales y Archivo Judicial, que utilizando índices, ficheros y, principalmente, programas de informática, permiten seguir el curso de un expediente desde el momento en que un juez ordena su archivo hasta que, transcurrido un tiempo prudencial, se procede a su destrucción, la que es informada mediante su inclusión en el Boletín Oficial.
Más de 10 mil kilos
Desde marzo (fecha de la anterior destrucción de expedientes) hasta los últimos días de agosto en esta oficina se acumularon 38.803 expedientes (de los cuales 2.296, por distintas razones, fueron re archivados) por lo que se armaron más de 700 paquetes con 36.507 expedientes con un peso de algo más de 10 mil kilos, tarea que presenció Los Andes cuando, después de horas utilizadas para "acomodar" sobre el camión los treinta y tantos mil expedientes (también se sumaron miles de kilos de papelería en desuso, enviada por dependencias como defensoría, asuntos carcelarios o información pública de la Suprema Corte de Justicia), la carga fue llevada, bajo el control que hacen los responsables de la oficina de Destrucción de Expedientes, hasta Corpa (Compañía Recuperadora de Papel), que tiene su planta en el parque industrial de Las Heras y que, por contrato, realiza esta tarea.
Y ahí, en poco más de media hora, el material pasa por una cinta transportadora hasta una pesada máquina que tritura los expedientes y los deposita en una compactadora que entrega fardos de unos 500 kilos.
Para el archivo
Después de recibido el material para su destrucción, personal de la oficina lo clasifica y si bien la mayoría termina en un fardo de papel, algunos expedientes se salvan y pasarán a ocupar un lugar dentro del Archivo General de la Provincia.
Y en este último trabajo se rescataron, entre otros, los expedientes que hablan de la averiguación de delito con una ex Reina de la Vendimia que murió en España, donde había sido atrapada por una red internacional de trata de personas. También quedarán guardados los expedientes que hablan del motín durante la Vendimia del año 2000.
Esta especial tarea de estudiar previamente cada caso permitió descubrir, por ejemplo, un expediente con 40 fojas que bajo el número 5103 fue fechado el 23 de abril de 1883, en el que se habla de los herederos de fray Luis Beltrán, con la firma del juez Francisco Ruiz Suárez, mientras que en otro, después de encabezar el expediente con aquella frase "Viva la Confederación Argentina, mueran los salvajes unitarios", el gobernador y capitán general de Mendoza otorga tierras en el "partido del Retamo" a los hijos del difunto don José Agustín Sotomayor", fechado en el año 1850.
Fojas que hablan de nacimientos, herederos, testamentos, quiebras, estafas u homicidios con nombres y apellidos y otros que sólo están identificados como NN y que, pese al tiempo transcurrido, nunca tendrán un culpable, y tampoco una condena, como punto final de una causa, todo encerrado en una vieja bodega que dejó su pasado de vino y toneles y ahora encierra, pero sólo por un tiempo, miles de historias agrupadas en papeles amarillentos, cosidos a mano sobre cartulinas y con escritura manuscrita y que en su mayoría terminarán, como ahora, en pesados fardos de papel.
Fuente: Diario Los Andes, Mendoza
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