jueves, abril 5

Raices...

Tener ilusión y tiempo son los ingredientes claves para completar un árbol familiar. Desgranar los propios orígenes se ha puesto de moda y las nuevas tecnologías han contribuido a ello

  Hacer una incursión en las propias raíces se ha puesto de moda. Las nuevas tecnologías han contribuido a esta tendencia, ya que son diversos los recursos que hay en la red para ayudar a desgranar los propios orígenes. La iniciativa de construir un árbol genealógico puede ser por simple curiosidad o por averiguar los antepasados familiares. Y es que se trata de conocer los linajes que posibilitan nuestra existencia, los orígenes y la procedencia. Tener más datos de nuestra familia y poder saber algo más de las formas de vida de la época en la que vivieron nuestros predecesores.

El presidente de la Real Academia Mallorquina de Estudios Históricos, Genealógicos y Heráldicos, Román Piña Homs, remarca que atrás queda la búsqueda por encontrar un antepasado ilustre o un héroe familiar. En la misma línea, se explica el director del Archivo Diocesano de Mallorca, César Murillo, quien puntualiza que antes del siglo XIX las investigaciones genealógicas eran necesarias para demostrar los derechos familiares o para ingresar en el ejército. Ahora el interés de dichas investigaciones nada tiene que ver con la reivindicación de derechos, simplemente, se ha generalizado por el gusto de conocer los propios orígenes, detalla Murillo.

El viejo refrán "de tal palo a tal astilla" refleja el encanto por indagar en los antepasados familiares, afirma el académico. Además de la curiosidad, una persona decide desglosar su árbol genealógico para saber su origen ya que "no hay cosa más reconfortante que estar satisfecho con uno mismo". Así, Piña detalla que conocerse a uno mismo conlleva a este bienestar y en este proceso aporta su granito de arena el conocer los antecedentes familiares. Desde su punto de vista, la genética y la genealogía son como "primas hermanas", ya que el estudio del genoma humano "te lleva a la preocupación de tus antepasados", cuenta Román Piña. Y es que según sus explicaciones hay gente que busca sus antepasados para conocer enfermedades familiares pero también por curiosidad. Como ejemplo pone el caso de un artista que decide indagar para descifrar si ha heredado este talento de sus antecesores.

Para empezar un árbol genealógico hay dos ingredientes básicos: mucha ilusión y tiempo. Otro ingrediente que endulzará la investigación es contar con algo de suerte, ya que durante el trabajo pueden aparecer algunas dificultades. El responsable del Archivo Diocesano explica que un árbol se compone a partir de la documentación que hay por casa como recuerdos de bodas, comuniones o esquelas, además de los testamentos. Otra fuente es la tradición oral, es decir, aquellas informaciones familiares que se han ido transmitiendo generación tras generación. Después está la documentación civil como las partidas de nacimiento o defunción.

Fuentes

Murillo detalló que los registros civiles españoles aparecieron en 1870, por eso, siempre se tiene que recurrir a la documentación eclesiástica. Hay tres fuentes, detalla, en los libros sacramentales: partida de bautismo, de matrimonio y de defunción. A partir de estos documentos, concreta, en Mallorca una persona puede reconstruir su historia familiar hasta la mitad del siglo XVI, ya que fue con el Concilio de Trento cuando se ordenó que se hicieran los libros sacramentales. Eso sí, puntualiza, que como más antiguo es el documento, la información que contiene es más escueta.

El responsable del Archivo Diocesano puntualiza que en la isla no hubo destrucción de documentos eclesiásticos durante la Guerra Civil, por ello, el archivo cuenta con un patrimonio histórico de cinco siglos. Todo está centralizado en el Archivo Diocesano y todo el fondo está microfilmado. Por ello, los interesados consultan los documentos a través de microfilms en la sala de consulta del propio archivo, unas instalaciones que cuentan con todos los mecanismos de seguridad para proteger toda la documentación acumulada.
César Murillo detalla que cada año organizan un curso de iniciación a la genealogía para aquellas personas interesadas en construir su propio árbol familiar. Llevan ya una década celebrando este taller, al que suele asistir una veintena de personas. Por lo general acuden aficionados a la genealogía y universitarios de distintas disciplinas. Los expertos proporcionan a los asistentes un conjunto de trucos para poder solucionar las dificultades que van surgiendo durante la elaboración del propio árbol genealógico. Asimismo, los asistentes aprenden los conceptos básicos de la paleografía, es decir, el estudio de la escritura antigua, porque una de los obstáculos suele ser entender estos escritos ya que abundan las abreviaturas y en un mismo texto se utiliza el catalán y el castellano.

Otras dificultades que suelen surgir a la hora de construir un árbol genealógico son la falta de información que impida poder avanzar en las investigaciones. Murillo también cita como inconvenientes las localizaciones inesperadas. Es decir, una persona puede buscar sus raíces en una determinada población, por ejemplo Sineu, pero puede darse el caso que no todos los antecedentes sean de dicho municipio, puede haber algunos de Inca. ¿Cómo saltas de Sineu a Inca?, se pregunta Murillo para remarcar que la labor de construir un árbol "no es tan fácil", ya que es frecuente que se pierda la pista. Por eso, el experto enfatiza que si se trata de una familia con un origen disperso la investigación se hace más complicada.

Uno de sus consejos es aprender a trabajar haciendo hipótesis. Pone un ejemplo explicativo: si no se sabe la fecha de nacimiento de los progenitores, se debe hacer una estimación de la edad a la que tuvieron el hijo y restarla al año de nacimiento, así se tiene una fecha orientativa para empezar a buscar los nombres en los archivos. La gran endogamia existente también se convierte en un obstáculo para los investigadores, ya que la repetición de los mismos apellidos hace más difícil poder completar un árbol genealógico. Precisamente la repetición de los apellidos es uno de los aspectos que remarca Santiago Cortés, cuyo árbol familiar "está bastante completo", ya que tiene sus raíces localizadas hasta 1.550. Eso sí, remarca que como estuvo trabajando durante nueve años en el Archivo Diocesano las cosas fueron más fáciles. Cortés asegura que el único inconveniente que ha tenido es la falta de tiempo.

Precisamente, el apellido fue algunos de los quebraderos de cabeza del académico Rafel Salanova durante las investigaciones de sus orígenes, ya que al indagar entre sus antecedentes familiares se dio cuenta que el mismo linaje era diferente en Navarra y en Aragón. En el primer emplazamiento sus familiares eran Salanuevas y en Aragón, Salanova.

El origen de un apellido

Miquel Estelrich es otro de los aficionados a indagar en su historia familiar. Tienen sus raíces localizadas hasta 1796, o lo que es lo mismo, su árbol familiar está completado hasta los abuelos de sus abuelos. El apellido Estelrich, concreta, procede de Felanitx y como tuvo un primo destinado como vicario en dicha población fue el encargado de rastrear entre los archivos parroquiales.
Se define como un mero recolector de toda la información pero asegura que los motivos que le han llevado a tener su árbol genealógico son simples: conocer sus raíces y tener constancia escrita de sus antepasados, saber sus orígenes, su lugar y año de nacimiento y también cuando desaparecieron.

La opción más recurrente es acudir al Archivo Diocesano, pero hay quienes elaboran su historia familiar sin consultar los libros sacramentales. Es el caso de Paquita Obrador, quien se ha basado en los recuerdos de bautizos, comuniones y defunciones, además de las esquelas, para completar su propio árbol. La información que pasa de generación en generación también es un buena fuente para los investigadores. Y, precisamente, una libreta de su abuela donde anotaba todos los acontecimientos importantes de la familia ha sido un documento de importancia para completar su historia familiar. Paquita Obrador cuenta que le gusta conocer sus antecedentes, por ello, decidió poner orden a todos los recordatorios que guardaba su madre y así ha ido recopilando sus raíces.

SiariodeMallorca.es

ROSA FERRIOL

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