ASUNTOS DE FAMILIA
09.12.11 - 00:12 -
MANUEL ALCÁNTARA |
Todos tenemos que recortar nuestros gastos y acostumbrarnos a vivir con menos, que ya venía siendo poco. Para darnos ejemplo, se dice que la Familia Real quiere recortar sus miembros. Una poda en el árbol genealógico exige expertos en jardinería, ya que hay que andarse por las ramas. La Casa del Rey ha comunicado el deseo de don Juan Carlos de clarificar su ramaje antes de que los Príncipes de Asturias accedan al trono. El célebre Urdangarin y las infantas Cristina y Elena dejarían de ser Familia Real. Ya sabemos que la realidad y el deseo se llevan mal. Luis Cernuda las opuso porque siempre han estado discutiendo. De hecho, la ley no lo permitiría como está ahora, sin la autorización del Consejo de Ministros.
Si así fuera, la llamada Familia Real sería más familiar. Se limitaría a él, cuya vida guarde Dios muchos años, a la Reina y a los Príncipes de Asturias y a las infantas Leonor y Sofía. O sea, a los que viven del presupuesto y no a los que se han buscado la vida metiéndose en otros jardines bursátiles. La familia, que es el grupo de personas emparentadas que rara vez viven juntas, siempre ha sido un manantial de disgustos. Incluso hay patriarcas que murieron convencidos de que los parientes pobres solo tienen un defecto ostensible, aparte del de serlo: no saber cuándo deben morirse.
Mi inolvidado amigo Tono, menos conocido por don Antonio de Lara, me contaba que buscó afanosamente una pensión en Madrid y después de dar muchas vueltas encontró una que le gustaba, pero le disuadió un letrero que decía: 'Trato familiar'. Precisamente a lo que él aspiraba era a algo menos íntimo y confianzudo, donde la llamada voz de la sangre fuese menos audible y sobre todo menos interesada. Es cierto que la familia que pide unida permanece unida hasta que tiene a alguien que le dé algo, pero no lo es menos que el animal al que más se asemeja es el pulpo.
Quizá lo que le diferencia de esos acreditados moluscos cefalópodos es que no suelen vivir en el fondo del mar y se adentran en la orilla. Tampoco les podemos pedir que lean el Libro de Familia.
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