Lugar: Casa Nacional del Bicentenario, Riobamba 900, Buenos Aires, Argentina
Consultor en contenidos históricos y textos: Fernando Devoto
Asesor general: Julio Fernández Baraibar
Diseño y realización: Alejandro Areal Vélez
Presentamos aquí un itinerario de nuestra historia, desde el 25 de mayo de 1810 hasta este 2010 en el que celebramos el Bicentenario de aquella jornada. Este recorrido aspira a sustituir las tradicionales interpretaciones lineales y unilaterales, por una visión que dé cuenta de las complejidades y ambigüedades del relato histórico, que exprese la pluralidad de voces y perspectivas de nuestra sociedad. Nuestro desafío es estar atentos a los cambios -sociales, políticos y económicos- y a las experiencias de los sujetos, en estos doscientos años.
El soporte elegido para dar cuenta de esta heterogeneidad constitutiva del pasado argentino es una gran instalación audiovisual en 6 pantallas.
Nos proponemos mostrar a través de imágenes y sonidos, diferentes registros de la historia argentina: la lenta y trabajosa ocupación e integración del espacio; las actividades económicas y su cambio a través del tiempo, prestando atención a las diferencias regionales y a los distintos ritmos de transformación de las mismas; las tensiones entre la cultura de élite y la cultura popular; y el conflicto, muchas veces violento, entre los reclamos de la sociedad y las respuestas políticas de los gobiernos.
Son las cifras y los testimonios de personajes contemporáneos a los hechos, los que nos ofrecen una lectura abierta que nos informa sobre el pasado y nos suscita interrogantes sobre el mismo.
Desde el continente habitado por las culturas originarias y el impacto de la llegada del conquistador español, nos introducimos al 25 de mayo de 1810, que nos marca el inicio de una larga lucha por la independencia.
En doscientos años logramos, con sus límites, la ocupación y la integración del espacio propio y una relación con el espacio exterior, al tiempo que vivimos una desigual modernización económica. Progreso y desigualdad, integración y conflicto signaron nuestra historia.
La sociedad relativamente simple del momento inicial se transformó, con el correr del tiempo, en una sociedad compleja. En ese proceso hubo grupos humanos, los pobladores originarios, que vieron destruida su forma de vida. Otros, los criollos, que tuvieron que readaptarse, no sin resistencia. Otros más, los inmigrantes, que confrontaron y se confundieron con el país anfitrión. Hubo también regiones que avanzaron velozmente y otras en las que el impacto de las transformaciones fue mucho menor.
Como siempre, una historia de avances y retrocesos. El resultado es una sociedad desigual, pero relativamente integrada, donde los diferentes reclamos hacen evidente la conciencia de los derechos que al pueblo le pertenecen. La experiencia política de mediados del siglo XX fue la que marcó esta conciencia social.
Los lentos y trabajosos esfuerzos que permitieron esa integración y justicia social, luego de un siglo y medio de grandes cambios políticos, se derrumbaron en el último cuarto del siglo XX.
La recuperaión que ha traído el siglo XXI está todavía lejos de alcanzar aquellas pautas donde la conciencia de los derechos de los trabajadores, la movilidad social, la emergencia de diferentes culturas, ricas en su variedad y heterogeneidad, un sistema de salud y educación públicas ejemplares y una enorme inclusión social, eran elementos constitutivos de nuestra sociedad.
Las transformaciones de los últimos años y la emergencia de una integración latinoamericana que augura perspectivas auspiciosas para nuestros países, nos alientan a pensar y soñar, como al principio de las luchas por la independencia, con una Patria Grande unificada
Se verá una historia que no busca cerrar la interpretación del pasado argentino sino abrirlo, que aspira a que las imágenes y los textos evoquen memorias familiares y sociales, que el visitante encuentre puntos de reflexión sobre una historia que, al fin y al cabo, es la suya propia.
En síntesis, se trata de presentar una mirada que, surcada por luces y sombras, avances y retrocesos, consensos y disensos, expresados por una pluralidad de voces, presenten una historia abierta, que seguimos escribiendo día a día.
Leandro Bardach, Arturo Bonín, Manuel Callau, Rolando Hanglin, Kevin Johansen, Víctor Laplace, Oscar Lombás, Jorge Paz, Quique Pesoa, Roly Serrano y Rubén Stella son las voces que dan vida a este conmovedor relato.
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