domingo, junio 30

Un célebre barco de guerra del siglo XVI revela sus secretos

Por Diego Geddes

El navío Mary Rose fue el favorito del rey Enrique VIII. Se hundió hace 400 años en una batalla en el Canal de la Mancha. Ahora crearon en Inglaterra un edificio con forma de barco moderno para mostrarlo.
 
Fue el barco favorito del rey Enrique VIII, privilegio que supo ganarse en base a la subsistencia de cientos de batallas ganadas, durante más de 30 años. Pero Enrique VIII también vio su final, desde el castillo de SouthSea, en Portsmouth, sur de Inglaterra. El Mary Rose se hundió en el Canal de la Mancha en la batalla de Solent, contra las fuerzas francesas, el 19 de julio de 1545. Murieron más de 500 personas y sólo hubo 30 sobrevivientes. El buque permaneció hundido por más de 4 siglos, hasta que algunas de sus partes fueron descubiertas por buzos en 1971, en un operativo que involucró a más de 500 personas. En 1982 fue rescatado y ahora gran parte de sus tesoros serán exhibidos en un museo que se inauguró esta semana en Portsmouth, la misma ciudad en donde Enrique VIII vio el final de este famoso galeón.
El costo total del proyecto para conservar y albergar el único galeón de guerra del siglo XVI en el mundo fue de 35 millones de libras esterlinas (52,7 millones de dólares). Se construyó un museo con forma de barco que albergará al casco de madera del Mary Rose –sobre todo el costado derecho del casco, que está mejor conservado; el resto de la embarcación nunca fue encontrado– y más de 19 mil objetos que fueron rescatados en el operativo.
Desde cañones, arcos y flechas hasta monedas de oro, además de un juego de backgammon, violines y tapas de libros, utensilios de la cocina y hasta el esqueleto de un perro Fox Terrier que viajaba a bordo para combatir las ratas, ya que se cree que los gatos a bordo traen mala suerte. Durante el recorrido, un sistema de sonido recrea el clima de navegación: ruidos de los vientos y tormentas, además del crujido de la madera.
“Se trata de la cápsula del tiempo de vida y muerte más extraordinaria de los últimos 500 años”, dijo John Lippiett, director a cargo del museo. “Esto marca un nuevo y emocionante capítulo en la historia del galeón Mary Rose”, agregó Lippiett.
Lo de cápsula de tiempo no suena para nada exagerado. Además de los objetos se exhibirán los esqueletos de algunos de los que murieron en el naufragio, entre ellos el del contramaestre que habría ocasionado el hundimiento. Lo reconocieron por un silbato de contramaestre que conservaba colgado en el cuello, y que lo identificaba como el suboficial responsable de la tripulación.
Según algunas crónicas, una maniobra que no fue comprendida por la tripulación fue la clave del hundimiento.
La mayoría de los objetos rescatados en 1982 permanecieron resguardados mediante un método increíble. Para impedir que se secaran o se agrietaran, y evitar también un ataque microbiano, los restos fueron primero rociados con agua dulce y, a partir de 1994, con una disolución de polietilenglicol (PEG).
Por la gran tradición naval de los ingleses, se cree que será uno de los museos más populares del país. Ya el rescate del Mary Rose fue un acontecimiento nacional. Después del descubrimiento, hasta el propio príncipe Carlos de Inglaterra buceó por la zona en donde estaba hundido el buque.
Y más de 60 millones de personas vieron por televisión cómo el casco del galeón era levantado a la superficie, el 11 de octubre de 1982.
Para celebrar la inauguración del museo, un ramo de flores fue arrojado en el lugar exacto del hundimiento del Mary Rose. Y también se lanzaron flechas en llamas desde el Castillo de SouthSea, allí donde Enrique VIII vio en 1545 el final de su galeón favorito.

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